Mia y Joseph llegaron a la entrada de la cabaña en cuestión de minutos, y se encontraron con los demás entrando por la puerta.
- ¿Por qué venís corriendo? - les pregunta William al verlos.
- Malia - dice Mia sin aliento -. Malia ha intentado contactar con nosotros.
- ¿Qué os ha dicho? - pregunta Grayson ansioso.
- No ha hablado - responde Joseph que lo mira con ojos serios -. Ha aullado.
- Sí - Mia asiente -. Nos ha prevenido de algo, pero no hemos entendido de qué. Está demasiado lejos para entender lo que nos quiere decir.
Dante se los queda mirando. Ayer no pudo asistir a la reunión, ya que estaba entrenando a los miembros más jóvenes de la manada, pero hoy sí que estaba y se le había ocurrido una idea.
- Puede que la bruja ayude con algo.
Todos ponen la vista en él.
- Hazla venir - Dante asiente a la orden de Joseph y se marcha. Llega minutos después con Esther.
Mia le explica la sensación que han percibido. Esther escucha atenta, y cuando termina dice:
- Puedo hacer que Mia intercambie su cuerpo con Malia - mira a todos -. Será el tiempo suficiente para que Malia nos diga de lo que nos quiere prevenir.
- ¿No puede ser otra persona? - pregunta Joseph y la bruja niega con la cabeza.
- Lo siento. Solo puede ser Mia, ya que ella es la única verdadera alfa de la que disponemos.
Joseph se queda mirando a Mia. La ve muy decidida a hacerlo, pero a Joseph no le gusta la idea. No pensaba dejar que intercambiase cuerpo con Malia, aunque fueran unos minutos.
- ¿Y si me intercambio yo con Tom? - propone -. Él también debe saber de lo que Malia nos quiere prevenir.
- ¿Y si no es así? - pregunta Mia -. No podemos arriesgarnos.
- No pienso permitir que tú te arriesgues - Joseph alza un poco la voz -. Ya has pasado por mucho.
Todos en la cabaña estaban en silencio, mirando como los dos alfas discutían.
- ¿Mia sufrirá algún daño? - susurra William a la bruja. Esther lo mira y no contesta - Ya veo.
Will vuelve a mirar a la pareja. A él tampoco le hacía gracia que su hermana hiciera eso, mucho menos si se ponía en peligro.
- Mia, Joseph tiene razón - dice él con voz razonable -. Es muy peligroso. Ya encontraremos otra manera.
- Ves, hasta tú hermano me da la razón - Joseph alza el brazo señalando a Will.
- Joseph... - Mia intenta hablar, pero Joseph la corta.
- He dicho que no - los ojos de Joseph se vuelven rojos -. No hay más que hablar. No lo harás y punto.
Mia suspira cansada. No le hacía gracia tener que hacer eso, pero era la única forma en la que Malia podía decirles.
- Todos vosotros. Fuera - ordena ella -. Tengo que hablar con Joseph.
Poco a poco todos salen de la cabaña hasta dejar lo solos y ambos se fulminan con la mirada.
- Sabes que esa es la manera más rápida de saber lo que nos quiso decir - habla ella primero -. No entiendo por qué te opones.
- ¿De verdad no lo sabes? - Joseph estaba furioso -. ¿Después de lo que me contaste ayer quieres que me quede de brazos cruzados y vea como sufres? Lo siento, pero no. Ya me bastó con lo de Nueva Orleans.
- Esto no va a ser como en Nueva Orleans - se pasa la mano por el pelo y cierra los ojos. Sabía que Joseph no iba a dar su brazo a torcer en este tema -. ¿Y si ella sabe los planes de Jasper? Nos vendría muy bien.
- No.
Alza la cabeza al techo y suspira.
- No vas a ceder, ¿verdad? - pregunta resignada.
- No.
- Vale - Joseph frunce el ceño -. Pero no me importa que no quieras que lo haga. Lo voy a hacer quieras o no. No me va a pasar nada.
- Inténtalo - la mira desafiante -. Soy capaz de hacer lo que sea para que no lo hagas.
- ¿Es una amenaza? - lo mira con una ceja alzada -. No me gusta que me amenacen.
- Podéis ir los dos - Will asoma la cabeza por la puerta. Había estado escuchando, al igual que todos -. Esther dice que puede.
Mia se cruza de brazos y lo mira con ambas cejas alzadas. El chico se la queda mirando, sopesando la situación. Si iba con ella podría protegerla.
- Pasad - alza la voz y cuando vuelven a entrar se queda mirando a la bruja -. Prepara el hechizo.
Esther asiente y se marcha para preparar lo necesario.
A Will seguía sin hacerle gracia. Le lanzó una mirada a su hermano mayor, que miraba preocupado a los dos alfas.
- No es seguro que hagan esto - susurra William -. No deberían arriesgarse tanto.
- Lo sé - contesta Shane -. Pero no podemos oponernos.
- Si les pasa algo papá nos matará, para luego revivirnos y que mamá acabe con nosotros.
- También lo sé - Shane mira a su hermano -. Solo esperemos que todo salga bien.
- Más nos vale - contesta Will viendo como Esther entraba de nuevo en la cabaña.
- Tenéis que beberos esto - les entrega un bote de cristal con un líquido ambarino muy parecido al whisky -. Esto hará que os relajéis de tal manera que abandonéis vuestro cuerpo. Pero antes de beberlo tenéis que concentraros en Malia y Tom. Desear estar en sus cuerpos. El hechizo hará el resto.
Joseph y Mia asienten y se miran.
- ¿Listo? - pregunta ella con un susurro. Estaba asustada. Joseph entrelaza su mano con la de ella y le da un apretón cariñoso.
- No quiero que le digan nada de esto a nadie - dice Joseph sin apartar la mirada de Mia -. Les diremos a los demás cuando estemos de vuelta. ¿Queda claro?
Mira a los demás en la cabaña y todos asienten.
Ambos cogen aire y se dirigen a sentarse antes de empezar.
- Pensar en Tom y Malia - susurra Esther -. Solo pensar en ellos y cuando estéis listos beber.
Mia y Joseph cerraron los ojos, e hicieron lo que Esther les había dicho, y antes de beber se miraron a los ojos.
Esther empezó con el cántico en una lengua extraña, y cuando había terminado los dos alfas estaban con los ojos cerrados, y al volver a abrirlos, ya no eran ellos. Los ojos de ambos eran rojos y miraron a su alrededor con miedo.