El Destino de Moon

22. Explicar

 

~Anaís~

Se había despertado en medio de aquel grupo de sobre naturales que conoció aquel día que había sacado de las profundidades del bosque a la bella durmiente.

Los había mirado a todos confundidos. No entendía que rayos hacia ahí, sus caras eran de alivio y satisfacción pura. Su amiga había saltado encima de ella en un abrazo eufórico dejándola sin respiración alguna hasta que un chico moreno alto de ojos dorados hablo diciendo que los dejaran a solas a ella y al rubio que estaba sentado al lado suyo procesando todo lo ocurrido.

Ahora se encontraba sentada frente a él temblando de pies a cabeza y más confundida que nunca

— ¿Cómo así de que tú y yo somos Lovfor ahora y estaremos unidos por toda la eternidad porque así el ancestral lo decidió?—preguntó mirando como las leñas en la chimenea eran consumidas por el fuego.

—Así es... — responde tranquilamente— ya creo que lo he dicho bastantes veces esta noche...

—Lo siento... — se disculpó con una pequeña sonrisa avergonzada—es que... todo esto es algo... difícil de asimilar. No digo que no sea cierto, después de todo, tú eres un vampiro y no uno cualquiera... ¿Entiendes?—dijo mirándolo.

La observaba detenidamente sin perderse ningún destallé de su rostro y todos sus gestos y caras de memes que hacía mientras le relataba algo de la historia del mundo sobre natural. Como los dioses que habían creado a los lobos, vampiros, hadas, brujas y druidas.

—Eres el hijo de Drácula joder, crecí escuchando historias increíbles de tu padre, aunque en esos días pensaba que solo era un mito y solo pensaba que si existían los vampiros quería conocer a uno porque es una especie algo increíble... jamás pensé que terminaría siendo la Lovfor de uno siendo una chica que vive del otro lado del mundo prácticamente sin nada especial...

—Te equivocas—responde—aunque no lo creas, eres especial, si no, ¿por qué el ancestral se molestaría siquiera en hacerte llegar a mí ese día?

—No lose...—dice encogiéndose de hombros—quizás porque la bella durmiente necesitaba de mi ayuda para salir de ese hoyo gigante ese día y yo estaba cerca de por ahí...—sonríe abiertamente.

—Eres imposible—dice rodando los ojos mirando hacia la chimenea—en fin...—vuelve a mirarla—Ahora los dos estamos unidos de por vida.

—Por una diosa desconocida...—contesta—quien sabe si es verdad que estamos unidos...

—Esa diosa "desconocida" vio en ti algo que la convenció de unirte a una de sus creaciones, por lo tanto, tengo la tarea de descubrir que es lo que te hace especial y... ¿Me estás llamando mentiroso?—pregunta mirándola ofendido.

—Si te sirve el sombrero... te lo pones —dice ladeando la cabeza hacia un lado sonriendo un poco.

— ¿Qué?—pregunta confundido.

—Es un dicho que se dice de donde provengo, es para aquellos que si decimos la verdad de algo y crees que lo que dice es para ti y si es así que te lo pongas... no sé cómo explicarlo en verdad... entre latinos nos entendemos.

Miro al suelo asintiendo—entiendo...

Trago en seco desviando la mirada hacia el frente suspirando, quien diría que una chica pobre de un campo de República Dominicana como ella terminaría siendo la novia de nada más y nada menos que el hijo de Drácula.

Si su gente se enterara de eso se irían de culo...

—Una duda... —dice mirándolo de nuevo— ¿cómo ustedes los vampiros tienen hijos?, porque según recuerdo no pueden tener porque están... ya sabes... muertos... ¿Son adoptados?

La mira llevándose una mano a la boca ocultando su sonrisa.

Se echó un poco más adelante acercándose a él muy atenta a su respuesta, pero su respuesta tardaría unos segundos porque se echa a reír mirándola divertido— entonces... ¿Eres adoptado?—dijo viéndolo curiosa—muerden a los humanos para hacer más de ustedes, ya que no pueden reproducirse, ¿no? ¿Está prohibido eso?—su risa se incrementó más, se veía que no podía seguir respirando más por ello.

Luego de varios minutos su risa seso y la miro atentamente cruzando las piernas—A ver...—dice poniendo un mechón de su largo cabello detrás de su oreja—tenemos especialmente un día en donde podemos crear a... bebes... —contesta—son los días de luna de sangre. Ya sabes, en donde la luna se pone completamente roja y eso, hay que tenerlo en cuenta porque sucede cada siete meses y podría dejarte embarazada sin darnos cuenta y no, no soy adoptado, de hecho tengo un mellizo.

Asiente mirando al suelo procesando la nueva información—no tenía idea de que tenías un hermano, creí que eras hijo único, nunca escuche de un segundo hijo de Drácula...

—Si bueno... los humanos les gusta inventar cosas. Aluriam es el mayor por unos minutos.

Iba a decir algo, pero su teléfono sonó, lo retiró del bolsillo y casi le da un infarto—mami... —susurra algo asustada.

— ¡Escúchame bien Anaís Marie Lendoff! ¡No me interesa en donde tú te ahora, pero si no llegas ahora mismo iré allá y te daré la golpiza de tu vida coño! ¡¿Dónde diablo es que tú ta metía muchacha er diablo que no coge la llamada?! ¿Se te olvido que tu hermana llegaba hoy? ¡Ahí ta esa muchacha enfrente de la casa esa sola y desampara esperándote regoso y le pasé algo a la muchacha! ¡Mira que te lo digo hoy, si esa muchacha le pasa algo me faltaran palo pa' paltite coño!—trago en seco con el corazón latiéndole a mil por hora.

Por estar de curiosa y de chulambrica con ese wey se la iba a llevar el diablo en tanga esa noche.

—Ma, llego en cinco minutos... —dice levantándose del mueble con la voz temblorosa. Ella podría estar a millones de kilómetros de donde estaba, pero la doña siempre le haría mojar los calzones cada vez que estaba quilla— es que en la academia la profesora se retrasó por unos minutos y hay mucho tapón por eso no pude irla a buscar—no dijo nada y cerro.

Busco a su hermana entre los contactos y la llamó— loca, perdón, ya voy para allá.




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