Destination World siempre ha sido mi hogar, viviendo cada día con la expectativa de lo que sucederá, teniendo miedo a perder el control en cada paso que doy.
Aún recuerdo la primera vez en la que el poseedor de mi diario controló mi destino, el terror y la agonía que sentí.
Fue a los 16 años, estaba sentada en la cafetería del instituto observado al chico que me gustaba. Recuerdo que era un día soleado, él, James Brown, se encontraba riendo con sus amigos. Yo solo estaba ahí, como siempre, viéndolo, hasta que de repente todo se detuvo y ya no podía controlar mis acciones, me había levantado de mi asiento y caminado hacia él, al acercarme todos se habían callado.
-Me gustas. - La frase había salido de mis labios sin mi autorización y en un segundo había sostenido su camisa y plantado mis labios en los suyos.
Sí, el poseedor de mi cuaderno me había forzado a declarármele y además besarlo, pero lo peor vino después, cuando él se apartó bruscamente empujándome y caí en el suelo. Después de esto, mágicamente el control se detuvo.
- ¡¿Es que acaso estás loca?! - Recuerdo que gritó, junto con muchos insultos que no quiero recordar, yo, en ese momento, me limité a levantarme y correr por los pasillos hasta llegar al pabellón donde se encontraba mi dormitorio.
Era muy ingenua, jamás volví a acercarme a él luego de eso. Fue demasiado humillante para mí, por eso nunca he escrito en el cuaderno de George, porque no me gustaría que otra persona pasara por la misma situación que yo.
Hablando de George ¿Qué estará haciendo? - Cuestiono en mi mente.
Tomo el cuaderno de George que se encontraba en la última gaveta de mi armario y me acuesto en mi cama a observarlo, está ahí, en su habitación tomando una taza de té mientras lee su cuaderno, pero no puedo visualizar las imágenes que se encuentran en este. Esa era una de las reglas y restricciones de los cuadernos, era literalmente imposible ver lo que ahí se encontraba.
Las reglas, restricciones y advertencias son:
1. La persona no podrá visualizar otro cuaderno además del suyo y el de la persona que le fue asignada.
2. Si alguien encuentra su cuaderno y lo toca este se desintegrará y la persona tendrá el control de su propio destino.
3. Si el cuaderno que se te fue asignado se extravía, el poseedor del tuyo tendrá derecho a colocarte un castigo.
4. Si te enamoras de la persona que posee tu cuaderno, el cuaderno que posees pasará a ser el de él, así como el de él será entregado a ti. La marca en su nuca se hará visible (Sólo funciona si el amor es mutuo).
5. Si el poseedor del cuaderno realiza cualquier acto que atente contra la vida de la persona asignada por medio del cuaderno el mismo destino tomará represalias.
6. Nadie puede saber de qué persona es el cuaderno que se te concedió.
Esas son algunas que se pueden resaltar. Y así como dice la número 4, cada uno de los habitantes de Destination World tiene una marca invisible en la nuca, todas con formas diferentes. Se preguntarán ¿Cómo sabes que son de diferentes formas si son invisibles? Tengo la respuesta a eso, cuando te reúnes con tu persona destinada, osea, la que el destino escogió para ti, la marca se vuelve visible, lo sé porque mis padres la tienen, mi madre en forma de una flor de loto y mi padre de una maceta ambientada para que dicha flor se mantenga con vida.
Con una frase grabada en su espalda, la cual decía así:
"Como la flor de loto que se eleva sobre el pantano... mi espíritu se eleva dejando atrás el pasado, la negatividad y la oscuridad, buscando sólo tú luz."
Mis padres se conocían desde pequeños, pero la marca sólo apareció cuando ambos aceptaron el amor que sentían el uno por el otro. Yo quisiera tener una historia de amor así, pero con la sal que cargo encima, lo dudo. No vivo con mis padres desde que entré en el instituto, ahora ocupo una habitación en dicha institución.
Hoy es domingo, por lo que tengo que acostarme temprano para poder llegar temprano a clases, cierro el cuaderno y vuelvo a entrarlo en la gaveta cerrándola con llave, me recosté en mi cama y solté un suspiro profundo.
Miré el techo pensativa y de repente pude visualizar puntos brillantes que se unieron formando una frase.
Hola, Annie. - Era la frase que formaban dichos puntos. Froté mis ojos y me pellizqué para ver si era una alucinación.
- ¿Hola? - No supe si lo que dije fue una afirmación o una pregunta, estaba confundida. - ¿Quién está ahí? - Los puntos volvieron a esparcirse en el aire para luego formarse otra frase.
Soy el poseedor de tu diario. No puedo decirte mi nombre, pero estoy más cerca de lo que crees. - Un escalofrío me recorrió la espina dorsal al leer esto.
- ¿Qué es lo que quieres? - Me sentía como una loca hablándole al aire.
Solo vine a recordarte que tu destino me pertenece, y no podrás escapar de él. - Bufé al leerlo.
- ¿Es que no tienes nada mejor que hacer? ¿Estás aburrido? Déjame decirte que no estoy para bromas, has lo que quieras. - Dije.
Creo que no estás entendiendo, arruinaré tu vida, todos los que quieres te abandonarán. - Se formó y reí.
-No te preocupes, ellos me conocen muy bien, saben identificar cuando tomas control de mí, como esa vez en navidad cuando me hiciste gritarle a mi padre. ¿Creías que por eso tan simple nuestra relación se iba a romper? - Solté una carcajada y eso pareció enojarlo/a porque tomó control de mí y me hizo caminar hacia el baño y golpear el espejo con mi puño. - Sabes que el destino te hará pagar por esto, ¿Verdad?
Luego de dar varios golpes al espejo este se quebró, mis nudillos empezaron a sangrar, aún bajo su control me hizo tomar un pedazo de espejo y colocarlo rozando mi muñeca. Y una frase que me hizo estremecer apareció en la pared.
Tu vida me pertenece.