El Destino de Moon

32. Luna brillante

—Espera... ¡¿Dijiste Aluriam?!—exclamo mirándolo sorprendida.

Puso ambas manos en sus hombros moviéndolo violentamente para que despertara, pero no lo hizo. Apretó sus mejillas llamándolo por su nombre.

Todo el mundo ha estado buscando a ese hombre.

Se detuvo por un momento... Su hermano menor fue encontrado en el bosque Darknees por Isis quien termino siendo su Lovfor...

Dejo de apretar sus mejillas alejándose de él estupefacta...

Si ella lo encontré eso significaba que...

Oh no. Oh no. Oh no...

¿Cómo era eso siquiera posible?

Frente a ellos apareció la puerta por la cual fue arrojada en esa inmensa oscuridad. Ahora ya entendía la razón por la que termino en un bosque oscuro y desolado bajo una inmensa lluvia...

Respiro hondo acercándose a él tomándolo por los hombros empezando arrastrarlo hacia la puerta iluminada que flotaba en el aire.

Pensó que sería más pesado, pero no, resulto algo ligero. Supuso que el Ancestral sabía lo debilucha que era que hizo alguna especie de magia para poder llevarlo.

Cruzo la puerta apareciendo en su dormitorio. Sus amigos dejaron de ver la tele mirándola sorprendidos.

— ¿Pero qué...?—susurra Alex poniéndose de pie mirando a Aluriam tirado encima de la alfombra—¿El quién es?—pregunta señalándolo—es lindo...— dice acercándose un poco.

—Solo te enfocas en la belleza...—responde Beck acercándose también— joder... sí que es hermoso... —la mira— ¿De dónde sacaste a esta belleza digna de un museo?

— ¿No que solamente me fijo en la belleza?—habla Alex riéndose.

—Oh... esto es un caso diferente—responde poniéndose de cuclillas admirándolo—tiene un cabello hermoso... parece como si tuviera vida propia... —susurra metiendo sus dedos por su cabello acariciándolo lentamente.

—Es una larga y complicada historia...—respondió tomándolo de nuevo por los hombros—ayúdenme a subirlo a mi cama—dice.

Alex y Beck tomaron sus piernas ayudándola a ponerlo en su cama.

— ¿Y ahora qué?—preguntan los dos mirándola.

—Hay que retirarle todo el lodo que tiene encima, ponerle ropa limpia y seca —Responde mirando a Beck—¿Puedes prestarme algo de tu ropa?

—¿Para él?—se ríe—todo lo que quieras bebe... —le guiña el ojo caminando hacia su maleta.

—Bueno... buscaré toallas y agua para quitar el lodo—dice Alex saliendo de la habitación.

Suspiró poniéndose de rodillas al lado de él empezando a retirarle la camisa lentamente. Vio con mejor definición la cicatriz que había en su pecho. Era como un círculo y cuatro rayas saliendo de él, según lo que había escuchado Isis fue que el golpe era para Alumiar y Aluriam lo recibió.

Beck se paró al lado de ella con un abrigo largo negro con capucha y pantalones del mismo color—es lo más grande que tengo para él, si no le quedo pues...

—Está bien, gracias—responde tomando la ropa poniéndolo a un lado de la cama.

—Legue—Anuncia Alex cerrando la puerta con toallas y un pequeño recipiente con agua en las manos.

Lo deja al lado de ella y empieza a retirar todo el lodo del cuerpo de Aluriam.

—Aún no explicas como encontraste a este hombre...—hablan los dos cruzándose de brazos.

Traga saliva evitando sus miradas—¿Creen que pueden salir? Retiraré sus pantalones y...

—Si ya entendimos...—responden caminando hacia la salida.

Retiro con cuidado su corea, desabotonando sus pantalones se detuvo respirando hondo.

Tú puedes, tú puedes, tú puedes...

Cerró los ojos retirando sus pantalones lentamente. Eso era humillante, pero más seria para el de seguro.

Antes de quitar por completo sus pantalones le quito sus zapatos y ya así si estaba con solo su ropa interior. Retiro el lodo de sus piernas evitando mirar allí e inmediatamente les puso los pantalones de Beck. Tuvo que subirse encima de él para poder abotonar el pantalón, le queda algo pequeño, pero es lo que había en esos momentos.

Suspiró una vez logrado la misión. Ahora solamente faltaba ponerle el abrigo, pero primero tenía que quitar el lodo de su cabello por lo que tomo el recipiente de agua poniendo su cabeza ahí retirando el lodo. El recipiente era algo grande por lo que pudo lavar un poco su larga melena.

Tomo una toalla seca de la que trajo Alex y envolvió su cabello. Como pudo le puso el abrigo.

Se quitó de encima de él acostándose en el mueble, pero se levantó de inmediato recordando que estaba igual que él, toda mojada y llena de lodo.

Salió al pasillo encontrándose a sus amigos conspirando contra ella. Querían sacar la información sobre quién era él.

—No—respondió cuando la siguieron hacia el baño—adiós—dice cerrando la puerta del baño.

~*~

Abrió los ojos de golpe sentándose en el mueble. Había tenido de nuevo aquella horrible pesadilla.

Respiro hondo echando su cabello hacia atrás viendo directamente hacia su cama en donde debería de estar durmiendo plácidamente Aluriam.

Se levantó rápidamente caminando hacia la cama, ¿En dónde se habrá metido ahora?, Si el profesor lo veía la mataría por meter a alguien desconocido a la casa.

Removió torpemente las sabanas y las almohadas consiente de que no estaba ahí escondido. Se paró en medio de la habitación dándole la espalda al pequeño barcón de la habitación con las sabanas en las manos.

Miro a sus amigos con la boca abierta babeando muy rendidos.

Era obvio que ellos no sabían en donde pudo meterse Aluriam.

Estaba en un gran lío. Rogó que el profesor y lo del personal a cargo de su seguridad no lo hayan visto. Él es grande y puede defenderse por sí solo si está allí afuera, así que no necesitaría de ella.

Cerró los ojos respirando hondo. Bueno, ahora a terminar de preparar las maletas, no había de otra.

Abrió los ojos encontrándose con una sombra más grande que la de ella. Se asustó chillando alejándose del balcón saltando el mueble escondiéndose detrás del espaldar. Su corazón latía rápidamente. Se puso de rodillas mirando hacia el balcón.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.