El destino de Megan

Capitulo 2

Los hermanos Mackington habían pasado toda la tarde con sus guerreros, no querían permanecer dentro de ese castillo más tiempo del necesario. Era como si una niebla invisible les quitará la respiración, Niall estaba nervioso, esa sensación no le gustaba, estaba acostumbrado a tener las cosas controladas, era un planificador nato, un estratega y desde que habían llegado sentía que había perdido el control.

Varias veces le vinieron a la mente esos ojos verdes ¿Quién sería esa muchacha y porque se asustó tanto al verlos? A lo mejor era una huérfana buscando algo que robar. Se la veía muy joven.

No quería que les acusaran de maleducados y cuando se iba acercando la hora de la cena decidió que era momento de volver al castillo. Se habían lavado en el lago cercano al castillo y se habían cambiado de ropa. Iba a conocer a su futura esposa, no podía faltarle el respeto...

Tenía claro que no tenía ninguna intención de conquistar a esa mujer, todo formaba parte de un plan para destapar la trama de los MacLeod, aunque tenía claro que le iba a dar a esa mujer todas las comodidades que estuviera a su alcance, su madre le había educado en la creencia que las mujeres estaban para ser veneradas, aunque en los últimos momentos, después de lo que había visto de esta familia dudaba que alguien perteneciente a los MacLeod se lo fuera a poner fácil.

Niall y sus hermanos estaban esperando en el salón, ningún miembro de la familia anfitriona se había dignado a aparecer. Uno de los guerreros MacLeod les había vuelto a preguntar si querían disfrutar de alguna mujer mientras esperaban a su señor, como el que ofrece un trago de cerveza. A él le gustaba disfrutar de los placeres femeninos como a cualquier hombre, pero no veía nada cortes que se ofrecieran mujeres como el que ofrece un trozo de pan. El prefería las miradas, el coqueteo el cortejo, en definitiva.

  • Esto es inaudito, ¿De verdad que nos acaban de ofrecer mujeres como si se tratara de un burdel? - preguntó Al ofendido.

Al era un conquistador nato, le encantaban las mujeres, con una mirada y una sonrisa tenía a sus pies a cuantas Damas deseara, pero era la persona más generosa y respetuosa con el género femenino, decía de las mujeres que eran pequeñas estrellas que bajaban a la Tierra para alegrar los ojos de los hombres y que como tal había que honrarlas. Por ese mismo motivo le repugnaba que ese bárbaro le ofreciera mujeres como el panadero te ofrecía una hogaza en el mercado.

  • Eso parece. Debe ser un clan muy libertino. - le contestó Niall con hastío.
  • ¿Crees que tú esposa será pura? - Donovan era demasiado directo algunas veces.
  • No lo sé Donovan, pero sinceramente no me preocupa, no tengo intención de consumar el matrimonio con ella, recuerda que el plan es tenerla solamente durante un año, el tiempo que tenemos para desenmascarar a estos bastardos. Pienso devolverla dentro de un año exactamente, y sinceramente cada vez estoy más convencido que me va a costar muchísimo esta misión.

George entro en el salón como si fuera el mismísimo Zeus. Detrás de él iba su hijo, al que se le veía en deplorables condiciones, Niall podría jurar que ese hombre iba borracho como una cuba.

  • Disculpad, mi esposa y mis hijas están preparándose para recibirles, comprenderán que no les esperábamos y para ellas ha sido una noticia demasiado precipitada. A mí pequeña le ha costado asimilar la noticia
  • Lo entiendo, separarse de la familia tiene que ser doloroso
  • Al fin y al cabo, es la finalidad de la mujer. - dijo Ian con voz pastosa.
  • Y exactamente ¿Cuál es esa finalidad? - preguntó Al de manera retadora
  • Cubrir las necesidades masculinas, calentar el lecho del hombre y proveerle de vástagos.

Niall se dio cuenta que Al estaba apretando los puños, si no cortaba esta conversación este imbécil acabaría con una daga apoyada en su cuello en breves momentos.

  • Espero que mi prometida pueda tener todo su equipaje preparado para poder partir mañana a primera hora. Está noche podrá disfrutar de la compañía de su madre y su hermana para despedirse.

Donovan se dio cuenta que George contuvo la risa. No sabía exactamente de cuál de las palabras de las que había dicho su hermano se había reído.

Una sirvienta apareció con una jarra de cerveza, se la veía bastante nerviosa, se acercó a la mesa con la cabeza gacha y mirando al suelo.

  • Muchacha, date prisa en servir, los hombres tenemos sed. - gritó George

La pobre chica se sobresaltó y derramó un poco del líquido de la jarra salpicando a Donovan en el kilt

  • ¡¡¡Estúpida inútil! - grito Ian lanzándose hacia adelante para alcanzar a la muchacha.
  • No pasa nada, solo han sido unas gotas. - respondió Donovan retirando a la chica del alcance de Ian.
  • Mackington Veo que te ha gustado la mujercilla, no es de las mejores, Pero si es tu deseo luego la mandaré a tus aposentos.
  • Ya veremos. - dijo Donovan intentando disimular la ira que le estaba subiendo desde sus entrañas.
  • Buenas noches George, Ian. - saludo Niall al entrar




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