El destino

Capítulo 14.

Los lobos habían buscado por toda la casa, pero no había ni rastro de Mia. Y tardaron tanto que Dimitri despertó. 

- No la vais a encontrar aquí - dijo él con una sonrisa mientras se acercaba a Emmett -. Ya no está aquí y me he ocupado de que no la podáis rastrear con magia. 

Dante baja del piso superior con el ceño fruncido. 

- Creo que he escuchado a Mia - Dimitri se ríe -. No está aquí. 

Daniel aparece en la entrada. 

- Salir fuera y peinar las calles - Daniel se fija en Dimitri -. Da gracias que tengo que buscar a mi hija, de no ser así te mataría. 

- Me gustaría ver como lo intentas - se mofa Dimitri -. Ahora ve y encuentra a esa perra sarnosa. 

Un gruñido llega desde detrás de Daniel. Este se aparta para que el gran lobo blanco entrase. Joseph no se lo pensó dos veces y se lanzó a por Dimitri. El vampiro luchó y logró aplastar las costillas del chico, pero eso no le detuvo. Siguió intentando morder al vampiro, porque esa era otra de las maneras de matarlos. Si un lobo mordía a un vampiro este moriría en horas. Unas horas muy agonizantes, y eso es lo que Joseph quería para Dimitri. Una muerte dolorosa. 

Dimitri intentó cerrarle la boca a Joseph con su brazo, pero calculó mal y el lobo blanco clavó sus dientes en él satisfecho. 

El vampiro cae al suelo desmayado. En unos minutos despertaría para sentir un dolor insoportable. 

Joseph gruñe a los demás lobos que estaban ahí, y estos entendieron la orden. Se marcharon corriendo para empezar la búsqueda de Mia. Entonces el lobo blanco se gira para mirar a Emmett y le muestra sus diente.

- Algunos lobos deberían ir a buscar al brujo - dijo Emmett -. Mi hermano sigue vivo y Mia está bajo su control. 

El gran lobo blanco asiente y se marcha, dejando a Emmett solo en la terraza destrozada. 

Los gemidos de dolor del vampiro antiguo hizo que Emmett se acercase a él. 

- Dime donde está Mia - gruñe. 

Dimitri ríe con una risa ahogada. 

- ¿Crees que por qué me estoy muriendo te ayudaría? - niega con la cabeza -. Jamás la encontraréis. Me he encargado de ello. 

- No entiendo por qué haces todo esto. ¿No crees que hiciste daño suficiente cuando mataste a Daniel y Malia? 

Dimitri vuelve a reír. 

- No están muertos - dijo. El veneno estaba haciendo efecto muy rápido y estaba delirando, pensó Emmett -. Los tengo a los dos. No pueden morir. Son parecidos a nosotros esos verdaderos alfas. Solo pueden morir si su beta los mata. Solo el beta de un verdadero alfa le puede dañar. 

- Eso no tiene sentido - murmura Emmett -. Estás delirando. Dime donde está Mia. 

- Oh... Esa lobita. Malia tenía su misma fuerza de voluntad - se ríe -. Espero acabar con ella como hice con Malia. 

- No me vas a ser de ayuda - Emmett empieza a caminar hacia la salida, pero se detiene. 

- El cementerio. La llevaré al cementerio y las brujas se encargarán de que no la encuentren - escucha decir a Dimitri -. Hablaré con Christopher. Hará que las brujas me obedezcan. 

- ¿Mia está en el cementerio del barrio? - pregunta Emmett. 

- Te quedarás aquí, Susane. Haz que los ancestros se enorgullezcan de ti mientras torturas a esa perra del mausoleo. No tengas piedad - Emmett se quedó mirando a Dimitri. Estaba hablando solo. 

Era un recuerdo, así que Emmett salió de la casa para dirigirse al cementerio del barrio. 

 

Mia estaba dando tumbos por las calles. No sabía dónde se encontraba ni donde estaba la casa donde estaban su manada. 
Le dolían las costillas y un solo pensamiento le vino con ese dolor. Le estaban haciendo daño a Joseph. 

Era entrada la noche y las personas que andaban por la calle se la quedaban mirando raro. Necesitaba encontrar a su manada.

- ¡Mia! - ella se detuvo al escuchar a Emmett. Se puso tensa -. ¡Mia!

Emmett llegó a ella y la abrazó. Se alegraba que estuviera viva, pero olía mucho a sangre. 

- Emmett - ella se abrazó a él fuertemente. Se alegraba de encontrar a alguien conocido y comenzó a llorar. 

- Shh... Ya está. Todo está bien - el vampiro la coge en brazos -. Voy a llevarte a casa. 

Mia asiente aun llorando y cierra los ojos cuando Emmett empieza a correr a velocidad vampírica. 

Llegaron en cuestión de segundos. 

- ¡La he encontrado! - grita Emmett entrando por la puerta. 

Catrina fue la primera en llegar y se acercó a su hija. Ambas lloraron abrazadas mientras caían al suelo de rodillas. 

Víctor se queda mirando a su hija y nieta. 

- ¿Dónde estaba? 

- Dimitri la encerró en el cementerio con las brujas - contesta el vampiro -. Pero no sé cómo logró salir. La encontré cerca de aquí. 

Mia se había quedado dormida en los brazos de su madre. 

- Llevémosla arriba - pide Catrina y su padre se encarga de subir a Mia. 

Metieron a Mia en la cama y Catrina se tumbó a su lado. No se movería de ahí hasta que despertase, he incluso cuando lo hiciera estaría reacia a hacerlo. No se apartaría de su hija. 

- Alguien tiene que avisar a Daniel y los demás para que regresen - susurra Catrina acariciando el pelo de su hija. 

Víctor mira a un miembro de su manada para que avisara de que Mia había vuelto.

 

Media hora después el equipo de búsqueda estaba de regreso en la casa. Joseph y Daniel corrieron desesperados para ver a Mia. Ambos se quedaron en la entrada de la habitación al ver como Catrina y Mia dormían, pero no estaban solas. Víctor y tres lobos más de su manada estaban haciendo guardia en la habitación. 

- Al fin habéis llegado - susurra Víctor -. Ambas se han quedado dormidas. Estaban agotadas. 

Joseph no hizo caso de Víctor y fue caminando hasta llegar a Mia, cayendo de rodillas frente a ella. 

Su cara estaba manchada con sangre seca, al igual que su pelo. Acercó la mano a su mejilla y la acarició con suavidad. 




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