Epílogo.

Ya habían pasado dos meses desde la masacre en Warren. Shane y Will se habían llevado el cuerpo sin vida de Mia y a su madre inconsciente hasta el aeropuerto, donde les esperaba el jet que los llevaría a un lugar seguro. 

Los dos primeros días fueron terribles. 

Llegaron a Francia con Mia muerta, los tres estaban destrozados, pero al tercer día, justo cuando le iban a dar entierro, Mia despertó con un grito de dolor y lágrimas cayendo por sus mejillas. 

Ella no quiso hablar con nadie, solo se encerró en una de las habitaciones de la casa y no salió ni dejó entrar a nadie. 

Dos semanas después Mia empezó a salir, pero seguía sin hablar. Estaba muy débil, pero había una esperanza de que Joseph siguiera con vida, ya que ella lo estaba. 

Estaba en muy mal estado, pero ninguno de los tres se atrevían a decir nada, porque ellos tampoco estaba muy bien. No habían tenido ninguna noticia de la manada ni de Daniel y eso les causaba mucha angustia. No sabían que había pasado ni si alguien seguía con vida. Pero al transcurrir dos meses alguien llegó a la pequeña casa al sur de Francia. 

- ¡Stephan! - Shane se queda sorprendido al ver al brujo -. ¿Malia? 

- Me alegro de verte - Stephan abraza a Shane y este los hace pasar. 

Catrina y Will se alegran de verle, pero Mia no se mueve ni un ápice, no le interesaba que Stephan siguiera con vida. 

- ¿Malia? - pregunta Catrina y eso hace que Mia reaccione.

Se levanta de un salto. 

Mia empieza a preguntar cosas sin sentido, pero Stephan la coge de los hombros y hace que lo mire a los ojos. 

- Mia, tranquilízate - suplica -. Sé dónde está la manada. Christopher ha creado un mundo prisión donde los mantienen a todos. 

- ¿A todos? - pregunta Mia con voz rota -. ¿Joseph...?

- Él está muerto - dice Malia -. Jasper lo mató. Me preguntó cómo hacerlo sin que tu murieras...

- Pero... - la poca esperanza que mantenía a Mia se desmoronó -. ¿Cómo? 

- Solo un verdadero alfa puede matar a otro. Jasper obligó a Tom para que lo matase. 

Mia cayó al suelo llorando y gritando desconsolada. Se había ido. Joseph había muerto.