49. Pureza

Se alejó pestañeando varias veces mirándola sorprendido con una ceja alzada —espera... ¿Qué?—dice dando un paso atrás rascándose la parte baja de su cabeza—no entiendo.... Solo fue un beso—Levanto la mirada del suelo viéndola reírse, la miro confundido— ¿Qué?

—No estoy diciendo eso solamente porque me besaste Jack, te lo iba a decir antes, pero...

—Te besé...—la interrumpe asintiendo pasando su lengua por su labio inferior mirando al suelo.

—Correcto y respecto a casarnos...—levanto la mirada viéndola. Suspiro bajando el cierre de su vestido dejando a la vista venas negras, levanto su vestido y sus piernas estaban iguales, venían desde ahí deteniéndose en el estómago—no te asustes, es solamente que... ya es tiempo de terminar de unirnos— dice mirándose con una sonrisa—claro si así lo deseas...

Se quedó anonado mirando su cuerpo— joder estás muriendo... creí que las cosas serían diferente...—susurra mirándola—dijiste que teníamos que entrar al estanque ese y ahí nos uníamos... y entramos al estanque esa vez que caí ahí con aquel fugitivo.

—Y que había que casarnos y después entrar al estanque... supongo que lo olvidaste, pero está bien—responde subiendo el zíper de su vestido.

Pestañeo recordando ahora esa parte— ¿Y por qué no estoy igual que tú?

—Porque no eres un hada, yo sí.

—Pero dijiste aquella vez que si yo moría tú también así que si mueres ahora yo también lo haré, ¿no?

—Si no nos unimos si—asiente desviando la vista al suelo.

Asiente mirando por la ventana suspirando— ¿Cuál es el sentido de que si no nos unimos moriremos?, ¿Cuál es la razón para eso?— La miro—no lo entiendo, cada criatura debe unirse y si no lo hace morirán, es como si la unión fuera un castigo.

—Es algo que no puedo responderte porque es algo que ni yo misma sé...— responde haciendo un portal caminando hacia él.

La detuvo por el brazo— ¿Cuánto tiempo tienes? Bueno... tenemos.

—Si la marca llega a mi corazón es el final para los dos. Cada día que pasa está más cerca de llegar a él así que... solo una semana, como mucho dos.

— ¿Y por qué dices eso ahora?, ¿Por qué justo cuando se está acabando el tiempo?

—Lo hubiera hecho si alguien no hubiera sido secuestrado...—responde soltándose de su agarre.

Asiente—bueno, ya que...—se encoge de hombros— ¿Cuándo será la boda?

Lo mira sorprendida— ¿estás aceptando casarte?

— ¿Por qué la sorpresa?

—Bueno...—no supo que responder por lo que se cayó y entro por el portal.

La siguió en silencio apareciendo en el palacio Nohala. Visualizo los grandes árboles a los lejos y la puesta del sol. Miro al frente viendo las grandes paredes de color blanco, los cuadros de los antes pasados de la familia Nohala y la alfombra de color blanco que decoraba el suelo.

Llegaron al jardín en donde sus padres estaban parados de espalda a ellos mirando la fuente hablando entre ellos. Parecían tener unos treinta años como mucho, no aparentaban la edad que tenía, como Vaiolett, tenía ciento y veinte años y parecía una niña de diecisiete años. Su envejecimiento era increíble.

Ella se acercó a ellos diciéndole algo causando que su madre la abrazara feliz y su padre aplaudiera, luego se giraron viéndolo sonriente. Ya se hacía a la idea la causa de sus sonrisas.

— ¡Jack! ¡Muchacho!— exclama su padre con los brazos abiertos hacia él sonriendo—o debería de decir, ¿Alessandro?

Entró sus manos a los bolsillos—como guste, puedo responder a los dos— contesta.

—Bueno—asiente—Alessandro, estoy feliz porque ahora mi hija ha encontrado por fin a su pareja y esta la ha aceptado por lo que vivirá eternamente.

—Me alegra que hayas aceptado a mi hija y que ahora ceras parte de nuestra familia, bienvenido—dice su madre abrazándolo felizmente. Le dio unas palma ditas en la espalda asintiendo. Se alejó parándose al lado de su esposo—hay que empezar a planear todo antes de que se agote el tiempo, deberíamos de hacer una cena mañana en la noche como celebración de esta hermosa unión, tu familia está invitada, mandaré hacer los preparativos y también les mandaré la invitación para que asistan, tu padre puede venir por supuesto.

— ¿Espera? ¿Mi familia?—dice mirándolos sorprendidos— ¿es necesario?

—Sí, ¿Por qué?—pregunta.

—Bueno...—susurra desviando la vista algo nervioso—ellos no tienen idea de que su hija y yo estamos destinados a estar juntos para siempre...

—Entiendo...—responde asintiendo—mañana será un buen momento para decirlo, algo como esto no se puede seguir manteniendo en silencio por mucho tiempo.

—Sí lose, lose...—murmura—será mejor que me vaya ahora...—dice dándose la vuelta.

—Te acompaño—dice Vaiolett siguiéndolo en silencio— ¿Cómo les dirás esto? Debo decir que también mantuve el secreto mientras estabas secuestrado, no me pareció el mejor momento para decir algo como eso.

—No tengo la menor idea de cómo—responde el portal apareciendo frente a ellos. Se giró viéndola parada mirándolo con esos ojos inocentes y las manos juntas con una sonrisa de felicidad—adiós—se despidió dándole un beso en la frente entrando por el portal.

Su habitación estaba a oscuras, suspiro saliendo de su habitación.

Salió al pasillo bajando los escalones. En la sala se encontró con sus hermanas, la novia de Alumiar y su mejor amiga.

Su madre venía saliendo de la cocina deteniéndose al verlo—Jack...—susurro mirándolo confundida— ¿sucedió algo?

Negó con la cabeza.

Abrió la boca para decirle que dentro de poco iba a casarse, pero no salió absolutamente.

¡Dios!, ni él mismo creía que estaba a punto de hacer tal cosa, nunca imagino casarse...

—Carajos...—susurro caminando hacia la puerta abriéndola saliendo a fuera yendo hacia su auto a pasos rápidos alejándose de todo por un momento como siempre.

No tardó mucho en llegar al punto y abrir el portal apareciendo en los ángeles, se detuvo frente a la casa de Carlos. Vivía solo con su perro, su madre había muerto hace unos años y su padre no paraba mucho en casa, lo extrañaba mucho. Era el único amigo que le había aceptado así con toda y su faceta de imbécil, siempre estuvo ahí sin esperar nada a cambio.