El Destino de Moon

18. Papelería

Alumiar Tepes~

 

Briela lo mira sorprendida— ¿cómo?—pregunta—el equipo de rastreo dijo que la última vez que estaban ustedes fue cerca del bosque Darknees...

Se giró caminado por el sendero oscuro que llevaba al castillo de su padre —tengo la ligera sospecha de que es mi Lovfor—responde girando la cabeza mirando las expresiones de sorpresa de todos, luego la miro.

Su instinto le decía que sí lo era. Para él no era normal la fuerte atracción que sentía por aquella mundana.

— ¡Estás seguro!—susurra Briela acercándose rápidamente a él impactada— ¿cómo fue todo? ¿Cómo te encontró?

— Responderé sus preguntas una vez que coma—contesta—pueden esperarme adentro, iré a cazar... Así le dará tiempo a Dorian de llegar.

— Ya estoy aquí—dice parado al lado de él con expresión enojada.

—Como sea... —responde chasqueando la lengua desapareciendo de allí a la velocidad de la luz deteniéndose en la punta más alta de la montaña viendo toda Transilvania en su máximo esplendor escuchando el bullicio de la ciudad.

Había extrañado escuchar eso. Respiro profundamente oliendo el olor a tierra mojada.

Igual que otras veces, se puso en busca de algún bravucón de la ciudad que quisiera pasarse de listo con alguna persona. No mataba a cualquier humano así por así.

Desde el asesinato de su madre mata todo aquello que el mundo no necesitaría jamás como: violadores, pedófilos, ladrones etc., son las clases de personas en la que su sangre tienden hacer más dulce en comparación a la de una virgen.

La sangre de los vírgenes era buena, pero... le satisfacía más las de esas clases de personas.

Como era de esperarse, el grito de una chica en un callejón lo hizo sonreír, ya era hora, tenía mucha hambre.

Bajo de allí rápidamente apareciendo en medio del callejón justo a tiempo para detener un posible atraco o violación. Había alrededor de cinco chicos rodeando a una pequeña humana que no dejaba de suplicar y llorar.

Había obtenido el desayuno, la comida, la merienda, la cena y algo extra esa noche... estaba agradecido con los dioses.

Salió un poco de la oscuridad del callejón sorprendiendo aquellos pobres jovencitos puberto con una sonrisa sádica pasando su lengua por su labio inferior.

— ¿Quién eres?—pregunto uno de ellos dando un paso al frente con una navaja la cual brillo bajo la luz de la farola.

Salió por completo de la oscuridad escuchando los frenéticos latidos de aquellos jóvenes, los vio temblar del miedo ensanchando más su sonrisa con satisfacción.

— ¡Es el diablo!—exclama uno de ellos persignándose para luego salir corriendo de allí, pero Alumiar aparece delante de él deteniendo su huida.

—No, no lo soy...—susurra acercándose a su cuello de inmediato bebiendo toda su sangre hasta dejarlo sin ni una gota dejándolo caer al suelo como una pluma.

Lo observo en el suelo por un momento para después levantar la mirada hacia los otros cuatro que lo veían con horror retrocediendo.

— ¡Es un vampiro! ¡Un vampiro! —es lo último que exclaman antes de que le succionaran toda la sangre,

Se acuclilló en el suelo contemplando los cadáveres con una sonrisa divertida. Estaba bastante satisfecho, empezó hacerles marcas por todo su cuerpo para que los oficiales creyeran que era aquella bestia del infierno la cual venía por las noches a llevarse a las almas corrompidas al infierno como creían ellos.

Esa misteriosa "bestia" les hacía más fácil la casa a su especie. En unos de los artículos del tratado de paz de las razas hablaba sobre esa bestia la cual su padre había inventado para los humanos para cubrir sus huellas, ya que estaba prohibido que supieran que existían vampiros, lobos o cualquier otra criatura.

Y como el sustento de ellos era la sangre... esa era la mejor manera para suplir sus necesidades.

Una vez terminado con su trabajo alzo la vista hacia la chica, estaba de pie en una esquina con la cabeza baja todo su cabello tapando su rostro temblando y sollozando.

Se acercó a ella tomándola de la barbilla haciendo que lo mirara directo a los ojos para borrarle de su cabecita lo sucedió de esa noche. La observo detenidamente, era muy bonita.

Tenía el cabello largo castaño, ojos grandes de color celestes y unos labios grandes rosáceos algo agrietados.

Le sorprendió, y no fue su belleza, fue el hecho de que no se sintió tan atraído como aquella chica de piel canela, ojos cafés y cabello rizado hasta los hombros...

—Por favor... no me mates...—susurra asustada—no le diré a nadie lo que paso...—dice negando con la cabeza.

—Tranquila... no lo haré...—le dice sus ojos tornándose más oscuros.

Al borrarle la memoria le da un golpe en la cabeza noqueándola dejándola allí en el suelo volviendo al castillo de nuevo.

Encontró a todos sus amigos sentados en la sala con una copa de vino en las manos. Miro directamente a esos ojos cafés claro que lo habían sacado de ese tormentoso sueño.

— ¿Todo bien?— pregunto Jared cuando empezó a caminar lentamente hacia su sillón.

—Excelente... —responde mirándolo.

Asintió—ya habla Fósil andante—dice con una gran sonrisa en el rostro.

Lo miro mal— no me faltes el respecto—le dice señalándolo—recuerda respectar a los mayores que tú, niño insolente.

Lo mira divertido causando que rodara los ojos.

—Lo que sucedió ese día fue que, Aluriam y yo fuimos interceptados por los subordinados de Adalaiza como ya saben cuándo íbamos a reunirnos con ustedes para discutir los mandatos del consejo con el problema de la reina y su condición sobre seguir reinado Lunar—se levantó rápido de su asiento yendo por una copa de vino, al volver a su asiento vio la expresión sorprendida de Anaís—la cosa es que, todo iba bien cuando nos enfrentábamos a los subordinados hasta que ella apareció de la nada lanzando hacia mí su poder, fomberg, sin que me diera tiempo a reaccionar a su ataque. Por supuesto, mi hermano como todo un puto héroe esquivo el ataque y me mando bien lejos, tanto que termine en ese bosque y no hay que ser un genio que el imbécil recibió el golpe y esta mucho peor que yo, ahora, como Briela menciono antes, que el grupo de rastreo nos estaba buscando y su última pista fue en ese bosque no duden que el este ahí de la misma forma que yo estaba. La cuestión ahora es que, ¿Quién diablos lo sacara de ahí?




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