El destino

Capítulo 21.

A la mañana siguiente, justamente cuando estaba amaneciendo, Daniel hizo llamar a los dos alfas. Necesitaba que le contasen todo lo ocurrido sin saltarse ni un detalle. Así que todos se encontraban ahora en la cabaña y en ella se podía oler aún la sangre de Esmeralda. 

- Vale, ahora quiero saber lo que pasó en mi ausencia - mira a Mia que tiene su cabeza apoyada en el hombro de Joseph. Odiaba dormir poco, y ayer se durmió muy tarde hablando y lo que no es hablar con Joseph, así que no tenía muchas ganas de hablar ni de contar nada. Se podían ocupar los demás -. ¿Te ocurre algo, Mia? 

- No, solo tengo sueño - susurra -. Desde que me secuestraron no he dormido muy bien, y justo cuando he tenido un sueño sin pesadillas me haces levantarme a las cinco de la mañana. 

Todos se la quedan mirando con el ceño fruncido. Todos menos Joseph, que sonreía. Era la primera vez que Mia hablaba de lo ocurrido y todos estaban sorprendidos. 

Cuando la sorpresa se borra de sus caras empiezan a contarle lo ocurrido entre todos. 

- ¿Por qué no te vas a la cama? - le susurra Joseph mientras Will se encarga de contarle lo ocurrido cuando Malia no quería volver a su cuerpo. 

- Porque no duermo bien si no estás en la cama conmigo - responde con los ojos cerrados. 

Joseph hecha su silla para atrás y coge a Mia para sentarla en su regazo. Así estaría más cómoda. 

- Gracias - dice ronroneando y colocando su cabeza en el hueco de su cuello. Joseph deja un beso en su mejilla y cuando levanta la vista ve que todos les están mirando. 

- ¿Por qué no se marcha a descansar? - pregunta James. 

- No puedo dormir sin Joseph - responde Mia -. Si me marcho él se viene conmigo. 

- Centrémonos - pide Shane -. Ahora que todos estamos al tanto de todo, ¿qué vamos a hacer? 

- Seguir con el plan - responde Daniel -. El objeto funciona, pero solo por unos minutos. Tiempo suficiente para sacar a Malia y Tom. 

- No sé si Malia se merece salir - comenta Sebastian -. No con lo que hizo. Vale que ella fue la que se puso en contacto, pero lo único que dijo fue que no confiáramos en Jasper. Todo lo demás nos lo contó Tom. 

Mia levanta la cabeza al oír eso. 

- ¿Os habéis vuelto locos? - gruñe -. Poneros en su lugar. Lleva siglos siendo torturada - se levanta enfadada -. Y lo peor de todo es que no le hacen daño a ella. Obligan a Tom que se haga cortes para dañar a los dos. No sé si algunos de vosotros ha experimentado el dolor que se siente con la plata, pero es lo más doloroso que puedes hacer. 

Sebastian agacha la cabeza. 

- Los sacaremos a los dos - dice Joseph -. Se lo merecen. 

Todos asienten. 

- Ahora solo tenemos que acordar quienes irán - dice Sam -. Yo tenía planeado que los alfas se quedasen en el claro con unos cuantos guardianes, pero eso es lo que quiere Jasper. 

Mia se queda mirando a todos discutiendo sobre donde estará ella cuando comience el rescate. 

- Iremos Joseph y yo - sentencia -. No pienso quedarme de brazos cruzados. 

- Pero Jasper sigue teniendo control sobre ti - dice Will preocupado. 

- Lo sé, pero el tiempo que estuve en Nueva Orleans el brujo cambió el hechizo para que me controlase Dimitri - pone cara de asco -. El hechizo solo funcionará si Jasper me besa. 

- Y eso no ocurrirá - dice Joseph al ver las caras de sorpresa de los demás -. Somos los alfas y debemos estar ahí. 

- Si es lo que queréis - susurra Daniel -. Muy bien, pero no debéis separaros. 

Sam y Will empezaron a exponer sus diversas estrategias. Todas eran similares. 

- Todo está claro - Mia mira a todos en la sala dos horas después -. Id a descansar. Esta tarde saldremos. 

Uno a uno fueron saliendo de la cabaña hasta que ella y Joseph se quedaron solos. 

- ¿Estás segura de todo? - pregunta él. 

- Sí - le sonríe cansada -. ¿Por qué no vamos a dormir un poco? Estoy muy cansada. 

Joseph se levanta y la coge en brazos con una sonrisa. 

- Mi chica está cansada, ¿eh? - junta sus labios con los de ella -. Vamos a ponerle solución. 

 

Mientras en la mansión Daniel y Víctor estaban teniendo una conversación con Catrina. Ambos sabían que Catrina iría con ellos, ya que Mia iba a participar, pero si ella iba a estar Daniel tendría doble preocupación. No dudaba de la capacidad de su mujer para la batalla, al contrario, pero ya le bastaba con tener que estar atento de su hija. 

- Si Mia va yo también iré. Fin de la historia - se cruza de brazos y de piernas mientras mira a su marido y a su padre -. No vais a lograr que cambie de opinión. 

- Será muy peligroso - dice Víctor -. Y sé qué hace mucho que no peleas. 

- Sigo estando en forma - dice fulminando a su padre -. Te lo puedo demostrar cuando quieras. 

Víctor mira a Daniel. 

- Está bien - se levanta Daniel -. Te enfrentaras a Dante. Así sabremos si sigues en forma. 

Mia y Joseph estaban en la entrada de la cocina y habían escuchado todo. 

- ¿Mi madre sabe luchar? - le pregunta a Joseph. 

Este la mira con el ceño fruncido y se encoge de hombros. 

- Nunca la he visto. 

Mia sonríe. 

- Quiero verlo. 

Se van detrás de Daniel, Víctor y Catrina sin que se percaten de sus presencias. Se dirigen a la parte de atrás de la casa, donde Dante está entrenando a los jóvenes de la manada. 

- Dante - le llama Víctor -. Termina la clase.

Este asiente y despide a los chicos. 

- ¿Sucede algo? - pregunta en cuanto se quedan solos. 

- Necesito que luches contra mi hija - Dante frunce el ceño -. Está empeñada en acompañarnos, pero nosotros creemos que no está en plena forma. 

El ceño fruncido de Dante desaparece y una sonrisa lo remplaza. Él fue el que se ocupó del entrenamiento de Catrina, y hacía años que no luchaban. 

- Vamos a ver si consigues vencerme - Catrina alza una ceja por las palabras de Dante y empieza a estirar. 




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