El destino 2.

Prologo.

Pasaron unas semanas después de la llegada de Stephan y Malia, pero Mia no les hizo ni caso. Tras darle la mala noticia salió corriendo con su forma de lobo y se adentró en el bosque. No regresó hasta pasados cinco días, pero esa escapada la ayudó un poco. Se dijo que Joseph no hubiera querido que se quedase destrozada mientras la manada estaba desaparecida, así que al volver empezó a ayudar con lo que pudo y descubrió que Malia se había marchado.

Las semanas pasaban y aún no tenían ni idea de cómo sacarlos del mundo prisión.

- Tomemos un descanso - pide Mia -. Me duele la cabeza de estar tanto tiempo leyendo tantos libros y mirando ese maldito mapa.

- Mia - le llama Stephan justo cuando va a salir de la habitación.

- ¿Qué? - gruñe. Desde que se habían trasladado a Francia el humor de Mia era muy voluble.

- Es Jasper. Se está acercando mucho a Portland.

Mia gruñe.

- ¿Qué tan cerca está? - se acerca al mapa y pone la vista en la mancha de ceniza que se mueve.

- Calculo que en un día estará ahí - dice con mucho cuidado.

- Shane, llama al piloto. Necesito el jet listo para más tardar esta noche - gruñe mientras se encamina a la puerta -. Nos vamos a Portland.

Salió dando un portazo y se transformó en lobo. Solo en su forma de lobo conseguía un poco de paz. Caminó sin rumbo por el frondoso bosque. Sentía miedo. Jasper se estaba acercando a los Stark. ¿Y qué les diría cuando los viera?, pensó. Llevaba casi tres meses sin hablar con ellos. Pero tendría que traerlos aquí. Este era el lugar más seguro para ellos.

Un movimiento la distrajo y vio al ciervo. Con mucho sigilo fue tras él.

Horas más tarde Mia estaba en el interior del jet dirigiéndose al lugar donde creció. Llegarían por la mañana, cerca de las diez. Tiempo suficiente para llegar a la casa de los Stark y arrastrarlos hasta el aeropuerto.

Casi catorce horas después Mia junto con su madre, hermanos y Stephan salían del jet dejando saber al piloto que tuviera lo más rápido posible listo el jet.

- ¿Y cuál es el plan? - pregunta Will. Era el único que no había cambiado su manera de ser con Mia.

- Coger a los Stark y llevarlos al jet - se encoge de hombros mientras conduce.

Nadie dijo nada. Nadie se atrevía a contradecir a Mia, ya que desde que supo que Joseph había muerto ella siempre había usado la influencia del alfa.

No tardaron en llegar a la casa de los Stark y Mia entró sin llamar.

- ¡Mia! - grita Cristina sorprendida y feliz de ver a su hija -. Cariño.

Va corriendo a abrazarla, pero Mia no le corresponde.

- ¿Dónde está David? - pregunta separándose de ella.

- En su despacho - dice con el ceño fruncido -. Cariño, ¿qué te pasa? ¿Por qué no nos has llamado en todo este tiempo?

- Te lo explicaré por el camino - dice caminando hacia las escaleras -. Prepara la maleta. Coge solo lo esencial.

- ¿Pero por qué? - Cristina está muy confusa y Mia estaba actuando muy raro -. ¿Mia, que sucede? ¿Y dónde está Daniel y Joseph?

Mia se detuvo de golpe al oír el nombre de Joseph. Hacía mucho que no lo escuchaba, solo lo nombraba en su mente.

- Haz la maleta - gruñe y mira a Shane -. Ayúdale. Voy a avisar a David que nos marchamos.

- Mia... - Cristina intenta detenerla.

- ¡Haz lo que te digo si no quieres morir! - alza la voz -. ¡Ve a hacer la puta maleta!

Cristina se asustó al ver los ojos rojos de su hija.

David fue más de lo mismo, pero Mia consiguió a base de gruñidos que los Stark hicieran lo que ella decía.

Ya en el coche los Stark miran a su hija, queriendo una explicación.

- ¿Pero por qué nos vamos? - dice David -. Mia, debería de asistir a un juicio dentro de un par de horas.

- No vas a ir. Te vas a tomar tú y Cristina un tiempo sabático - dice sin apartar la vista del retrovisor. Un coche les estaba siguiendo.

- ¿Por cuánto tiempo? - pregunta Cristina.

- El necesario. Necesito acabar con alguien para que estéis a salvo - se pone tensa al ver quien estaba en el coche que los sigue -. Will, coge mi puesto.

- ¿Qué? - pregunta confuso.

- Que conduzcas tú - gruñe -. Jasper nos está siguiendo.

- ¿Y qué piensas hacer? - Catrina está muy asustada.

- Daros tiempo para escapar – Mia mira a su hermano -. ¿Listo? A la de tres. Uno, dos y ¡tres!

Will se pone en el asiento del conductor mientras Mia se sube al techo del coche. David y Cristina gritan como locos para que Mia vuelva al coche y se deje de tonterías, pero ella no hace ni caso. 
Salta del coche y en pleno salto se transforma el lobo, cayendo en el capó del coche que les sigue. Pero se había confundido. No era Jasper el que conducía, pero era un vampiro a su mando. 
Le dio unos zarpazos al parabrisas hasta que lo hizo añicos y cuando tuvo la oportunidad le arrancó la cabeza al vampiro.

El resto del camino siguió al coche en su forma de lobo. Le daba igual que la gente que le veía se asustasen. Solo quería llegar al aeropuerto y volver a Francia.

- Has dado un buen espectáculo - dice Will dándole su camiseta para que se la pusiera. Mia no contestó y vio que Shane y Catrina llevaban a los Stark en brazos. Se habían desmayado.

- Volvamos a Francia - gruñe Mia subiendo las escaleras del jet.

 




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