No se suponía que debía sentirse tan agotada... Como si no hubiese dormido realmente, como si no descansara en días, y era confuso la manera en que a Roxy le costó horrores abrir los ojos y enfocar con precisión, este despertar era extraño, se sentía anormal. Levantando la cabeza de la almohada, sintió su estómago picar, y se dio cuenta que tenía un ardor en la pierna derecha y algo punzando en sus costillas.
Esto no era normal.
Incorporándose, tanteó el espacio vacío que había junto a ella, y recordó todo, la llamada y la determinación de Evan por acudir a esa reunión con Aria. Se sentó, lo primero que ocupó su mente fue Evan. Pero luego su pantera se movió nerviosa, susurrando sobre la existencia de algo que no encajaba en la habitación, algo que le llamaba poderosamente la atención y no sabía qué. Observó todo alrededor, nada había fuera de lugar, todo se veía bien.
Miró la hora, más de las nueve, Evan tendría que haber llegado ya, Roxy no quiso dar espacio a los malos pensamientos que se arremolinaron en su mente, confiaba en él con cada fibra de su cuerpo, Evan estaba bien, era sigiloso como fantasma, de seguro debía estar en la cocina. Sentándose en el borde de la cama, se estiró y sus costillas volvieron a doler, intrigada Roxy levantó la remera con la que dormía pero todo estaba en orden y no había ninguna herida extraña. Bajó los pies al suelo, lo sintió algo pegajoso y... ¿Era un defecto de su vista o la madera tenía un desgastado tinte rojizo? Respiró, no le dio importancia, se aferró a la idea de que todo era producto se su mente, tambaleante, Roxy fue hasta el armario y se vistió.
Oír movimiento en la cocina le trajo algo de alivio, ella se apresuró deseosa de recibirlo como todas las mañanas, no sabía por qué lo extrañaba tanto, como si no lo hubiera visto en meses, quería tanto verlo... Pero para su enorme sorpresa, no fue a Evan quien se encontró de espaldas a ella en su cocina, sino a Daryl. Perpleja, comenzó a dudar, ¿acaso todo lo que había vivido se trataba de un sueño y ella de nuevo en el principio? No, eso era algo realmente alocado.
—Daryl... ¿Qué..., qué haces aquí?
Daryl se giró, haciendo dar vueltas el agua que contenía el vaso en su mano. La tensión del leopardo le alarmó, a Roxy se le aceleró el pulso imaginando cosas que le dolieron, estaba al borde de entrar en pánico cuando recurrió al vínculo y no lo sintió ahí, era como si estuviese apagado.
Algo andaba mal...
— ¿Dónde está Evan? —Preguntó con voz temblorosa.
¿Lo habían capturado?
—Roxy, tranquila, él está bien. —Pero el leopardo no sonaba tan convencido...
Daryl bebió el agua y dejó el vaso sobre la encimera, acercándose con cautela le miró fijo tratando de calmarla con una sonrisa que se notaba a millas de distancia que era falsa. Roxy retrocedió, volvió a buscar el vínculo pero de nuevo no lo encontró activo, no estaba roto, ella lo habría sentido romperse, pero Evan estaba fuera de su alcance de una forma que no entendía, y eso le asustaba.
—No lo siento... —balbuceó, acogiendo la desesperación en su pecho—. No lo siento... Daryl... No lo siento... Daryl ¿qué está pasando?
Llevándose las manos a la cabeza, Roxy evadió el intento de Daryl por abrazarla, volvió a la sala y lo llamó, una y otra vez, pero en la pequeña cabaña solo estaban ellos dos.
—Roxy, cálmate —Exigió Daryl.
Ella le siseó al darse vuelta, la pantera saltó al frente, Daryl se movió a la defensiva, astuto, ya sabía por experiencia que no era conveniente hacer enfadar a una pantera.
— ¿Dónde está mi compañero? —Reclamó.
Algo de dolor se reflejó en los ojos marrones del leopardo, pero ella lo ignoró.
—Está bien —replicó—. Yo estoy aquí para cuidar de ti, era la única forma de que su leopardo no se volviera un loco asesino de nuevo.
Roxy frunció el ceño, ¿Evan, asesino? ¿Había peleado con Richard? ¿Qué rayos estaba pasando?
— ¿Richard?
Daryl negó.
—Será mejor que te sientes.
—Será mejor que largues todo o voy a perder la maldita paciencia.
Daryl lanzó un bufido molesto, se rascó la cabeza.
—Hace unas horas Evan encontró a Nick sobre ti, el infeliz te aplicó un dardo con sedante, quería... Tenerte —su voz se endureció.
Tragó duro, eso se oía... No quería creer que...
Roxy se tocó el punto en donde su pierna dolía, tragó el nudo que se armó en su garganta sintiendo un sabor amargo, la repulsión que se adueñaba de su cuerpo. La conclusión era evidente, aun cuando ella se negara a pensar que...
—Nick... ¿Él me...?
—No alcanzó —interrumpió Daryl—. Evan llegó a tiempo, lo hizo pedazos... Él... Lo mató.
Entonces era eso lo que percibió en la habitación, la muerte... Y la cosa pegajosa que teñía la madera era sangre y... Todo dio vueltas, Roxy sintió el mareo ascender hasta su cabeza, se abrazó a sí misma luchando por mantenerse cuerda, Evan le necesitaba...
— ¿Qué pasó con Evan? —Preguntó alterada—. ¿Dónde está?
Daryl desvió la mirada, dudando.
—Dime —rogó—. Por favor.
—Richard lo envió al foso.
Lágrimas de miedo y desesperación cayeron por su rostro, sin dudarlo un segundo más ella salió al exterior, los llamados suplicantes de Daryl no hicieron nada por detenerle, a toda prisa se dirigió al foso. Corrió con el horrible dolor en sus costillas, llegó a la conclusión de que era Evan el que estaba herido y ella lo sentía en su piel, pero no podía comprender por qué el vínculo que los unía se encontraba apagado, por qué no podía llegar a él.
Poco a poco fue perdiendo velocidad, la fuerza se le escapaba a medida que acortaba la distancia, y no le facilitaba el llanto incontenible que nublaba su vista y le confundía el camino. Roxy se detuvo al borde del claro pequeño que rodeaba al foso, el frío aire le erizó la piel y ella se sintió desprotegida, como nunca antes. Se acercó a la estructura de piedra en forma circular, olía a húmedo y se oía el ruido de las gotas al caer en el fondo.