Donovan les narró su noche, como primero fueron al burdel, cuando entraron los siete hombres el ambiente era muy festivo, había algunos guerreros que ahora mismo iban con ellos, hombres del clan MacLeod y unas mujeres preciosas alegrando la velada.
A Donovan le llamó la atención como el ambiente cambió cuando llegaron, las mujeres se tensaron y los MacLeod prácticamente desaparecieron. Ya no había alegría y nadie se divertía. Ian comenzó a pedir bebida y él y sus hombres comenzaron a molestar a las mujeres con groserías y malas palabras. Eran bruscos con ellas y la situación se volvió cada vez más humillante, el alcohol empezó a correr por doquier y cuánto más bebían más agresivos se ponían
Llegó un momento que comenzaron a propasarse con las chicas, no buscaban un rato de diversión entre las piernas de una mujer, ni saciar las necesidades masculinas, era algo más hostil, era ejercer poder. Les narró cómo se inició una pelea cuando uno de los hombres de Ian intentó someter a una de las chicas en una mesa delante de todos y uno de los hombres de Robert le frenó.
Después de la pelea a Ian se le notaba muy borracho y muy excitado, entonces es cuando comenzó el infierno
A Allan le encantaban las mujeres y disfrutar de su compañía de todas las maneras posibles, pero las veneraba, para él eran seres celestiales, intocables y que había que cuidar. Cómo él siempre decía, hasta la mujer más ramera es la madre de un futuro guerrero escocés.
Donovan se quedó mirando al horizonte buscando fuerzas para continuar.
Después de la pelea decidió que era hora de disfrutar de verdad y con mujeres que mereciera la pena, que no pusieran impedimento a las demandas de los hombres de verdad. Donovan estaba convencido que su cabeza estaba tan trastornada que no se había dado cuenta que ellos estaban allí.
Les explicó con detalle donde aparecieron, era una casucha vieja, su interior estaba totalmente vacío de muebles, solo unos jergones de paja en el suelo cubiertos de mantas raidas.
Niall no pudo dejar de pensar la habitación donde Megan había vivido toda su vida. Apretó los puños hasta dejar los nudillos blancos.
Todos se dieron cuenta que por las mejillas de Donovan corría un hilo de lágrimas. Sin darse cuenta habían parado la marcha.
Niall y Allan juraron ayudar a esas mujeres, aunque no hacía falta ambos ya lo habían decidido mientras escuchaban la historia.
En ese momento Rose y Al volvían con el resto del grupo. Al entre vómitos y lágrimas le había contado la historia a su amiga, que con su sabiduría le había tranquilizado.
Todos se quedaron en silencio sin saber que decir, sabían perfectamente que Rose iba a cumplir su promesa, no tenían ninguna duda.
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Editado: 23.03.2025