Evan estaba en una hondonada, rodeada por un par de barrancos en ambos extremos y llena de maleza en toda su amplitud, por encima había árboles de menor tamaño y algunos pinares. Estaba reconociendo lo que era la última porción del territorio, la hondonada estaba rodeada por dos montañas rocosas creando un valle entre ambas.
—Así que..., los ancianos dieron el visto bueno, ¿eh?
Daryl sonrió de lado, agachándose para recoger un brote de hierba entre sus dedos.
—Sí —respondió sin mucho entusiasmo.
Pasaron un par de días desde que se reunió con todos los ancianos, había decidido ignorar las insistencias de Roxy sobre su pasado, porque no veía necesario que supiera de eso. Sonaba absurdo para el leopardo que estaba de pésimo humor debido a su alejamiento, pero Evan no estaba dispuesto a compartir secretos con Roxy, no todavía.
«Pero ella hizo lo mismo, no dudó ni siquiera un segundo»
Conteniendo un gruñido, Evan giró para ver a Daryl.
— ¿Qué es lo que hacemos aquí exactamente?
El hombre soltó el brote y se levantó, echando un vistazo alrededor.
—Richard quiere un nuevo lote de cultivo —respondió—. Y me pidió que buscara un sitio adecuado o de lo contrario empezará a tala el bosque. Este es un buen lugar, hay agua cerca, la tierra tiene buena consistencia...
—Pero está muy alejado —resolvió Evan.
Daryl alzó la mirada, con una sonrisa cómplice le miró a los ojos.
—Por ese motivo nos conviene.
Evan frunció el ceño, no entendía a donde quería ir el leopardo con todo esto.
— ¿Vas a decirme qué estás tramando?
Daryl se quitó la tierra de sus manos y se enderezó, echó un vistazo alrededor, todo se encontraba en calma bajo el frío abrazo del invierno, Evan estaba seguro que estaba planeando algo grande pues lo veía en su mirada amarillenta, signo del cazador cercano.
—La resistencia.
Evan redondeó los ojos con asombro, no se esperaba eso.
— ¿Van a quitarlo del puesto?
Daryl rió por lo bajo, en un gesto que confundía pues no había nada de alegre en el sonido.
—Es muy temprano para saberlo —respondió—. Pero si construimos un invernadero aquí, puede que sea un buen lugar para organizar algo...
Daryl se acercó, se mantuvo en silencio mirándolo fijamente, Evan sintió la molestia picar su piel mientras los ojos del leopardo lo analizaban con detalle, se sentía expuesto ante una amenaza y su propio animal exigía imponer su poder.
—Todavía no se han vinculado —dijo de pronto, con una voz baja cortando el silencio.
Evan gruñó bajo y Daryl reconoció la advertencia, dejó de observarlo para subir por el barranco. El tiempo de reconocimiento estaba terminado, tarea cumplida.
— ¿Ya no hay más que hacer aquí?
Daryl no respondió. Su tensión era evidente, así como la preocupación en su mirada que se esforzaba por no cruzar con la de Evan, aunque este la exigiera al hablarle.
—Todavía no lo han hecho —repitió.
Evan contuvo a su animal que percibía cierto interés en esa declaración, ¿acaso Daryl estaba considerando una oportunidad con Roxy? Descartó esa absurda idea, él ya había dado un paso atrás.
—Con todo respeto Daryl, no es asunto tuyo.
Las garras salieron y ahora Daryl cruzó una mirada furiosa que hizo que todos los sentidos de Evan entraran en alerta.
—Claro que lo es, me importa Roxy, no puedo quedarme así sabiendo que te resistes a ella.
—Yo no estoy...
—No lo niegues —cortó—. Hace más de dos semanas que se encontraron, no debe ser muy difícil establecer el vínculo entre dos cambiantes que se reconocen mutuamente.
— ¿Crees que es tan fácil como; oye me gustas, dame la mano, un beso y formamos un vínculo, así lo imaginas? Pues déjame decirte que es algo bastante estúpido creer algo así, un vínculo no se puede forzar.
—Claro que no, el problema es que tú no quieres y eso le hace daño a ella, ¿a qué tanto le temes Evan?
Su pregunta le descolocó, le hizo pensar, algunas ideas cayeron en su mente y Evan creyó que todo el tiempo había estado confiando en que solo necesitaba espacio. No supo cómo contestar, la verdad era que ni siquiera sabía cómo debía sentirse, quería a Roxy, la reconocía como su compañera, pero vincularse era algo completamente nuevo, y para alguien que desde la cuna fue privado de afecto, familia y vínculos sociales, saber que podía hacer esa clase de unión era algo... Intimidante. Evan todavía se veía a sí mismo como el experimento genético que salió del laboratorio y toda su vida la pasó en cautiverio a manos de los humanos, pero Roxy lo veía como un hombre común, suyo, y él no quería decepcionarla cuando supiera lo que había dentro, fragilidad y temor, miedo a ser insuficiente.
—No puedo forzar el vínculo.
—Evan...
—No te metas en esto.
Daryl lo detuvo de repente, tomándole por un hombro, le hizo girarse, Evan volvió a soltar otra advertencia animal y retrocedió.
—Oye, escucha —la voz de Daryl tenía un tono de autoridad que no le agradaba para nada—. Saber sobre tus dilemas e inseguridades al respecto no me interesa, pero Roxy sonríe más desde que apareciste y creo que es por ti. Ahora, los leones están esparciendo rumores de que Richard te quiere muerto y puede que los envíe para el trabajo y hacerlo pasar como un accidente, eso no nos conviene, ni a nosotros, ni a mí, ni a Roxy, especialmente no a ella. Debes formar el vínculo.
—No puedo —gruñó.
—Sí, puedes, acaba con la tensión entre ustedes de una maldita vez.
Evan lo enfrentó, por una vez no se sintió mal al reclamar la inclinación de otro cambiante, los colmillos descendieron al igual que sus garras y él se acercó, gruñó, como un siseo bajo que puso a Daryl en alerta, el agresivo contacto visual no duró mucho, y terminó con el leopardo sometiéndose.