El Destino de Moon

20. Golpe de suerte

La cargó y ella lo rodeo por su cintura con sus diminutas piernas. El beso había subido de intensidad igual que aquella vez. Cayeron los dos juntos en su cama, corto el beso empezando a dejar besos cortos por su mejilla bajando por su cuello lentamente mientras ella terminaba de desabotonar su camisa.

Vio su cuerpo fornido y el tatuaje que tenía que cubrió la mayor parte de todo su abdomen, era un sol grande con tinta negra. Paso sus manos temblorosas por ahí con deleite. Veía la V bien marcada, sus cuadritos, sus músculos tensándose con cada toque suyo.

Era muy diferente a Ethan. Ese flacucho todo escuálido y pálido a comparación con esa majestuosa obra de arte que tenía enfrente...

Lo ayudo a quitar su camisa, sus ojos se cruzaron por un segundo. Brillaban con más intensidad que antes, parecían dos bombillas de luces doradas. Se acercó a ella volviendo a besarla lentamente mientras que sus manos todas escurridizas llegaron a sus pantalones desabotonándolos y bajándolos lentamente con sus pies.

Levantó los brazos cuando la ayudó a quitarse el camisón quedando solo con sus bragas color piel. Al terminar de retirar sus pantalones quedando solamente en bóxer y... Santos de los pecados... sí que saben hacer bien sus tentaciones...

Suspiró con satisfacción arqueando su espalda cuando sintió su lengua acariciar suavemente su pezón derecho mientras que con el otro pasaba sus dedos. Apretó las sábanas cerrando los ojos sintiendo como su entrada empezaba a humedecerse.

Se detuvo poniendo ambas manos en las finas bragas retirándolas.

Admiro con satisfacción su cuerpo desnudo, gateo hasta quedar su rostro muy cerca del suyo mientras abría sus piernas colocándose entre ellas. La beso mientras su mano bajaba lentamente, su entrada húmeda deseaba ya ser atendida como ahora, unos de sus dedos empezaron a acariciar en esa zona.

No pudo continuar con el beso por las sensaciones de placer y su cuerpo tembloso, sus caderas se movían de forma involuntaria. Su espalda se arqueó sus senos rozando con el cuerpo fornido de Dorian si parar de gemir apretando fuertemente las sabanas.

«Mierda esto si era rico... Sabía perfectamente en donde tocar... »

Sintió como unos de sus dedos entro dentro de ella y eso fue todo, ahora parecía que estaba siendo exorcizada por un demonio.

Su cuerpo temblaba y se removía, sus caderas en un van y ven hasta que sintió su lengua ahí abriendo los ojos con sorpresa viéndolo mirarla con diversión mientras aún su dedo seguía dentro suyo.

Cerro los ojos echando su cabeza hacia atrás saliendo algunas maldiciones de su boca. Su corazón estaba acelerado al igual que su respiración.

Llegó a su punto máximo en donde sin querer gritó su nombre mientras se retorcía en la cama soltando un suspiro. Se quedó quieta en la cama recuperándose de su reciente y magistral orgasmo.

Abrió los ojos lentamente viendo cómo se colocaba entre sus piernas nuevamente, puso sus manos en su pecho pasando sus dedos por su tatuaje. Vio los que tenía en sus brazos, había uno de media luna, otro la cara de un lobo y uno de un ave Fénix en tinta negra.

— ¿Lista?—preguntó—ya no sentirás placer... Dolerá como los mil demonios.

Lo miro directo a los ojos asintiendo algo asustada.

Trago saliva cuando sintió que entraba lentamente dentro de ella, su corazón latía frenéticamente mientras que su cuerpo empezaba a temblar del miedo.

Una vez adentro por completo sus cuerpos empezaron a brillar con una luz dorada, junto a su frente con la de ella. Sentía su cuerpo entumecerse mientras que un dolor indescriptible empezó a surgir haciendo que chillara, Audrey había tenido razón, eso era demasiado doloroso.

Sentía que su cuerpo era sumergido en una olla de agua hirviendo, vio como Dorian clavaba sus filosas uñas en el colchón cerrando los ojos con fuerza, sus manos se habían convertido en garras, su cuerpo brillaba cada vez más dejándole ver todos sus órganos y su corazón que empezaba a destruirse y la sangre dorada que los caracterizaba a todos ellos empezaba a sustituir la roja.

Puso sus manos en su rostro acariciando con los dedos pulgares sus mejillas, él abrió los ojos de golpe a la vez que salía sangre de ellos, también por su nariz y orejas.

El dolor cada vez era más fuerte, su cuerpo empezó a brillar. Observo sus órganos y su corazón esfumándose al igual que él de Dorian, soltó varios gemidos de dolor. Por sus mejillas corría la sangre, nariz y sus oídos.

Dejó de acariciar las mejillas de Dorian para agarrar parte de las sabanas y ponerla en su boca mordiendo fuertemente, eso era terrible.

El corazón de Dorian desapareció por completo y otro nuevo empezaba a nacer, miró el suyo y estaba igual. El dolor empezaba a disminuir lentamente hasta que se quedó por mitad y pudo respirar hondo, su cuerpo dejó de brillar y el del igual.

Dorian se desplomó al lado de ella con su respiración acelerada.

Miró su espalda bien trabajada y su hermoso y majestuoso trasero que tenía. Las Kardashian estarían celosas por tener el trasero así, no contuvo las ganas de darle una fuerte palmada.

Lo escucho reírse, se acercó poniendo su cabeza en su hombro con una sonrisa mirando a la chimenea como el fuego consumía los troncos.

Se quedaron así por un largo rato hasta que giró su cabeza quedando en su cuello mientras que su mano izquierda acariciaba su espalda desnuda. Veía la tormenta que se destacaba afuera.

— ¿Por qué esos lobos nos atacaron el otro día?—preguntó de repente.

El suspiro—son aliados de tu tía, nos emboscaron en la carretera aprovechando que estaba solo.

—Pero Jared, Lexer y los demás llegaron ayudarte, así que no estabas solamente.

—Eso fue otro golpe de suerte—responde—llegamos a la conclusión de que hay un traidor entre nosotros. El auto no debió de ser destrozado así de esa manera, esta alta mente equipadas para esos tipos de ataques, más, sin embargo, fue destruido en segundos.




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