Por mas que le dije a mi abue que no quería venir a este festival, no me hizo caso. La gente del pueblo se reúne para vender cosas viejas y usadas a precio de reliquias, sé que suena tonto pero ¿qué me van a decir a mí? Vine a la fuerza.
Tengo tres razones muy grandes para querer irme: no tengo dinero, no me gusta lo viejo, y por último y más importante, quería evitar ver a esos chicos O’Neill de nuevo.
―!Lea!
No por favor.
―Annie, no sabes cuánto gusto me da verte―. Una mujer guapa y delgada se acerca a nosotros con los brazos abiertos, abraza a mi abue y después se gira hacia mí―. Tú debes ser Mely. Yo soy Lea.
―Mucho gusto― le devuelvo el saludo―. Me gustaría dar una vuelta abue, ¿puedo? ― ella asiente.
―Te veo en el lugar de Lea en una hora.
Me despido con una leve sonrisa y me aparto de ellas. En realidad no quiero dar un paseo, iré a la camioneta y ahí me quedare, es un día muy tranquilo y lo que menos me apetece en este momento es tener que lidiar con la gente, pero al parecer el mundo está conspirando en contra mía porque ahí están Evan y Adrien. Evan logar hacer contacto visual conmigo, e inmediatamente me doy la vuelta y comienzo a caminar, pero no lo suficientemente rápido como para que Adrien no me alcance.
¿Qué diablos quiere este chico? No entiendo como se puede acercar a mí después de lo que me dijo ayer.
―No pensé encontrarte aquí― dice, actuando como si nada hubiera pasado y como si me conociera de toda la vida.
―Lo mismo digo de ti ―. Primer error, lo he tuteado. Ahora creerá que puede hablarme con confianza, aunque al parecer ya lo está haciendo y me sigue a paso firme como si no quisiera que me separase de él.
―Dime Mely, ¿cuánto tiempo estarás de visita por Chapel Hill?
―Todo el verano.―Lanzo una mirada rápida hacia atrás, y justo como me lo esperaba, Evan está observándonos, o más bien observándome de la manera más terrorífica que se pueda esperar― ¿No le caigo bien a tu hermano? ―Antes de darme cuenta, suelto la pregunta y me arrepiento al instante.
Adrien no parece ser tan malo como Evan. Ni siquiera físicamente. Adrien es igual de alto, pero es un poco más corpulento que su hermano, además de tener ojos de un gris electrizante que contrasta con su cabello oscuro.
―Evan es muy obstinado. No es fácil de convencer.
«Y no es que yo quisiera hacerlo»
Salimos del estacionamiento, y entramos a algo parecido a un parque, no hay gente porque todos están en el festival y yo también debería estar ahí. Ni siquiera sé quién es este chico en realidad y ahora resulta que camino a su lado como si lo conociera de todo la vida.
Debo estar loca.
―Perece que no tienes amigos― me atrevo a comentar.
Ahora algo en su semblante ha cambiado, y no como yo esperaba. Sus ojos reflejan tristeza y pena a la vez.
―No puedes juzgarme sin antes conocerme― me señala con el dedo, lo cual provoca que me ponga furiosa.
« ¿Que mosca le ha picado?»
―No tienes porqué hablarme de esa manera, tú fuiste quien vino hacia mí, yo ni siquiera te di indicios de querer hablar contigo ―farfullo. Sé que eso no viene al caso, pero por alguna razón me siento fuera de lugar cuando estoy cerca de ellos; como si ocultaran algo importante y no quisieran decírmelo.
―Deberías regresar a casa Mely― más que una sugerencia, suena como amenaza.
―Ahí están de nuevo las amenazas.― Alzo demasiado la voz― ¿Sabes? Tú y tu hermano son los que deberían mantenerse alejados de mí. Son extraños, groseros y peligrosos, y ni siquiera debería estar hablando contigo en este momento. ―Me doy la vuelta y comienzo a caminar de vuelta a donde tenía planeado.
―Mely, espera― dice, esta vez más calmado, pero aun así lo ignoro.
Poco después esta junto a mí.
―Creí que ya te había dejado claro que no quiero que te me acerques― espeto furiosa.
―Perdón ¿de acuerdo? Sé que me he comportado como un idiota― al ver que sigo sin detenerme, me detiene y se pone enfrente de mi―. Empecemos de nuevo.
Tuerzo la boca pensativa, pienso en actuar pronto y decirle que no acepto sus disculpas, pero a fin de cuentas quien soy yo para no darle una segunda oportunidad.
―Está bien―me rindo finalmente― pero tienes que decirme porque me pediste que me alejara de tu familia. Te conocí ayer y ya me estabas tratando como si fuera una delincuente―protesto.
―Lo hago por Evan. Suele ser muy prepotente con las personas que no son de su agrado, y por alguna extraña razón…
Lo interrumpo
―No le caigo bien. Si ya lo sé―. Ambos reímos por lo bajo.
―Volvamos al festival―propone, acepto con una inclinacion de cabeza y caminamos con lentitud mientras me cuenta como fue su llegada a Chapel Hill.
Llegamos a donde me ha dicho mi abue y al verme con Adrien, me dedica una sonrisa cómplice.
―Hijo, pensé que estabas en casa―suelta la madre de Adrien, este se pone un poco tenso y supongo que no quiere que piense que se ha quedado por mí, bueno, si ha sido así pero no por lo que él piensa.
―Así es mamá, pero me encontré con Mely y decidí acompañarla para que no estuviera sola―. Bien, ahora yo soy la que se encuentra tensa, si no quiere que piensen que trama algo conmigo, como espera que le crean después de lo que acaba de decir.