El Destino de Moon

37. Perdón

A los lejos vio a su hermano corriendo entre la gente mirando por todos lados frenéticos.

— ¡Jack! ¡Jack!—grito corriendo hacia él. La miro y corrió hacia ella de inmediato.

Casi se dobla el tobillo por los tacones por lo que tuvo que abrir los brazos para tener equilibrio y no caerse.

Estaba al lado de un cartel que no se detuvo a ver lo que decía.

Inmediatamente, agacho la cabeza escondiéndose debajo de la mesa, se escuchó otro disparo más poniéndole los bellos de punta.

Su corazón latía rápidamente, tenía la respiración acelerada. Miro fijamente al suelo tratando de no mirar el charco de sangre y las dos manos colgante llena de sangre.

¿Dónde rayos estaba Dorian?

Cerró los ojos. Vamos Moon no es la primera vez que ves un cadáver hay que concentrarnos, recuerda las palabras del maldito de tu novio.

Primero, mantener la calma. Respiro hondo sacudiendo sus manos para alejar todo nerviosismo, segundo; en caso de ataque hay que identificar al enemigo, saco la cabeza de debajo de la mesa mirando el desastre que había enfrente de ella.

La gente iba de un lado a otro corriendo y gritando desesperadamente, no había más cadáveres aparte de los dos que tenía al lado, eso era algo bueno.

El disparo fue directo. La gente de seguridad debieron de haber revisado a todos para no dejar pasar a nadie con arma por lo que, alguien se infiltró y le disparo de cualquier lado directamente a la cabeza, pero si eso fue así, seguridad debió de haberlo visto.

Todo el lugar está lleno de seguridad por lo que uno de ellos debió verlo y detenerlo, pero eso no sucedió. Eso significa una cosa, al asesino le dio tiempo de dar el segundo disparo antes de ser detenido. Miro a los dos cadáveres con la cabeza destrozada y los sesos por toda la mesa y el piso, era asqueroso.

No vio rastros de Aretya, seguro logro escapar.

Espera, no hubo dos disparos... fueron tres, ¡tres disparos! ¡Rayos!

Miro al frente mirando a los edificios que estaban cerca del parque. Él asesinó no estaba entre el público, fue un franco tirador. Eso explica por qué el tiro fue directo y limpio, y por qué le dio tiempo a tirar dos veces más.

¡Carajos! Agacho la cabeza. Tenía que moverse rápido, puede que el tercer disparo le haya dado a Aretya. Tomo el ruedo de su vestido bajando los escalones rápidamente, se escuchó otro disparo y empezó a correr como loca hacia la salida evitando chocar con alguna persona.

— ¿Estás bien?—pregunta Jack llegando a ella.

Asintió— ¿Dónde está mama y las demás?—pregunto agarrándose de sus hombros.

Sí termino doblándose el tobillo porque le dolía mucho.

—Están a salvo en el auto, no te preocupes—contesta—vine por ti.

Lo miro— ¿Así? ¿Por qué no fuiste por mí cuando estaba allí arriba a punto de que me volaran la cabeza?—pregunto indignada.

—Moon—la miro—eres una loba, no una humana. Tus sentidos están más desarrollados que el de nosotros, puedes defenderte muy bien. Además, mi cuñado te ha estado entrenando muy bien, deja el drama y vamos.

Abrió la boca mirándolo sorprendida—a ver, aún no me acostumbro a mis nuevas habilidades ¡carajo! Tengo miedo, es un puto franco tirador, ¡¿Cómo enfrentas a alguien así?!

Iba a responder, pero una bala siguió de largo por el medio de los dos haciendo un pequeño agujero en el cartel.

—Mierda... —susurro su hermano cargándola como un saco de papas corriendo con ella hacia la salida.

Levantó la cabeza mirando hacia los edificios para ver si podía ver al asesino. Retiro su cabello de su frente el cual estaba hecho un desastre. No vio ningún movimiento. Suspiro, ¿Quién quería matarlos? Porque si hubiera sido a ella, lo hubiera hecho desde el principio o tal vez quería dejarla como la cereza del pastel...

¿Aretya estaría viva?

Llegaron al estacionamiento. El vidrio de un auto muy cerca de ellos exploto y chillo por la sorpresa. Jack empezó a correr más rápido con ella al hombro.

— ¡Allison! ¡Allison!—grito su hermano— ¡abre la puerta! ¡La puerta!

Fue lanzada hacia el interior de una camioneta negra encima de sus tres hermanas, Audrey, Abby y Allison.

Se sentó mirando hacia delante. Su Madre de inmediato se puso en marcha. Jack estaba al lado de ella poniéndose su cinturón.

Se acomodó encima de las piernas de Audrey levantando su pierna derecha la cual le estaba empezando a doler un montón, sostuvo la respiración cuando el cristal de atrás de la camioneta se rompió por otro disparo.

Todas gritaron. Su Madre pisó el acelerador causando que se fueran para atrás, saliendo del estacionamiento hacia la calle doblando a la izquierda, unos autos se detuvieron de sopetón para evitar chocarlos.

Empezó a conducir en Zigzag con una velocidad increíble. Eso le recordaba otra vez aquella noche en la que iba con su padre y fueron atacados.

Ese simple recuerdo hizo que su corazón diera un vuelco y empezara a latir demasiado rápido. Miro al frente como su mamá se hacía paso entre los autos, estaba muy concentrada, pero podía percibir su nerviosismo.

Del otro lado de la calle los policías pasaban tan rápido que apenas se veía como un borrón las luces rojas, blancas y azules.

Llegaron de inmediato a la carretera. Su hermano hizo el portal y salieron en la oscura noche y lluviosa de Transilvania. No tardaron mucho en llegar a la mansión Lancaster, las rejas se abrieron de inmediato, y al pasar se sintió segura.

Ahí adentro, en la cúpula estaban a salvo de cualquier peligro.

—Llegamos... —Anuncio su mamá suspirando dejando nerviosamente el volante.

Los demás asintieron mirando los arbustos que estaban a frente algo sorprendido por todo lo que paso esa noche.

— ¿Podríamos salir ya?—pregunta Leslie—es que ya tengo una pierna dormida por estar tanto tiempo en esta posición, además que hay vidrio por todas partes...




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