El Destino de Moon

28. A la espera

Lo que los separó no fue la falta de aire, para nada. Hubieran preferido mil veces eso a que una maldita explosión cerca de ellos motivo de un ataque.

Dorian la empujo a un lado cuando una de las estatuas los iba a aplastar. Cayó estrepitosamente al suelo agrietándolo, miró asombrada a Dorian que estaba del otro lado.

Su traje cambiaba a su uniforme de guardián, se giró justo a tiempo partiendo en dos una rama gruesa de algún árbol en el aire con una espada que no sabía que tenía consigo.

—No te alejes—dijo girando su cabeza.

Asintió mirándolo embobada. Jesús... su vista era grandiosa.

Lo siguió esquivando a las personas que salían corriendo del lugar— Debemos encontrar a mis hermanos... —dice entrelazando su mano con la suya acercándose un poco más a él, para no perderlo entre la multitud.

—Lose... —responde.

Se detuvieron enfrente de un gran grupo de soldados con uniformes rojos y en medio de ellos estaba aquel hombre que había aparecido en medio del campo de futbol, el que había ordenado a Vladimir que los atacaran.

—Por favor, no trates de hacerte la heroína... no es el lugar ni el momento—alzo la vista viendo a Dorian mirarla preocupado.

—Le quitas la diversión a la vida... —susurra con una risita que de inmediato borro cuando la miro seriamente—si ya entendí, ya entendí... —dice rodando los ojos retrocediendo a la vez que un Chakrams aparecía en su mano derecha.

—Cuidado si te cortas un dedo... princesita... —susurra burlonamente el viejo—ni se esfuercen, tenemos todo el lugar rodeado—dicho esto del techo empezaron a caer vampiros alrededor de todos rodeándolos.

Era un ejército entero de vampiros.

Trago saliva muy asustada.

Miro a Dorian frente a ella por un segundo y luego a Lexer quien mantenía bajo protección a su hermana menor, más adelante estaba Zack que hacía lo mismo con Audrey, del otro lado Allison con Jared y más al fondo Abby junto a Alumiar e Isis.

—No están solos—suspiro de alivio al escuchar la voz del padre de Vaiolett detrás de ella.

Se giró viéndolo al lado de su esposa e hija y detrás de ellos un ejército más grande de Hadas, hombres lobos transformados, Vampiros y Druidas.

Eran mucho más que el enemigo. Los que habían estado detrás de ella empezaron a mostrarles sus colmillos preparándose para atacar.

—Moon...—se giró rápidamente viendo a Dorian—contaré hasta tres y te largas por el portal—susurra dándole vuelta a su espada con la vista fija en el enemigo a la vez que un portal aparecía al lado de él.

Respiro hondo.

—Uno... dos... —se giró viéndola por un segundo—nos veremos en la mansión.

— ¿Lo prometes?—dijo tragando saliva nerviosa lista para correr hacia el portal.

—Lo prometo... —respondió sonriendo un poco.

Sonrió también y corrió entrando al portal cuando dijo tres.

Apareció en medio de la sala al mismo tiempo que sus hermanas, Isis y Vely.

~*~

Siete horas.

Siete malditas hora en donde no sabía nada de Dorian ni de cómo estaba.

Cuando apareció en medio de la sala eran como las diez de la noche, ahora se encontraba preparándose para ir a la escuela.

Estaba paranoica imaginando más de mil escenas en donde le dijeran que estaba muerto. Durante todo el rato trato de comunicarse con él mediante su conexión, pero no la aceptaba.

Audrey trato de comunicarse con Zack y este hacia lo mismo que Dorian e Isis con Alumiar.

Estaban en el comedor tratando de desayunar, su hermano mayor las llevaría a la escuela dado que Dorian no aparecía por ningún lado.

— ¿No podemos faltar hoy?—pregunta Allison mirando a su madre.

Iba a responder, pero escucharon unas voces en la sala e inmediatamente se pusieron de pie yendo hacia allí.

Se encontraron con dos chicos desconocidos.

Eran altos de cabello negro, uno tenía ojos azules y otro verde. A su lado estaban los dos guardias reales, Brooker y Michael.

— ¿Dónde está Dorian?—pregunto con el corazón casi en la boca.

— ¿Y Zack?—pregunta Audrey.

— ¿Jared?—pregunta Allison.

— ¿Lexer?—pregunta Ashley.

— ¿Alumiar?—pregunta Isis.

—Lo siento señoritas...—susurra el de ojos verdes—los señores están... algo ocupados por lo que no podrán venir.

—El señor Lancaster está atendiendo unos asuntos ahora mismo por eso me envió a que los lleve a la escuela— dice el de ojos azules—cuando termine vendrá de inmediato.

Asintió mirando al suelo por un momento— ¿Por qué no respondió a ningunos de mis llamados?—Pregunto mirándolos otra vez—sé que no está muerto porque si no lo estuviera yo también, ¿Por qué no me lo dijo a mí en vez de enviarlos a ustedes?

—También pregunto lo mismo... —dice Audrey.

—Primero... es una princesa por lo que si el señor Lancaster fallece usted seguirá viviendo, eso no funciona para los reyes o príncipes, en cambio, para nosotros sí. Segundo, no podría responderles esa pregunta y tercero, si están listos para así llevarlos a la escuela.

Retrocedió con el corazón latiendo más rápido que antes—eso quiere decir que... ¿Si Dorian muere no lo sabré gracias a que esa parte no funciona en nosotros? ¿No?

—Una parte de su pequeño corazón se destruirá y cuando eso, pase entonces sabrá que él ya no está con nosotros señorita... —responde.

Asiente mirando al suelo.

Su corazón aún seguía intacto por lo que el imbécil aún seguía vivo... ya le daría sus galletas por dejarla en esta angustia y no llamarla para decir que estaba bien y rechazar la conexión.

~*~

Hoy el día estaba igual que sus sentimientos, incluso los ángeles no estaban tan soleados como de costumbre.

— ¿Qué paso?—Pregunta Charlotte cuando se sentaron con la bandeja en el comedor. Al ver a su amiga mantenerse toda la mañana en silencio decidió por fin preguntar— ¿tuviste una pelea con Dorian? O ¿alguna de tus hermanas?




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