El destino 2.

Capítulo 12.

Mia se vistió rápidamente. No paraba de acariciarse el vientre, pues aún no se creía que estuviera embarazada.

Ava volvió con dos copias de la ecografía y le entrega una a cada uno. 

- Bueno, ¿qué vais a hacer? - pregunta la mujer -. Es costumbre hacer una fiesta para anunciar a la manada de que pronto un nuevo miembro llegará. 

Joseph y Mia se miran a los ojos por un momento. Les encantaría anunciar a la manada que estaban esperando un bebé, pero se arriesgaban a que Jasper y sus brujos también lo descubrieran y ellos no querían eso. Mia ahora era un blanco fácil al no controlar a su loba, si se enterasen que está embarazada las cosas podían ponerse peor. 

- No vamos a decir nada - susurra Mia -. Lo mejor será mantenerlo en secreto. 

- Lo entiendo - dice Ava con una sonrisa afable -. Bueno, tengo que seguir con las rondas por aquí. De nuevo enhorabuena. 

- Se lo diremos a tu familia - dice Joseph -. Entiendo que no quieras que lo sepa toda la manada, pero quiero que celebren el que estás embarazada. 

La chica asiente con una sonrisa y empiezan a caminar hasta la mansión.

Reunieron a los Castel y los Stark. Daniel ya sabía que estaba embarazada, pero los demás no tenían ni idea. 

- ¿Ha que se debe la reunión? - pregunta Shane. 

- Estoy embarazada - suelta Mia de golpe -. Pero quiero que quede en secreto por el momento. 

Los dos hermanos de Mia se quedaron de piedra viendo como Catrina, Daniel, David y Cristina abrazaban a los alfas y les daban la enhorabuena. 

- ¿Piensan quedarse ahí como un pasmarote? - pregunta Joseph mirando a sus cuñados. 

- ¿De verdad estás embarazada? - le pregunta Will a su hermana -. Pero si yo lo había dicho de broma. 

- Pues no te has equivocado - responde Mia con una sonrisa. 

Ambos hermanos fueron corriendo a abrazar a su hermana e hicieron lo mismo con Joseph. 

- ¿Por qué no quieren decir nada? - Shane mira a los dos alfas -. Son buenas noticias y hará que la manada se alegre. 

- No quiero que me vean como un blanco fácil - dice Mia muy seria -. Bastante tengo ya con no poder controlar a mi loba. Si se enteran de que estoy esperando un hijo pueden que hagan algo y lo pierda. No pienso dejar que eso ocurra. 

- Bueno, no creo que pase nada - interviene Will -. Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que guardaremos el secreto. 

Catrina y Cristina se llevan a Mia después de la charla y se quedan los hombres solos. 

- Creo que Sam debería saber esto - dice Daniel con una sonrisa. 

Antes de marcharse Joseph asiente. Tenía muchas ganas de contarle a Sam. 

Lo encontró entrenando a la manada junto a Dante. 

- Sam, necesito hablar contigo - el hombre le dice a Dante que se ocupe de todo mientras no está y se acerca al chico -. ¿Damos un paseo? 

- ¿Qué ocurre, muchacho? - pregunta el hombre mientras caminaban hacia la linde del bosque -. ¿Ha ocurrido algo? 

- Sí, pero no es nada malo - Joseph mira a su alrededor para cerciorarse de que nadie los escuchaba -. Mia está embarazada. 

- ¿Qué? - pregunta Sam alzando un poco la voz, haciendo que Joseph le tapase la boca. 

- No queremos que la manada lo sepa - susurra y aparta la mano -. Solo lo saben los padres de Mia, los Stark, sus hermanos, tú y Ava. 

Sam abraza de repente a Joseph. Estaba muy feliz por la noticia que le acababa de dar y tenía muchas ganas de ir con su sobrina para felicitarle. 

- Enhorabuena - dice Sam -. Espero que tu hijo no sea como tú de travieso, de ser así os llevará a ti y a Mia de cabeza. 

 

Esther estaba preparando la siguiente lección de Will y había salido del claro para recoger unas hierbas que necesitaba. 

- Al fin doy contigo - Esther se gira rápidamente al oír la voz de un hombre y al ver de quien se trata va corriendo a abrazarle -. Yo también me alegro de verte. 

- Pensé que no podrías salir - susurra la mujer -. La alfa no ha superado la segunda prueba. 

- Si no la hubiera superado no estaría aquí, mi pequeña flor - se separa un poco de ella y posa sus ojos amarillos en los pardos de Esther -. Pero debí salir el día que se reencontraron. 

- ¿Cuándo quedaste libre? - pregunta la bruja. 

- Hará unas dos semanas - contesta el hombre -. Si la cosa sigue así, los últimos sellos no se romperán, y él no podrá salir. 

- ¿Crees que no lo sé? - Esther se pasa una mano por su cabellera rubia -. Mia está poniendo todo de su parte para que todo ocurra como debe ser. 

- ¿Mia? ¿Así se llama la chica? - Esther asiente -. Dime que ha pasado para que no haya pasado la última prueba. 

Esther le explica todo mientras sigue recogiendo las hierbas que necesita y el hombre le ayuda. 

- Así que es eso - dice pensativo el hombre -. Creo que tengo una solución, pero voy a tener que intervenir. 

- Sabes que no puedes - le reprende Esther -. Yo intervine una vez, ya no podemos hacer nada. 

- He estado mucho tiempo encerrado, Esther y no pienso permitir que él pase toda la eternidad ahí. No se lo merece - pone las manos en los hombros de la bruja y la mira a los ojos -. Además, ellos han movido ficha. Tienen a un brujo para que impidiese las profecías. Ahora nos toca a nosotros mover pieza y pienso ayudar a esos dos tortolitos. 

- Vale, pero no vas a presentarte así - Esther señala todo su cuerpo -. Cambia tu apariencia y ahora pensaremos un nombre para ti. 

- ¿Qué tiene de malo el mío?

- Como te he dicho, los lobos han encontrado las profecías y están buscando sobre Lucero, pero Mia se desvió hacia la demonología y conocerá tu nombre. 

El hombre hace cambiar su apariencia. Cambia su cabellera roja por una rubia ceniza y sus ojos amarillos por unos verdes. Así parecía un humano corriente. 

- Me llamaré Eric - dice con una sonrisa traviesa. 




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