Caminé a través del inhóspito y abandonado escenario, cuando vi a la distancia, pude divisar a las extrañas personas, por lo que decidí ocultarme entre algunas lápidas para que no logren verme. Observé como los mismos se encontraban colocando extraños objetos sobre una tumba en concreto, entre ellos, un medallón de plata. También escuché como una de aquellas personas leía y recitaba una especie de grimorio o algún libro extraño que me llamó la atención.
De pronto, algo empezó a retumbar dentro de las entrañas de la tierra, algo que me atemorizó completamente y me dejo completamente helado, fue un retumbar tan fuerte que hizo que me tropezará hacia atrás. Caí sobre una rama algo vieja, que hizo un ruido muy fuerte al romperse por lo que las personas notaron mi presencia.
No tuve más remedio que intentar huir desesperadamente, pero mi tobillo se encontraba en muy mal estado por lo que me intente arrastrar por el suelo con todas mis fuerzas. Sin embargo, ellos se acercaban caminando rápido hacia donde yo me encontraba, por lo que debía apresurarme.
-Oh dios… se están acercando cada vez más rápido… son demasiados… vienen por todos lados- murmuré con mucho pavor y con los labios resecos de tanto nerviosismo.
Noté un gran hueco en el suelo de piedra, quizás, por mis presentimientos, podría haber un mausoleo enterrado en parte bajo tierra, o algunas especies de túneles de piedra que conectaban a los mismos. Por lo que me arrastré hacia el agujero. Antes de que me encontraran caí hacia aquellos extraños conductos que se hallaban desgastados, me golpeé bastante fuerte, pero intente mantener la respiración y el silencio para que no me encuentren.