No tenía idea, ni de cómo y por qué funciona aquello, pero lo que si sabía era que estaba logrando que el enemigo retrocediera cada vez más.
Tenía un gran manejo con aquella espada que la dejaba perpleja. Nunca tomo clases de esgrima ni mucho menos de defensa personal, en conclusión: no sabía pelear en lo absoluto. Y que ahora pareciera un héroe salvando a su pueblo era increíble.
Era como si hubiera tenido años de entrenamiento para aquello.
Pateo con fuerza en el estómago al soldado que venía hacia ella para atacarla. Miro por un momento a su lado al señor Smith quien peleaba no muy lejos de ella también haciendo que el enemigo retrocediera.
El objetivo era que salieran del reino mientras los eliminaban uno a uno o por docena.
Volvió de nuevo atacar a sus contrincantes con fuerza sin recibir ningún rasguño. Eso era algo más que debía de agregar a la lista de cosas extrañas, no ha recibido ninguna herida de guerra, era como si algo la protegiese para que siguiera con su deber de ser la salvadora del reino. Eso era algo que su mente aun no procesaba del todo, ¿Qué sentido tenia eso? ¿Por qué fue elegida para aquello? No era alguien muy especial que dijéramos, solo era algo inteligente y tenía buenas calificaciones en la escuela y nada más.
Bueno, debía decir que no le iba tan mal con la escritura. Recién empezaba adquirir un poco de popularidad en Wattpad.
Detuvo otro ataque de otro soldado con la espada. Lo empujo lanzándolo lejos de ella cortándole el brazo que sostenía su espada de un solo golpe. El hombre grito fuerte de dolor poniéndose de rodillas mirando su brazo cortando y luego a ella con bastante odio.
Iba a terminar con su miserable vida cuando una flecha le atravesó la cabeza cayendo boca abajo al suelo.
Miro hacia adelante su atención yendo al cielo encontrándose con una lluvia de flechas que iban hacia todos ellos con la punta de fuego.
—Mierda…—murmuro empezando a buscar a su alrededor algo con que cubrirse hasta que vio como una flecha se clavaba en la espalda del señor Smith.
Cayó al suelo de rodillas sin poder tener la oportunidad de poder defenderse de su atacante quien le enterró su espada en su pecho.
Corrió hacia el antes de que las cosas se complicaran más al ver a otro soldado acercarse a él apuntando su espada hacia su cabeza. Detuvo el golpe con su propia espada mirándolo directamente a los ojos, tomo con rapidez su escudo empujándolo poniéndose en frente del señor Smith cubriéndolo a ambos con aquel escudo que de inmediato empezó a detener las incontables flechas que iban hacia ellos.
Respiro hondo levantando la mirada hacia el señor Smith viendo su expresión de dolo con sus manos juntas en la empuñadura de la espada.
—No, espera—la detuvo cuando intento sacar la espada de su pecho—hacer eso provocara mi sentencia de muerte…—dijo en un susurro cerrando los ojos por un momento—cuando sea atendido por un médico este será que quite la espada para detener la hemorragia de una vez, si lo quitas ahora perderé mucha sangre…—abrió los ojos mirándola.
—Y… ¿te quedaras así con eso en tu pecho?—pregunta tocando el pomo con la yemas de sus dedos con una ceja alzada.
—Si… —responde suspirando entrecerrando los ojos mientras su cabeza se movía hacia los lados involuntariamente.
—Oye… pareces que vas a desmayarte…—dice poniendo una mano en su rostro reanimándolo—vamos, abre los ojos ya dejaron de caer flechas del cielo…—dice mirando a su lado como hombres del enemigo y druidas estaban en el suelo con flechas en diferentes lados de su cuerpo bastante muertos—al menos parece eso…—susurra mirando el escudo que sostenía con su mano derecha hasta que sintió el peso de la cabeza del señor Smith en su mano atrayendo su atención de inmediato.
Lo vio desmayarse en su mano su cuerpo se fue hacia delante cayendo encima de ella.
Pestañeo varias veces sorprendida. Luego bajo la mirada hacia su pecho viendo al señor Smith desmayado con parte de su cabello cubriendo parte de su cara.
—Maldita sea…—maldijo mirando la espada clavada en su pecho y la flecha en su espalda.
Quito por un momento el escudo para ver que sucedía del otro lado encontrándose con lo mismo. Humanos peleando con Druidas y de estos quedaban muy pocos…
Dejo a un lado el escudo. Tenía que sacar al estúpido rey de ahí antes de que fuera demasiado tarde.
Dejo la espada en el suelo tomado el brazo izquierdo del señor Smith pasándoselo por el cuello poniéndose de pie con él con mucha dificultad. El hecho de que el fuera del tamaño de Hullk y que fuera algo musculoso no le ayudaba en nada.
Empezó avanzar a pasos lentos tratando de alejarse de la guerra. El solo pensar la distancia que tenía que recorrer hasta el castillo le daban ganas de dejarlo ahí tirado y volver a la batalla… o a la escuela, ahora que recordaba, tenía, un examen de física.
Uno de los druidas que peleaban desde el cielo la vio llevar al su rey medio moribundo por lo que le dio señal a los demás de que debían de protegerla para que llevara al rey a salvo hacia el castillo en donde los heridos estaban siendo atendidos.
Les sonrió fingiendo agradecimiento mientras por dentro los maldecía por no ir ayudarla. ¿Acaso creían que era pluma que llevaba en su hombro?
Con bastante dificultad pudo llevarlo hasta al castillo en donde lo dejo caer en los pies de Paula respirando forzadamente mirándola—Esta… muy…herido—dijo viendo su expresión de sorpresa alternando la mirada entre el rey y ella—nece…sita…ayuda—dijo antes de caer desmayada también al lado del señor Smith cansancio.
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Editado: 18.07.2022