amás me cansaré de esto. - Reí y entré al salón correspondiente. - Iniciemos con la tortura.
2 semanas después.
El día había llegado, hoy tendríamos que ir al orfanato en uno de los transportes pertenecientes a la institución.
No estaba preparada, aún no, no quería mirar a los ojos a esos pobres niños, porque no puedo evitar pensar en que estábamos siendo demasiados egoístas, ¿Por qué los niños huérfanos pueden encontrar un familia rápidamente y los niños que han sido abandonados no? ¿Acaso no es lo mismo? Para mí si lo es. El ser abandonado es como si sus padres hubiesen muerto, pues no tuvieron la valentía ni responsabilidad de cuidar a su hijo.
Porque en Destination World todos tenían una situación económica estable, los matrimonios que tenían hijos recibían una manutención por parte del "gobierno", si es que se puede llamar así. Así que no había excusa, nada podía justificar el abandono. Era cruel e injusto dejar a un pobre niño a su suerte.
- ¡Señorita Williams! - El grito del profesor Weed llegó a mis oídos haciendo que saliera de mis pensamientos. Lo miré fijamente, él me devolvía la mirada furioso. - ¿Es que acaso no piensa subir al autobús? Le recuerdo que no hay tiempo que perder. - Asentí en su dirección, no me había dado cuenta de que todos ya habían subido.
Subí y miré hacia todas direcciones tratando de encontrar a Tomy, al encontrarlo pude visualizar que el asiento a su lado estaba ocupado por Emily. Me lanza una mirada de disculpa y yo le contesto con un encogimiento de hombros.
- ¡No tenemos todo el día! - Exclamó nuevamente el señor Weed así que no me quedó de otra que sentarme en uno de los asientos del medio.
Suspiré y saqué mis audífonos de mi estuche para luego proceder a colocármelos, conectándolos al teléfono y reproduciendo mi playlist. Pero como nada me podía salir bien el conductor colocó música y todos empezaron a cantar.
-Maldición. - Mascullé. - Este va a ser un largo viaje.
- ¡Por fin! - Exclamé al ver como el autobús se detenía. Me levanté del asiento e intenté tomar espacio entre la multitud de estudiantes. - Muévanse. - Mascullé y empujé a todo el que se interpusiera en la salida.
Salí del autobús ganándome una mirada reprochadora de parte del profesor Weed.
-Señor, sé que siente un profundo odio hacia mí, pero ¿Podría por favor dejar de mirarme como si hubiese matado a su hijo? - Le pregunté y él me fulminó aún más con la mirada. - Bueno, ya veo que no.
Cuando todos bajaron del autobús hicimos dos hileras, una de mujeres y otra de hombres. Como era una situación especial, teníamos que utilizar el uniforme de la institución, el de las mujeres consistía en una falda a cuadros azul de dos dedos por arriba de la rodilla y una camisa de mangas largas blanca acompañada con una corbata azul, por otro lado, el de los hombres era un pantalón azul marino con una camisa de mangas cortas y una corbata azul.
Caminamos hasta la puerta frontal del orfanato y el profesor nos detuvo.
-Chicos, como saben esta institución trata con niños que han sido abandonados, pedimos que por favor no les mencionen este hecho, sólo venimos a charlar y jugar con ellos, además de entregar nuestras donaciones. Sin más, vamos a entrar. - Habló brevemente con el guardia de la entrada y este abrió la puerta dejando ver una sala muy amplia, había asientos ubicados en forma de círculos en las esquinas.
-Wow, es increíble. - Empezaron a murmurar detrás de mí.
-Ya quisiera yo que mis padres me abandonaran. - Escuché la voz de Tomy e inmediatamente giré para fulminarlo con la mirada. - Lo siento. - Susurró y bajó la mirada fingiendo inocencia.
Volví mi vista al frente y continuamos caminando, llegamos a una sala que estaba infestada de niños, corrían de un lado a otro, había muchos juegos y no pude evitar sonreír.
-Bueno, pueden ir a donde quieran, nada de mantener relaciones sexuales en los baños, no se permite fumar, y no perturben a los pobres niños. Nos encontraremos en la sala principal a las 4:00pm. - Luego de dicho esto el profesor se fue con la que supuse era la directora del orfanato.
- ¡Annie, Annie! - Exclamó Tomy mientras se me enganchaba al brazo. - ¡Vamos a hablar con los niños! - Me haló del brazo.
- ¿Por qué quieres ir ahora? Primero vamos a recorrer un poco el orfanato. - Dije, aún no me sentía preparada para hablar con un niño/a.
- ¡No puedo esperar más! - Gritó y casi todos voltearon a mirarnos, le di un zape y empecé a caminar sin él. - ¡Vamos Annie! Tengo que ver a los niños para que cuando cumpla la mayoría de edad ya tenga al indicado/a para adoptar. Sabes que no puedo tener hijos y si no empezamos ahora no me va a dar tiempo de hablar con todos. - Dijo haciendo un puchero.
-Está bien, pero tú hablarás. - Murmuré y él empezó a dar saltos de felicidad.
- ¡Sí, no hay problema! ¡Vamos! - Exclamó para luego agarrarme nuevamente del brazo y correr hacia donde estaban los niños.