El reloj ahora está en mis manos, las manecillas en su hogar vamos a ver cuánto tiempo separados vivirán.
Estaré donde antes hubo un reloj, no olvides traer a tu grupito.
Se despide, James Brown
- ¡Ese estúpido! ¿Cómo se atreve? - Gruñí y arrugué el papel lanzándolo al suelo.
-Hey, no sabemos si podremos utilizar eso después. - Dijo Zack y tomó el papel guardándolo en su bolsillo trasero.
- ¿Por qué reaccionas así? - Indagó Ziel enarcando una ceja.
- ¿No se supone que como el destino lo sabías todo? - Pregunté y él se encogió de hombros.
-Tenía cosas más importantes que hacer. - Murmuró. - No tenía por qué estar al pendiente de una torpe chica. - Susurró bajando la mirada.
- ¿Y por qué apareciste ese día en el pasillo? - Cuestioné enojada.
-Porque Mike hizo que te desmayaras. - Cruzó los brazos y me miró desafiante.
-Pero eso yo no lo iba a saber sino hubieses aparecido después. - Dije sonriendo de lado, eso hizo que él me mirara mal y luego mirara hacia otro lado.
-No creo que sea momento para hablar de esto. - Dijo Zack haciendo una mueca de incomodidad.
- ¡Claro que es momento! ¡Intentaron matarme y este tipo no hizo nada! - Exclamé y todos pusieron su atención en mí.
- ¿Matarte? - Preguntó Mike confuso.
- ¡No te hagas, tú tenías mi cuaderno! - Lo apunté con el dedo reclamándole.
-No vi nada de eso en tu cuaderno, solo había conversaciones con un chico llamado Tommy. - Dijo frunciendo el ceño.
-Eso es imposible. - Murmuré.
-Tienes que contarnos con lujo de detalles todo lo que sucedió, tal vez así encontremos la razón por la que James hizo esto. - Mencionó Zack.
-Pues ese desgraciado, además de hacerme romper un espejo, dijo que mi vida le pertenecía y además me obligó a besarlo. - Hice una mueca furiosa.
- ¡¿Qué?!- Preguntaron todos al unísono.
-Sí, así como lo oyen, digamos que tenía una especie de amor platónico hacia él, y bueno, un día estaba en la cafetería observándolo y de repente ya estaba declarándomele y besándolo. - Dije escondiendo mi cara entre mis manos. - Ahora todo tiene sentido, por eso se rio con sus amigos después de insultarme. Lo voy a matar. - Mascullé apretando los dientes.
-Aun así, no tiene sentido, ¿Por qué a ti? ¿Qué tienes de especial? - Preguntó Ziel, levanté la mirada y le gruñí.
-Tal vez lo hizo para provocar a alguien. - Murmuró Zack quien ahora se encontraba tirado en la cama.
-Puede ser, pero ¿A quién? - Cuestionó Ziel y al parecer todos no conectamos y miramos a Mike, este se encontraba en una de las esquinas de la habitación apretando las manos fuertemente.
- ¿Y a este qué le pasa? - Pregunté en un susurro y al parecer escuchó porque sus ojos fueron automáticamente hacia mí, y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza al ver que sus ojos adoptaron un color amatista más fuerte que el antiguo de Ziel. - Jesús.
Me acerqué lentamente a él y vi como su ceño se frunció levemente.
-Ya no hay más tiempo, vámonos. - Masculló y pasó por mi lado ignorándome. Caminó hasta la puerta y salió siendo seguido por los otros dos.
- ¡Espérenme! - Grité y corrí detrás de ellos.
Narra Mike:
Caminé totalmente furioso hasta llegar al centro del bosque, sabía que los chicos me seguían gracias al sonido de sus pisadas así que me limité a seguir caminando.
Gruñí enojado al ver a James sentado sobre la marca del destino como si fuese una banca en algún parque, él al escucharme volteó la cabeza y soltó una risita. Los chicos llegaron casi de inmediato y se pararon uno a cada lado.
- ¡Hey, no empiecen sin mí! - Gritó Annie y vino corriendo parándose frente a mí con los brazos cruzados. - ¡Tú! - Exclamó lanzándole una mirada fulminante a James.
-Bueno, ya podemos empezar, pueden tomar asiento si quieren. - Dijo James poniéndose de pie y apareciendo de la nada cuatro sillas, todas ubicadas alrededor de la marca.
- ¿Crees que vamos a caer en eso? - Preguntó Zack asqueado, pero era demasiado tarde, ya que Annie ya se encontraba sentada en una de ellas.
- ¿Qué esperan? ¡Siéntense! - Exclamó Annie ganándose miradas de desconcierto de parte de todos, incluido James.
Zack y Ziel hicieron caso y cada uno tomó asiento, y cuando yo estaba a punto de hacerlo, mi padre apareció sentado en la silla sobrante.
¿Qué rayos? - Me pregunté internamente.
-Ahora sí podemos iniciar. - Murmuró James, el cual tenía la sonrisa más maquiavélica que había visto en mi vida mientras que me miraba directamente a los ojos y entonces lo entendí.
El Destino ha sido alterado y la marca de este ha cambiado, el reloj ha sido robado y la brújula su lugar ha tomado. Ahora solo hay cuatro opciones norte, sur, este y oeste, no escojas la dirección incorrecta porque podrías provocar tu muerte. Cada opción te lleva a un lugar, pero eso tú tendrás que averiguar, busca las manecillas de la brújula para el camino correcto encontrar, así el destino seguirá su curso y no quedará lugar para el que un día se opuso
- ¿Qué es lo que ganas con todo esto? - Indagué confuso y a la vez algo nervioso.
-Divertirme, por supuesto. - Murmuró. - Después de todo no pude hacerlo en mi anterior vida porque alguien se encargó de borrarme de la existencia. ¿No, padre? - Cuestionó y su vista fue hacia donde se encontraba mi papá. Todos en el lugar entramos en shock. - No te esperabas que volviera ¿Cierto? - Rio entre diente y volvió a mirarme. - Así que tú eres mi reemplazo. - Su mirada me recorrió de pies a cabeza. - Veo que tienes mala suerte, viejo. - Chasqueó la lengua. - Después de todo estás destinado a engendrar hijos imperfectos.