El Destino de Moon

60. Consejeros

— ¿Qué? ¿De qué habas? No entiendo—dijo mirándola confundido dejando su cuchara en la mesa

— ¿Qué? ¿De qué habas? No entiendo—dijo mirándola confundido dejando su cuchara en la mesa.

Suspiro—primero, tengo dos teorías y la primera es: eres un completo hijo de perra que quiere masacrar a su pueblo por un posible amor fallido, alguna ofensa o algo que te haya afectado en tu pasado y la segunda es que alguien está conspirando contra ti. Puede ser por varias razones y una de ellas es que quiera apoderarse del trono, más dinero y poder utilizando a tus enemigos, y poniendo a tu pueblo en tu contra.

Pestañeo varias veces viéndola por un segundo para luego mirar su sopa meditando sus palabras.

— ¿Y enserio crees que yo le haría algún tipo de daño a mi propia gente?—pregunto viéndola algo ofendido.

Se encogió de hombros—lo siento, pero no te conozco lo suficiente para creer lo contrario, por lo tanto no sé de qué eres capaz de hacer para lograr tus objetivos desconocidos. En conclusión: no confió en ti—respondió.

Asintió dejando la bandeja a un lado de la cama retirando las sabanas de sus piernas sentándose en la orilla de la cama mirando el suelo.

—Mi padre una vez dijo que incluso siendo el rey la gente no confiaría completamente en ti a pesar de las cosas buenas que hayas echo por ellas—dijo mirándola.

—Nos conocemos a penas casi un mes, no has hecho cosas buenas por mí que merezca ganarse mi confianza—dice mirando las estrellas por la ventana que estaba cerca de la cama.

—No lo decía para ti—contesto rodando los ojos poniéndose de pie con algo de dificultad caminando hacia la chimenea.

—Lose, pero en estas circunstancias tan críticas necesitaras a un buen aliado por si quieres cuidar de ti mismo y de tu reino por lo que tienes que decirme si sospechas de alguien—dice poniéndose de pie. 

Se giró hacia ella—debo decir que tampoco confió en ti, eres una humana, eso te hace peligrosa—responde girándose hacia ella.

—Entonces ya tenemos algo en común, ¿no?—responde alzando una ceja mientras se cruzaba de brazos.

—Puede ser…

Suspiro mirando la alfombra de un color verde oscuro volviendo a meditar la situación.

—Entonces… si ninguno de los dos confían en el otro la única opción más efectiva es hacer un voto de confianza o un trato, como quieras decirle—dice acercándose lentamente hacia el deteniéndose viendo de cerca el vendaje que cubría su pecho. Alzo la cabeza hacia el mirándolo directamente a los ojos—puede escribirse en un papel y quemarse al fuego para no dejar evidencias ante el enemigo… puede ser con sangre para hacerlo más dramático si quieres.

Se quedó mirándola en silencio hasta que se dio la vuelta yendo hacia su escritorio tomando una pluma y un pergamino empezando a escribir por lo que se acercó a él lentamente viendo con atención lo que escribía.

Yo Lexer Smith prometo hacer todo lo posible para cumplir con mi palabra de ser un leal aliado para la guerra en la que nos enfrentaremos, de que seré fiel a mi promesa incluso si eso me lleva a la misma muerte.

Lexer Smith.

Al filmar le entrego la pluma a Ashley—tu turno—dijo haciéndose a un lado cuando tomo la pluma empezando a escribir lo mismo que él. Debía decir que tenía una caligrafía bastante bonita.

Yo Ashley Cullen prometo hacer todo lo posible para cumplir con mi palabra de ser una leal aliada para la guerra que nos enfrentaremos, seré fiel a mi promesa incluso si eso me lleva a la muerte.

Ashley Cullen.

Miro el papel comparando las dos tipografías. Sin duda su letra era la más bonita y cuidada. Ya le tenía algo de envidia por eso.

Le entrego la pluma mirándolo—tienes una letra muy bonita—dijo elogiándolo—incluso mejor que la mía…—dice mirando el papel.

—Es más evidente de que lo es dado a que eres una humana apestosa—contesta tomando su mano.

Lo mira de mala gana— ¿podemos agregar también de que dejes de llamarme de una forma tan ofensiva?—dice viendo la punta de la daga pasar por la palma de su mano dejando una pequeña herida que de pronto empezó a derramar sangre que pronto cayo en la hoja.

—No—respondió.

— ¿Por qué?—pregunto.

—Porque no quiero—dijo mirándola.

Le arrebato la daga de las manos tomando su mano bruscamente con una sonrisa maliciosa—bueno, en ese caso como fiel creyente de la igualdad te llamare pequeño druida de mierda—dice clavando con fuerza y profundidad la punta de la daga en su palma viendo satisfactoriamente la expresión de dolor en su cara.

Dejo caer su sangre en el papel haciendo que la sangre corriera por todo el papel hasta salir pasando por la mesa cayendo al suelo ensuciándolo.

Lo miro divertida cuando se soltó de su agarre bruscamente yendo hacia la mesita que estaba en medio de los muebles tomando uno de los vendajes empezando a vendarse la mano.

Luego la miro—no era necesario hacer una herida tan profunda para eso—dice molesto—tienes suerte que se ira en una hora la herida…

—Como sea—toma el papel yendo hacia la chimenea lanzándolo hacia el fuego viéndolo ser consumido por él.

Se dio la vuelta hacia Lexer que dejo de mirar la chimenea viéndola también.

—Ahora que todo está hecho, ¿me dirás de quien sospechas?—pregunta.

— ¿Cuál es tu fijación sobre de quien sospecho?

—Por qué si dices que crees que hay un traidor entre ustedes es más que obvio que debes de tener al menos la sospecha de quien podría ser—responde—si me dices podemos empezar a investigarlo los dos juntos dando información farsa y si llega al enemigo y este actúa es porque aquel de quien sospecha es el traidor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.