En lo profundo del inhóspito paraje

Pude observarlos por unos pequeños huecos en el techo como buscaban intensamente al culpable del ruido, sin embargo, no me hallaron. La desesperación bajo un poco, pero no lo suficiente para mantenerme calmado ya que me encontraba bajo tierra en unos pequeños túneles en los que entraba solo acostado, de forma que me debía arrastrar para poder desplazarme. Pude encontrar una salida, pero no parecía ir hacia afuera, sino que se dirigía a una especie gran mausoleo o catacumbas absolutamente tétricas. ¡Ja! ¡Adivinen quien iba a parar directamente al mismísimo abismo de la locura!, ah sí, yo. 
Usando todas mis fuerzas, intenté voltearme para volver a la salida, pero no podía… estaba atorado por lo que no me quedaba otra que seguir avanzando hacia ese profundo y tétrico escenario. Una vez armado de valor, di una última patada hacia atrás para  caer inesperadamente  al suelo de la cripta o lo que sea que fuese eso. Era una sala muy grande, por lo que me sentía no muy a gusto pero tampoco tan incómodo, ya que me podía levantar y caminar erguido (y créanme, estar apretado en los túneles me destrozó la espalda) sin embargo una sensación de inquietud inundó mi mente cuando presencié un hedor muy fuerte que provenía de este mismo lugar. Me sentí impulsado a desesperarme, pero intenté hacer el esfuerzo de mantener la calma ya que si hacía mucho ruido, quizás aquellos hombres de túnicas podrían oírme. Me costaba buscar alguna salida ya que todo estaba en penumbra, por lo que no podía ver muy bien. Di tres pasos hacia adelante y sentí nuevamente el terrible y muy asqueroso olor que provenía de algo o alguien que se encontraba muy cerca de mí. Mientras me deslizaba cerca de una pared logré encontrar unos trapos o algo similar junto con un palo o vara que pude unir entre los dos para intentar formar una antorcha o algo por el estilo.