El Destino de Moon

11. ¿Eres...?

Despertó por la luz del sol. Estrujo sus ojos sentándose en la cama mirando al alrededor. Estaba en una habitación completamente en blanco; las paredes, los muebles, todo.

¿Cómo había llegado ahí?

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a un Zack con una bandeja llena de comida. Se acerca a ella poniendo en sus piernas la bandeja. Miro gustosa lo que había allí: ensalada de frutas, jugo de naranja, café, yogur y pan tostado.

—Pensé que tendrías hambre...—susurra sentándose en la orilla de la cama— ¿Cómo te sientes?—pregunta.

—Gracias... —contesta empezando a comer todo el manjar que tenía enfrente —bueno... mejor que ayer...—prosigue dando otra mordida al pan— ¿Qué paso anoche? Lo último que recuerdo fue a verme convertido en loba...

—Te desmayaste... —respondió—volviste a tu forma humana y te traje aquí para que descansaras.

— Entiendo...

Se quedan un rato en silencio mientras ella se desayunaba.

—Entonces... te llamas Zack ¿no?—dice rompiendo el silencio poniendo la bandeja a un lado de la cama.

—Sí.

—Y... ¿Cuántos años tienes?—pregunta.

—Bueno...—desvía la mirada hacia otra parte algo incómodo—nací en 1920...—dice alternando la mirada entre ella y el suelo.

Abrió los ojos con sorpresa— ¿Qué?, ¿Cómo es que...?—lo observa confundida.

—Los lobos envejecemos muy lentos...—contesta—además de que no tenía a mi Soulmate, no puedo morir hasta que la tenga.

—Pero, Lexer dijo que si me rechazabas te volverías inmortal y para quitar eso tenías que sacrificar vente vírgenes... no entiendo.

—A ver, si naces con sangre de licántropo el día de tu primera transformación sabes que tienes que prepararte a buscar a tu Soulmate. Puede darse el caso de que la encuentres de una vez o que pasen años y aún no la encuentres... – responde—nací en 1920, por eso he vivido mucho tiempo luego de mi transformación esperando a mi Soulmate. Es igual que con Dorian, aunque en mi caso es muy normal, pero el de él no por ser Lunardiano. Ellos la encuentran de una vez, no como nosotros los "terrenales" que si podemos durar años en busca de esa persona.

—Eso explica las cosas... —susurra mirando las sabanas—Es mucho tiempo buscándome, ¿no?—dice mirándolo de nuevo—Dorian duro doce años... ¿Y tú?

—Los Lunardianos lo encuentran a los dieciocho, nosotros a esa edad es que nos trasformamos y luego es que la encontramos. Mi primera transformación fue en 1938, tenía los dieciocho años así que sí... tengo ochenta y dos años buscándote—responde mirándome directo a los ojos.

Trago saliva mirándolo asombrado—Ah—respondió sin saber qué decir.

Él asiente y mira al frente observando el bosque. Tomo el vaso de jugo el cual había dejado, solo se bebió el café.

— ¿Qué has hecho durante todo este tiempo?— pregunta curiosa— una vez leí un libro en donde decía que tenías que ser virgen cuando te unías con tu Soulmate, ¿lo eres?

Escupió el jugo hacia la alfombra blanca que cubría parte del piso empezando a toser como loco buscando aire mientras ella tomó posición de indio esperando una respuesta de su parte.

Duro varios segundos en controlar su tos y al hacerlo la miro con la cara toda roja sorprendido por su pregunta y su seriedad esperando una respuesta.

— ¿Qué?, ¿en dónde viste eso?—pregunta.

Se encogió de hombros de lo más normal desviando la vista a las sabanas de nuevo—creo que fue en un artículo o en Wattpad no sé, pero decía que había que hacerlo y otras cosas más que no recuerdo ahora—responde— ¿lo eres? ¿Eso es cierto?—vuelve a preguntar y él pestañea varias veces mirándola impactado.

—No necesariamente—contesta— si encontraste a tu Soulmate sin tener que esperar una eternidad y aún lo eres está bien, sino, está bien también. Eso no es necesario en verdad.

—Así que no lo eres...—susurra pensativa.

La mira de reojo nervioso asintiendo.

Ese artículo y ese libro le mintieron. Todo se lo creyó.

Una chica de cabello castaño, alta, delgada y de ojos rojos muy hermosa entro a la habitación sin tocar sorprendiendo a los dos.

Audrey la observo detenidamente, ¿era acaso una vampiresa?

—Tenemos un problema—dice ignorando a Audrey descaradamente fijando su vista en Zack.

Miro al chico al lado suyo viendo como su mirada se oscurecía de la misma manera que anoche cuando la mordió.

—Estoy ocupado ahora si no te das cuenta—le responde fríamente.

—Sí, si ya encontraste a tu Soulmate y compartes con ella, que bonito. No me interesa—contesta rodando los ojos—tenemos un problema serio y tienes que venir ahora.

—Dame un momento...—susurra mirando a Audrey. Iba a decir algo, pero la chica lo interrumpe.

—Ningún momento, es ahora—dice enojada—deja de perder el tiempo y ven ahora ya después haces... —mira con asco a Audrey—lo que quieras con ella.

Ni bien había iniciado la mañana y ya quería matar a alguien...

Zack giro la cabeza mirándola emputado— ¿Quién coños te crees para hablarme así? Y peor aún, mirarla de esa manera—dice poniéndose de pie con su voz de Alfa—no olvides que ella ahora es Señora y Alfa de la manada, brinda tu maldito respecto ahora si no quieres morir.

Se encogió en su lugar asustada inclinando la cabeza hacia Audrey pidiendo disculpa.

La miro sonriendo con suficiencia echando su cabello hacia atrás. Se lo merecía por perra estúpida.

—Seguiremos con nuestra conversación más tarde—Zack se gira hacia ella con su voz normal inclinando su cabeza—si necesitas algo Claudya te ayudara, nos vemos—dio media vuelta saliendo de la habitación seguido por esa desconocida.

Suspiro, ¿Quién diablos es Claudya?

~*~

Se sostuvo de la pared para no irse de bruces y caer por las escaleras.

Tenía los mismos síntomas que ayer, pero mil veces peor. Ahora su cuerpo brillaba entero a tal nivel que iluminaba el pasillo con luz dorada a pesar de que las luces estuvieran encendidas.




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