El Destino de Emma

Capítulo 13.13

Miles de ideas surcaron su mente, se sentía agotada junto a la lluvia que caía fuertemente bañándola de pies a cabeza. Se topó en la acera a Ricardo con un paragua, él se percató de su presencia, ella paso a su lado como si nada. Por el contrario, Ricardo la alcanzo colocando el paragua sobre ella para cubrirla de la lluvia, ella se gira deteniendo su andar.

-¿Necesitas algo? -pregunto con voz ronca Emma

-No debes mojarte más, puedes agarrar un resfriado -esquivo su pregunta hablando con preocupación

-No te preocupes -trato de hacer una sonrisa aunque en realidad fue una morisqueta

-Ven a mi departamento, para que te seques y cese la lluvia -propuso él, al notar que la lluvia aumentaba

-No quiero incomodarte como aquella vez en la biblioteca -añade Emma intranquila

-Lo siento, es que ese día pague mi ira contigo -inclino su cabeza sobándose la nuca con su mano libre

-Descuida -hizo un ademan con la mano quitándole importancia

-Pero insisto ven y luego que escampe te acompaño a tu casa -insiste con una sonrisa de lado

-Pues… -un trueno hizo que se sorprendiera y un estornudo descuidado- bien, iré contigo pero a penas escampe vuelvo a mi casa- añade un poco asustada ya que de pequeña tuvo una mala experiencia

-Vamos -sujeta la mano de Emma para cruzar la calle y correr por la acera, la lluvia se intensificaba más. Pasaron unos 5 min hasta que llegaron al edificio, entraron rápidamente, subieron al ascensor, por suerte no encontraron a nadie, Ricardo presiono el último piso, al llegar bajaron rápidamente.

Apenas llegaron al piso Ricardo busco una toalla para Emma y le señalo el baño e indico que todo lo necesario estaba en el baño, mientras él preparaba un té caliente y comía una que otra galleta esperando que Emma saliera del baño.

Ve su aspecto en el baño y casi le daba un infarto, al notar su cara tan pálida, el maquillaje choreado y su cabello alborotado. Se quitó la ropa e ingreso a la ducha, dejando que toda la suciedad se alejará. Antes de salir de la ducha resbalo dándose un golpe fuerte en el tobillo, grito ante el impacto y la torcedura de su tobillo. Ricardo asustado entra al baño sin tocar y observa a Emma en el piso.

Emma al verlo trata de pararse y cubrirse, en el intento le dolió más el tobillo. Ricardo busco una bata y se la dio a ella cerrando los ojos.

-Te ayudare a ponerte de pie, mantendré los ojos cerrados, mientras te pones la bata -dijo como una orden

-Bien- logro decir cuando sujeto el brazo derecho de él, como pudo se acomodó la bata

-Listo, puedes abrir los ojos -dijo un poco jadeante por el esfuerzo que ha tenido que hacer

-Vamos a la sala -la cargo en sus brazos tomándola desprevenida logrando que suelte un pequeño grito

-Lo siento -susurra aferrándose al cuello de él

-Disculpada, aunque casi me dejas sordo -se echó a reír- tienes buenos pulmones- añadió

-No sé si tomarlo como un cumplido o una ofensa -murmuro ella

-Como mejor lo quieras tomar -esto fue lo último que dijo mientras que la llevaba en brazos hasta la sala y la acostaba con cuidado

-Ya vuelvo, no te muevas, iré por el botiquín – salió de la vista de Emma

-No me siento bien- murmuro al no verlo, toco su frente- rayos, me duele el tobillo, me ve desnuda y ahora tengo fiebre- volvió a murmurar soltando un suspiro cerrando sus ojos

Cuando volvió con el botiquín la vio acostada y se lamentó de haber la empujada aquella vez en la biblioteca. Ese día se había enterado de la infidelidad de su novia con su supuesto primo. Para completar él tiene deseos de besarla al verla acostada pero reacciono, al recordar que se había lastimado el tobillo; por suerte él sabía hacer un vendaje gracias a su madre que es Médico. Se acercó a ella, tocando el tobillo que le dolía cuando la estaba ayudando a levantarse en el baño. Emma abrió los ojos exageradamente por el dolor.

-Te voy a vendar, cuando escampe iremos a una clínica para que te revise un Médico -dijo Ricardo serio

-Estoy de acuerdo -culmino apretando sus dientes para evitar gritar

Al finalizar el vendaje, Ricardo a parta el botiquín mirando detenidamente a la chica.

-¿Qué ocurre? Ricardo – cuestiona al ver que se le queda mirando

-Ocurre que, sabes mi nombre pero, yo no el tuyo -aclara

-Ah! Lo siento, soy Emma -se ríe nerviosamente

-Un placer -sonríe-¿Te duele mucho?­—pregunto preocupado al ver el semblante de la chica

-Como no tienes idea -contesto moderando su tono

 




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