El destino de los guardianes - Kathrinna

Capítulo 5 - El Babuino de Medianoche

Empiezan a descender hacia los bosques de Yconav, Ardagius se ha despedido del grupo y se quedado en Hamuleif con la esperanza de viajar hacia la capital. Victoria y Fiona han continuado con el grupo esperando que este viaje afiance sus sentimientos, las haga más fuertes y que puedan superar sus miedos. Yovun, Barleif y Nom continúan prestando su apoyo, aunque de cierta forma, Egios mantiene a Yovun entre ojos, sabe que es una persona terca y agresiva, quizás no fue la mejor opción para contratarlo y siente que no puede confiar totalmente en él. Por otro lado, aún piensa en aquella noche en que Kathrinna habló con Ardagius bajo los rayos de luna, ¿qué le reveló la vampira? Y más aún, que le ocultaba a él.

Viajan en una carreta alquilada que los llevará hasta el siguiente poblado, un pequeño caserío a la entrada del bosque, hogar de leñadores, cazadores y personas que viven especialmente de los viajeros y caravanas que cruzan por aquellas tierras.

-  Oye Egios – le dice Vicky - ¿Es verdad que eres escritor?
-  Así es,... ¿te gusta leer?
-  Sí, me encanta, cuando era joven mi padre nos traía cuentos, hace mucho que no leo uno completo.
-  Sin embargo, creo que el último libro que traje se lo di a Kathrinna, ¿no es verdad?
-  ¿Qué?... ah sí... el libro – responde Kathrinna
-  ¿Ya terminaste de leerlo? – pregunta él
-  No del todo, es que, tengo muchas cosas en mi cabeza y siento que no lo disfruto completamente.
-  No pasa nada.
-  Si quieres te lo presto – le dice Kathrinna a Vicky pasándole el libro.
-  ¡Sí!, - Responde ella recibiendo el manuscrito - lo leeré rápido y entonces te lo devolveré para que lo termines.
-  Me parece un buen plan, es un buen libro, hasta donde leí... aunque el autor está un poco loco.
-  ¡Oye!

Los tres ríen a carcajadas mientras la carreta termina de aparcarse cerca de algunos puestos de mercaderes. Egios entrega unas monedas al conductor y entonces caminan hasta una posada.

-  Hey Yovun – le dice Nom – ¿Has estado en estos bosques antes?
-  La verdad no, pero nuestro amigo Egios, sé que conoce el lugar – dice él abrazándolo con fuerza – ¿No es así? Esta vez no vamos tan a la deriva.
-  Yconav es un enorme bosque, no hay ciudades grandes ni medianas, sólo poblados. Hay tres vías principales que recorren todo el territorio, una termina en Alvadon, el poblado más grande hacia el norte, en la costa. La otra lleva al paso montañoso hacia el desierto de Haddartz, y la central, es la que nos interesa, nos lleva directo a la tundra de Dwaralav.
-  Oye mi hermano – pregunta Nom – ¿cuánto tiempo nos tardará cruzar estos bosques?
-  Si no hay complicaciones... unos 20 días.
-  Complicaciones – pregunta Yovun - ¿Qué complicaciones?
-  Yconav es territorio de brujas – añade Kathrinna – Los bosques más profundos son hogar de brujas antiguas y poderosas.
-  Y donde hay magia – continúa Egios – quedan sus residuos, la magia arcana residual afecta a los seres vivos y crea mutaciones, e incluso las mismas invocaciones y experimentos de las brujas pueden fugarse y llegar hasta los caminos y poblados.
-  ...Creo que voy a extrañar a los simios esos – dice Nom.
-  Los caminos son protegidos por la Guardia Boreal, operan desde aquí hasta algunos poblados de Saggadya y son la autoridad – comenta Egios - pero una vez estemos en Ergaddya, el control lo tienen los elfos oscuros.
-  Yovun voltea a mirar a Barleif y sus rostros muestran una expresión que dice "en donde nos metimos".
-  Yo quiero ver a alguna bruja – dice Nom – quizás cazarlas, ¿pagan bien por ello?
-  Tú no vas a cazar a nadie – le dice Yovun. al tiempo que pone su mano sobre la cabeza del muchacho y lo impulsa hacia abajo.
-  Oye, yo solo quiero cazar a una brujita.
-  No es un juego Nom – le dice Egios. – Realmente como dice Yovun, los simios son mucho más fáciles de tratar.
-  ¿Cómo cruzaremos entonces? – pregunta Yovun.
-  Necesitamos a un mago – Dice Egios.
-  O a una bruja – añade Kathrinna.

Tras registrarse en la posada, dejan el equipaje a cargo de Vicky y Fiona, Barleif se queda a cuidarlas. El resto salen en busca de un mago o una bruja.

-  Dices que las brujas son malas – dice Yovun – ¿por qué precisamente buscamos una?

-  La única forma de protegernos de la magia es con magia – dice Egios. – Y hasta dónde sé, aquí nadie es bueno con la magia... ¿a menos que Kathrinna no nos haya dicho toda la verdad?

-  ¿Yo?... ¿qué verdad?
-  Eres una hechicera.
-  ¿Qué por qué dices eso?
-  Egios se acerca y la mira detenidamente, Kathrinna muestra cierta confusión en su mirada, pero no dice palabra alguna, su rostro de duda e incredulidad hacen tranquilizar un poco a Egios.
-  Egios sonríe - lo siento, sólo quería engañarte.
-  No es gracioso.
-  Bueno, aún sé que tienes cosas que no me has dicho, quizás esa fuera una de ellas... pero al parecer me he equivocado.
-  Siempre he sido honesta contigo, ¿qué quieres que te diga?
-  Sí, lo sé... pero bueno, hace cuanto estás tomando sangre humana.



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En el texto hay: misterios y leyendas, magia, epico

Editado: 13.09.2018

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