Para distraerse de lo que acababan de descubrir, y dado que era muy temprano, los dos alfas decidieron entrenar.
- Primero vamos a empezar con nuestra forma humana - dice Joseph estirando.
Mia se había quedado embobada mirándole. Seguía estando en buena forma, pero había perdido mucha masa muscular. El chico tenía el cabello más largo de lo normal, lo tenía por encima del trasero. Le veía raro, y también tenía barba, solo que se la había recortado un poco.
- ¿Cuándo vas a cortarte el pelo? - pregunta Mia y eso hace sonreír a Joseph.
- ¿Por qué? ¿No te gusta? - el chico se acerca a ella y coge un mechón del cabello corto de Mia. Le encantaba el cabello de la chica con esas hondas naturales, pero ahora que lo tenía por encima de los hombros no se apreciaba mucho -. ¿Por qué te lo cortaste?
- Necesitaba un cambio - contesta ella encogiéndose de hombros -. No lo pensé mucho. Tan solo cogí las tijeras y me compré un tinte.
Joseph asiente pensativo.
- ¿Me lo cortas después del entrenamiento? - propone. Él también se veía muy raro con el pelo largo y estaba deseando deshacerse de la barba.
- ¿Te fías de mí? - Mia alza una ceja.
- Por supuesto - deja un beso rápido en los labios de la chica y le pasa un Bo -. ¿Preparada? No te contengas.
Mia tenía miedo por si se salía de control, así que empezó a entrenar conteniéndose. Sabía que Joseph le había dicho lo contrario, pero tenía miedo y no se iba a ir tan rápido.
En diez minutos Mia estaba en el suelo.
- Te estás conteniendo - se queja Joseph -. Quiero que saques todo de ti.
- No quiero hacerte daño - Mia se levanta del suelo -. Has perdido mucha masa muscular y tus movimientos son más lentos.
Una media sonrisa se instala en la cara de Joseph. Mia estaba hablando su idioma. Supo, desde el primer entrenamiento con ella que le encantaba el deporte. Le encantaba el entrenamiento y por eso mismo había decidido entrenar.
- Estás en tu salsa, nena - Joseph se quita la camiseta. La venda del abdomen había desaparecido y Mia pudo ver sus marcados abdominales -. Yo siempre he dado el 100 % en nuestros entrenamientos. Haz lo mismo, porque es agridulce el ganarte así. Tómatelo en serio, ¿vale?
Mia asiente y coge bien el Bo.
El chico quería ver como Mia se desenvolvía con la lucha, por eso mismo había querido empezar el entrenamiento así. Sabía que tenía miedo e iba a hacer que se sintiese cómoda antes de convertirse.
Media hora después Joseph estaba con la espalda en el suelo y con Mia sobre él. Ambos estaban riendo como tontos.
- Eso está mucho mejor - la felicita -. Pero te ha costado.
- Llevo dos años sin entrenar - se queja ella levantándose.
- También es cierto - Joseph también se pone en pie y mira a la chica. Notaba como estaba más relajada, así que era la hora -. Transfórmate.
Mia se quedó congelada por un segundo. Traga saliva y hace lo que Joseph le ha pedido.
El chico sonríe cuando la tiene frente a él en su forma de loba. Era preciosa, con sus tonos marrones. Baja su vista hasta las patas de la chica y frunce el ceño al ver que ahí su pelaje se estaba volviendo negro.
Joseph se transforma también y los dos se miran a los ojos. Ahí es cuando el chico se da cuenta que Mia en su forma de loba era mucho más pequeña que él. No le gustó percatarse de ello.
"¿Por qué eres tan pequeña?"
"No lo sé." Responde ella.
Joseph dejó esas preocupaciones a un lado y contacta con su lobo. Pretendía sacar a Mia de sus casillas para ver que tanto control tenía su loba sobre ella, y su lobo tenía que estar preparado para contener a la loba de ella. Si conseguía hacer eso, todo sería más fácil.
El primero en atacar es Joseph, se lanza a por ella con sus fauces abiertas. Mia tarda un poco en reaccionar, pero se aparta en el momento justo. Joseph intenta atacar y Mia siempre esquiva sus ataques. Esto se estaba pareciendo mucho a su primer entrenamiento, pero con los turnos cambiados.
Joseph ordenó a su lobo que incitara a la loba de Mia, y lo hizo. El chico nota como la loba de Mia intenta tomar el mando. Eso hizo que ella se distrajera y Joseph le da con su zarpa en el cuello.
"Concéntrate." Dice con voz dura y se pone sobre Mia, ya que la chica estaba en el suelo por el zarpazo. “Te debes concentrar en la lucha. No puedes temer por siempre a tu loba."
Joseph la estaba presionando.
"No puedo. Si lo hago..." El chico ve miedo en los ojos de ella y eso le mataba. Su loba se estaba aprovechando de ese miedo.
"No va a pasar nada." El chico se quita de encima y abre sus fauces para atacar. No iba en broma y si Mia no actuaba le haría mucho daño. Pero no le decepcionó. Mia se movió y le da un zarpazo a Joseph en el hocico mientras ella le mostraba sus dientes, pero la alegría de Joseph duró poco. Los ojos de Mia ya no eran rojos. Un azul frío le devolvía la mirada. El pelaje del lomo de la chica estaba levantado y estaba un poco inclinada en sus patas delanteras. Se sentía amenazada, y supo que su loba había tomado el control.
Joseph se quedó momentáneamente de piedra, pues el que su loba tuviese los ojos azules significaba que se había vuelto muy débil.
"Eres débil." Dice Joseph hablando con la loba. "¿Cómo has permitido eso?"
"No soy yo la débil." Gruñe la loba mostrando sus dientes. "Es ella la responsable de que esto haya ocurrido."
"¿Y crees que la mejor manera de hacer que se vuelva fuerte es tomando tú el mando?" Joseph estaba furioso y puso sus ojos rojos en los azules de la loba. "Dos años haciendo que se sintiese como si no valiese nada. Sin ella no eres nada. Lo único que estás consiguiendo es que te tema."
"Prefiero que me tema a que esté llorando por cada esquina por alguien como tú."
Joseph ruge abriendo sus fauces y empieza a usar su influencia con la loba de Mia.