El Destino de Moon

7. Unión de las Razas

Algunos capítulos son super largos...

Estaba sentada en el gigantesco comedor observando el lluvioso día de hoy. Era lunes lo que significaba el regreso a clases, desayunaba junto a sus hermanos, cada uno sumergido en su propio mundo.

El día era horrible, así como sus ánimos. La tormenta fuerte que se libraba a fuera era terrible. Se podía ver desde el ventanal los árboles ir de un lado a otro por el viento, los relámpagos cayendo en diferentes direcciones, la fuerte lluvia que caía por toda la ciudad y el fuerte ruido de esta en el gran ventanal dándoles una vista tétrica del día. Esperaban que en los Ángeles California no estuviera este clima de esta forma.

Bajo la vista a su plato viendo todo su desayuno igual como estaba, apenas si había comido un poquito. No contaba con mucha hambre que digamos, la comida se veía deliciosa, pero no tenía apetito en lo absoluto. Ayer había empezado su entrenamiento con Michael en el Gimnasio por lo que estaba algo cansada. Agradecía que ya no tenía que volver a trabajar más y no soportar el acoso de su jefe; ahora solo tenía que preocuparse por el equipo, las tareas y entrenar.

¿Por qué no la atacaron antes y así librarse de todo?

Su archienemigo, alias "el estupidolfo" entro por la cocina dejando su taza de café en el fregadero volviendo a salir recordándoles que tenían que salir en cinco minutos si querían llegar a tiempo a la escuela. Rodó los ojos y miro a Sayla, la chica que se encargaba de la limpieza de la mansión fregar la taza que había dejado el estupidolfo.

—Vamos saliendo... —hablo su hermana mayor poniéndose de pie tomando su mochila y las llaves del auto saliendo de la cocina.

Dejo el tenedor al lado del plato poniéndose de pie tomando su mochila también, sus hermanas hicieron lo mismo siguiendo a la mamá pato hacia la salida.

Entraron al auto poniéndose en marcha, las rejas se abrieron permitiéndoles el paso. Recorrieron de nuevo el mismo camino que hace justamente un mes pasaron con la diferencia de que aquella vez el día estaba soleado y no tan terrible como el de hoy. Llegaron al punto en donde tenían que hacer el portal como le había indicado Dorian, lo pasaron saliendo en aquella carretera terrible de la otra vez.

Lamentablemente, el clima era igual que en Transilvania, parecía que ambos se pusieron en conjunto para hacer el día lluvioso. No duraron mucho en llegar al instituto, las cosas estaban diferentes. Había muchos guardias en cada esquina y dos en la entrada, las edificaciones habían cambiado. Hasta el color de pintura. En el estacionamiento no estaba tan atestado de carros como antes, salieron del auto poniéndose las capuchas corriendo hacia la entrada. Cada una se separó yendo a sus clases.

En el aula se encontró a sus amigas en los últimos asientos, cosa que la sorprendió porque siempre estaban delante. Camino hacia ellas sentándose entre Sam y Charlotte, Leslie estaba en frente.

—Al fin llegas... —dicen mirándola expectantes.

Miro al su alrededor como el aula estaba casi vacía — ¿Por qué tampoco estudiantes? —pregunta dejando su mochila al lado de su asiento retirándose la capucha soltando un resoplido.

—Algunos se retiraron de la escuela después del ataque. Tuvieron miedo y se rehusaron a volver aquí por lo que la escuela empezó a aceptar a chicos de intercambio, ya que hay bastantes cupos disponibles —contesta Sam.

Asiente sorprendida —Guao... —susurra mirando a su mesa.

—Sí, la mayoría de los chicos nuevos son estudiantes que no los aceptaban en más escuelas y los demás es porque sus padres se mudaron a la ciudad. El estado aumento la seguridad para que los padres estén más tranquilos de que sus hijos están seguros y que el ataque no volviera a suceder tomando medidas de seguridad para lobos.

Se rio —Son bestias infernales —dice mirándolas —lo leí en un libro que hablaba de los sobrenaturales y esas criaturas estaban ahí, vienen de Dark. Son bestias que viven en las montañas y se alimentan de los animales que ahí viven, fueron creadas por el dios Rasu.

—Cierto, ¿Cómo va tu vida como loba ahora? —pregunta Charlotte.

—Ahora mismo estoy escuchando los corazones de cada persona del aula, los pasos de los estudiantes que están en los pasillos como también de lo que hablaban...

Sus amigas la miraron asombrada.

— ¡Eso es increíble! ¿Puedo ser una loba también? —pregunta Leslie sonriendo.

—Veré si eso puede ser posible —contesta.

Asiente.

—Oh sí... —dice rodando los ojos —no les había dicho que cuando me convertí en loba, encontré de inmediato a mi Soulmate... —dice pasando su lengua por su labio inferior mirando las expresiones de asombro de sus amigas esperando que dijera quien era —resulto ser... Dorian.

Chillaron con sorpresa llevándose ambas manos a la boca muy emocionadas mientras ella las veía sin ninguna emoción. Desvió la mirada por un momento a la puerta viendo entrar a un chico alto de cabello negro corto, ojos azules claros con algunos tatuajes en sus brazos. Tenía una chaqueta negra de cuero unos pantalones negros, un abrigo blanco con capucha y botas militares negras. Sus ojos se cruzaron por unos minutos hasta que corto el contacto visual con él mirando a sus amigas que parecían que le iban a dar un infarto por sus corazones acelerados y chillando de la emoción.

— ¿Es en serio? ¿No me estás mintiendo? —pregunta Sam poniendo sus manos en sus hombros moviéndola —No lo puedo creer... ese hombre es ¡una maravilla!, creí que había sido sacado de una película o algo cuando lo vi por primera vez, te juro que casi muero por tanta perfección.

Rodó los ojos —Ay, ni tan bonito es...—contesta.

— ¿Qué dices? —Charlotte la mira alzando una ceja —entiendo que su relación no es la mejor, que ambos quieren acuchillarse y todo. Pero debes de admitir que feo, feo no es el hombre. Ósea, ¿viste el porte y la elegancia que se carga? Parece que sudara brillo y todo.




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