A la cena acudió toda la comitiva, el ambiente era discernido y todos estaban esperando que comenzara el baile. Todos los amigos deberían estar relajados puesto que todo estaba saliendo a la perfección y los anfitriones estaban comportandose de una manera demasiado amistosa, cosa dudosa en esa gente.
Robert estaba sentado a la cabecera de la mesa junto a George, Ian, Alan, William, Lady Marion, Lady Catherine y Lady Rose.
Donovan y Alastair estaban sentados de tal forma que vigilaban el flanco izquierdo del Rey y Fraser estaba a la derecha.
Abi estaba sentada con las muchachas más jóvenes entre las que se encontraba Lady caprichos y sus esbirros.
A Robert le gustaba ir con sus hombres o sus amigos a cazar, no lo que se iba a hacer mañana, eso era una pantomima que le aburría enormemente además se sentía como un auténtico idiota. Un grupo de guerreros acorralaban a las presas y ellos se limitaban a disparar.
Al escuchar eso Ian una sonrisa malévola se puso durante unos segundos en su cara. Ninguno de los presentes se dio cuenta, en el fondo del salón había alguien que estaba atenta a todos los movimientos.
Al otro lado de la mesa las mujeres estaban sumidas en una entretenida conversación sobre tapices y bordados, a Rose la faltaba bostezar, aunque estaba muy acostumbrada a esas conversaciones.
La mujer había señalado las cortinas que estaban al lado de la chimenea, donde había indicado Abi que estaba controlando continuamente a la mujer. Lo más seguro que hubiese una entrada secreta, casi todos los castillos tenían varias salas secretas y pasadizos. Si estuviese aquí Annette lo sabría, seguro que conocía los pasadizos secretos de ese castillo, ya que cuando eran pequeñas jugaban al escondite con Liana.
Rose y Cath notaron como Marion se tensó por un momento, Rose se jugaría su mejor daga a que ahí había alguien escondido vigilando, Pero ¿quién?
Ian se había fijado en la jovencita que por la mañana había acompañado a la comitiva, no era extraño que el rey siempre llevará alguien más joven de observador para aprender protocolo. Era una mujer muy guapa, nada más verla su cuerpo había reaccionado, se propuso que esa noche la cortejaría y la haría suya.
El baile comenzó, Marion y Cath se unieron al grupo de esposas de Laird, aunque en un principio parecía fortuito era algo totalmente premeditado.
Todas las mujeres interpretando muy bien sus papeles de damiselas insulsas cuyo único objetivo era hacer las delicias de la madre del Rey alabaron las cortinas. Marion empezó a ponerse nerviosa, esa mujer se había empeñado en precisamente esas cortinas, el único lugar del castillo donde no quería que se acercasen.
Rose hizo un gesto con la mirada a Abi, que no perdía ojo. Notó un pequeño movimiento tras las cortinas, lo que afirmaba que alguien vigilaba desde ahí y al notar la presencia de las mujeres había decidido retirarse, ahora solo faltaba averiguar de quién se trataba y que espiaba, si en general o a alguien en particular.
Abi se dio cuenta que la respiración de Lady Marion se había aceleraso y que sus movimientos se habían ralentizado, quizás fuera para dar tiempo al espía a desaparecer o simplemente porque le aterrorizaba lo que pudiera suceder después por permitir que esas mujeres fisgonearan cerca de su escondite.
Detrás de la puerta secreta Leonard estaba maldiciendo a esas mujeres cotorras, llevaba allí mucho tiempo estudiando a todos los invitados importantes. Aunque había llegado a un acuerdo con su sobrino, no se fiaba de ningún escocés de los que ocupaban esa sala.
Abi se giró para ver de quien se trataba, una acidez le subió por la garganta al descubrir que era Ian. No le gustaba ese hombre, pensaba que estaba demasiado pagado de si mismo y además la mirada lasciva que tenía cuando la miraba le ponía los pelos de punta, además escondía algo, él iba a ser el percusor de lo que ocurriera, fuera lo que fuera, aunque si lo pensaba bien el hombre le estaba poniendo en bandeja la posibilidad de poder analizarlo más de cerca, cosa que no desaprovecharía.
Ian había estado hablando con su hermana sobre todo este tiempo en la comitiva, necesitaba información, no deseaba dejar ningún cabo suelto, si tenía algo que saber lo necesitaba antes de mañana, cosa que no le sirvió de mucho ya que esa muchacha era demasiado tonta y demasiado simple, le hablo de todo menos de lo que le interesaba a el. También aprovechó para preguntarle por esa muchacha que había estado por la mañana en el castillo para llevarse la grata sorpresa que era la pequeña de los Mackington, algo totalmente asombroso ya que no solo se vengaría de los Mackington por haberle robado a Megan, sino que tendría la oportunidad de destrozar a su niña pequeña, la deshonraría y mancillaría de las peores maneras.
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Editado: 23.03.2025