El destino de Melania

SIETE

Despierto sobresaltada, la cabeza me da vueltas como un remolino y tardo unos minutos en sentirme mejor.

Estoy recostada sobre una cama que no es la mía, las paredes no me parecen conocidas y mucho menos la ubicación.

¿Estoy muerta acaso?

La puerta de la habitación se habré y Adrien aparece.

La emoción que siento al verlo hace que me ponga de pie y corro hacia el para darle un fuerte abrazo, al principio no pienso en lo que estoy haciendo porque en verdad siento una alegría inmensa, pero después de un momento, me doy cuenta de lo bochornoso que es estar abrazando a un chico estando solos en una habitación, y rápidamente me separo de él y me giro para que no pueda ver la vergüenza en mi cara.

―Estoy más que seguro de que despertaste― bromea, lo cual agradezco porque sé que él se siente igual de apenado que yo.

―Creí que algo malo te había sucedido… yo… no sabes cuánto lo siento― digo, con lágrimas en los ojos al recordar la estupidez que cometí al decir su nombre.

Adrien se acerca a mí a pasos lentos y me mira con ternura en los ojos.

―Acabas de tener una de las experiencias más escalofriantes de tu vida y, lo único que te preocupa es si me sucedió algo― comenta con interés― eso si es extraño.

«Vaya que si es extraño, ¿acaso él te importa más de lo que quieres aceptar?» Me dice mi subconsciente, burlándose de lo estúpida que soy.

―Yo solo no quería que te pasara algo por mi culpa― contesto, un tanto tímida―. ¿Qué sucedió con ella?

―Ella está en un lugar donde no podrá hacer más daño. ― Se sienta al borde de la cama, y me hace una invitación para que lo acompañe, al principio me comporto un poco escéptica, pero finalmente lo hago.

―Hay muchas cosas que no me gustaría que supieras, sin embargo, siento que lo correcto es que estés al tanto de todo― dice, no muy seguro de lo que está haciendo. Yo por mi parte, le grito mentalmente que siga adelante, y como si me escuchara, continua: ― Mi padre es un Muérgano. Mi madre se enamoró de él, y por mucho tiempo mantuvieron un romance secreto, hasta que quedó embarazada de Evan. Evan nació y nadie seguía sin sospechar nada, pero cunado quedo embarazada de mí, los Fernweh se enteraron y decidieron quitarle el símbolo.

―Así que es por eso ― comento, el asiente levemente.

― Mi madre tenía intenciones de separarse de mi padre, pero eso no lo creyeron los Fernweh. Ella había descubierto que los muérganos tenían entre sus manos un objeto muy apreciado para los Fernweh, y según ella, no lo tenían para nada bueno― hace una pausa para pensar en lo que va a decir―así que mi madre se los robo y huyo.

― ¿Y que es ese objeto? ―No puedo evitar preguntar.

Recuerdo el sueño que tuve. Las dos mujeres discutían sobre algo similar, y podría ser que estén hablando del mismo objeto.

―Un libro. Contiene todo lo referente a nuestra naturaleza.

― ¿Puedo verlo? ― pregunto, no muy convencida de la que será su respuesta.

Justo va a contestar, cuando alguien llama a la puerta.

― ¿Se puede? ―pregunta la madre de Adrien.

Ambos nos ponemos de pie antes de que ella entre.

―Iré a traerte un poco de agua― dice Adrien antes de dejarme a solas con su madre.

Miro a todos lados, menos a donde ella se encuentra. Realmente no sé qué hacer, ni que decir.

Todo lo que ha pasado estos últimos días ha sido demasiado… difícil.

―Sé que Adrien ya te ha contado mucho sobre nosotros― dice con voz dulce, lo cual me tranquiliza un poco―. Eres una chica muy especial Mely, y es por eso que debes estar muy atenta a lo que sucede a tu alrededor. Hay personas despiadadas que harían lo que fuera por ponerte en manos de los Muérganos.

No puedo evitar alterarme con eso último.

―Ni siquiera sé que es lo que tengo de especial. Hay veces que no entiendo porque se todo esto― hago un ademan con los brazo abiertos para enfatizar― Adrien me dice lo mismo todo el tiempo, pero como voy a saber de qué me tengo que cuidar, si no se ni quien soy― digo, con ojos cristalinos.

Hace unas horas (supongo) estuve a punto de morir por culpa de algo que no comprendo. Semanas atrás, solo era una chica común y corriente que se relacionaba con personas comunes y corrientes. No se por qué tienen que ser así.

―Debería volver a casa, mi abue debe estar muy preocupada― trato de terminar con la conversación, pero ella me pide que espere un poco, me toma del brazo y me conduce a una silla que está justo enfrente de la cama.

¿Sera esta la habitación de Adrien?

―Nosotros no escogemos quien ser, pero si podemos elegir en quien convertirnos. No te juzgues, ese es el error más grande, acepta las cosas, y si no aprendes a vivir con ello, al menos intenta que esto viva contigo.

Adrien entra a la habitación con un vaso de agua, y me lo entrega. Le sonrió en agradecimiento y me vuelvo a poner de pie.

―Creo que debería llevarla a casa mamá― dice el, pero ella niega con la cabeza.

―La llevare yo, si no es molestia para ti Mely― estoy tan distraída que no me doy cuenta de que me está hablando a mí.



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En el texto hay: romance entre humanos y magos, magia y amor

Editado: 21.06.2018

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