Tu vida me pertenece
Cada parte de mi cuerpo tembló al leer esa frase, ¿Ahora qué haré? Destino ¿Por qué me pasa esto a mí?
-Adelante, mátame si tienes agallas. - Traté de sonar fuerte.
Nuevos puntos aparecieron formando otra oración.
Eso no sería divertido. - Me liberó de su control y yo tiré el pedazo de espejo hacia otro lado.
- ¿Y cuál es tu concepto de diversión? - Pregunté.
Arruinarte la vida, quiero que te quedes sola y que tú misma tomes la decisión de quitarte la vida.
- Pero ¿Qué te he hecho yo? ¿Acaso nos conocemos? - Cuestioné en un bufido.
Ya te dije que estoy más cerca de lo que crees, tómalo como quieras. Tal vez nos conocemos o tal vez no.
-Ya déjate de juegos, sino me vas a matar ahora te pido por favor que me dejes en paz, tengo sueño y mañana hay clases, así que vete, shu. - Moví mis manos en el aire, tratando de que los puntos se deshicieran y al parecer funcionó ya que todos se dispersaron y explotaron.
Caminé hacia mi cama y me dejé caer suspirando. Saqué el cuaderno de George de la gaveta y lo abrí, él se encontraba acostado mirando hacia el techo sabía lo que estaba esperando, tomé la pluma que igualmente se encontraba en la gaveta.
"Y entre brillantes puntos de colores una frase apareció: Buenas noches, leyó George". - Escribí en el cuaderno y se cumplió, en la imagen, proyectada frente a su mirada se encontraba la frase.
-Buenas noches. - Sonrió y cerró sus ojos. Cerré el cuaderno y volví a guardarlo.
George y yo tenemos la costumbre de que cada noche antes de dormir nos deseábamos buenas noches, hemos planeado varias veces reunirnos, pero llegamos a la conclusión de que sería demasiado arriesgado para nosotros ya que el poseedor de mi cuaderno podría ir por él. Y ahora que por fin sabía cómo era este, ahora menos.
Suspiré nuevamente, acomodándome y cerrando mis ojos para luego dejarme caer en los brazos de Morfeo.
Me desperté gracias a leves toques provenientes de la puerta. Abrí lentamente mis ojos acostumbrándome a la luz y me levanté de la cama de un salto. Caminé hacia la puerta y la abro, restregándome los ojos.
Solté un gran bostezo y finalmente fijé mi mirada en la persona frente a mí, y era nada más y nada menos que James. Me miró con el ceño fruncido junto a una mueca de lo que supuse, era asco.
-El profesor Weed me mandó a informarte que, si vuelves a faltar a su clase, tendrás prohibida la entrada al salón. - Dijo mirándome fijamente. Procesé la información, un tanto confundida, fijé mi mirada el mi reloj de muñeca y abrí los ojos ampliamente al ver la hora, son las 10:00 am.- Eso era todo. - Estaba a punto de voltearse, pero de la nada acercó su mano a mi cabello.
Quedé embobada por su acción, pero él apartó la mano. Lo miré expectante buscando que me explicara el porqué de su accionar y él me miró con un gesto de obviedad.
-Tenías algo en el cabello. - Explicó y tomó mi mano colocando una pelusa sobre esta. - Ahí está, ya me voy. - Me sonrió incómodo y luego se marchó sin mirar atrás.
Cerré la puerta fuertemente y empecé a golpearme la cabeza.
-Tonta, tonta, tonta. - Me reclamaba a mí misma entre susurros.
Caminé hasta el baño y entré para darme una ducha - Por si se lo preguntaban, no, el diario no proyecta imágenes en las que se muestren partes íntimas -. Luego de unos 32 minutos salí de la ducha y me vestí, no quería faltar también a historia.
Aunque no lo crean, soy una persona muy responsable, no me gusta faltar o llegar tarde, cuando hago esto siento como si me fallara a mí misma. No sé qué me pasó hoy, había colocado la alarma, así que no entendía porque esta no me había levantado.
Suspiré y empecé a cepillar mis dientes, no me va a dar tiempo ir a la cafetería a desayunar, así que dejaría el desayuno para después. Tomé mi mochila, sin siquiera verme primero en el espejo y corrí hacia el salón, llevándome varios insultos por parte de los demás estudiantes al verme obligada a empujarlos.
- ¿A quién engaño? ¡Es como jugar bolos! - Pensé y sonreí.
Entré rápidamente al curso casi al mismo tiempo que tocaban el timbre. Me senté en mi lugar habitual y exhalé e inhalé aire tratando de normalizar mi respiración.
Luego de unos minutos el profesor entró haciendo que todos guardaran silencio.
-Buenos días. - Dijo el profesor Weed apenas entró y todos respondimos al saludo.
-Buenos días. - Dijimos a coro.
-En la clase de hoy, hablaremos sobre qué importancia tiene la historia. - Murmuró. - Pero primero quiero que alguien me diga el concepto de esta. ¿Alguien? - Preguntó y Carla, la más aplicada del salón, levantó la mano. - Adelante señorita Hertog.
-La historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra parte, la palabra se utiliza para definir al período histórico que se inicia con la aparición de la escritura e incluso para referirse al pasado mismo. – Leyó lo que había escrito en su cuaderno.
-Muy bien, ahora. - Pausó y empezó a caminar de un lado a otro, moviendo sus manos para expresarse mejor. - La historia tiene una importancia increíble, ya que nos permite conocer los hechos que ocurrieron en el pasado, mostrándonos los errores que cometieron nuestros antepasados para que no cometamos estos en el presente. Es esencial estudiarla ya que sin ella no tendríamos identidad.