El Destino de Moon

65. Desahogarse

Holis!!! Hace mucho tiempo que no publicaba por aquí..... Bien les diré que por celebración de los 19k y nuevos lectores fantasmas decidí hacer un maratón con capítulos bien largos, así que disfrútenlo mucho y lean despacio que no se hasta cuándo  vaya a actualizar después, pero si con la seguridad de que será otro maratón igual que este, a disfrutar!

 

 

 

 

 

 

Sin darse cuenta ambos se habían quedado dormidos. A la mañana siguiente Lexer fue el primero en despertar. Alejo de su pecho a Ashley con sumo cuidado para evitar que no despertara.

Se sentó en la orilla de la cama dando un bostezo mientras echaba su cabello hacia atrás. Saco su teléfono de sus bolsillos encendiéndolo. A lo que este se iniciaba cerro los ojos por un momento, estaba exhausto. De que volvió a ser el rey no tenía un momento de descanso poniendo en orden todo el desastre que había hecho Liam.

Su teléfono vibro por lo que abrió los ojos de nuevo viendo setenta mensajes y veinte llamadas de Asher, y de Biel solo quince llamadas. Ni siquiera se interesó en leer los mensajes, ya se daba a la idea.

—Hola—Escucho la voz apagada de Ashley.

Giro su cabeza viéndola sentada apoyada en el espaldar de la cama con las piernas recogidas mirando fijamente por el ventanal.

—Hola... —susurro— ¿Cómo estás?—pregunto.

—Bien—respondió mirándolo directamente a los ojos.

Asintió bajando la mirada a la cama por un momento— ¿Puedes decirme que paso ayer? —pregunto alzando la mirada hacia ella.

La vio tragar saliva desviando la mirada—debería empezar a cambiarme, no quiero llegar tarde a la escuela, además, tengo que practicar para la presentación con Moon—dice alejando la corcha de sus pies poniéndose de pie.

— ¿Presentación?—pregunto confundido.

—Mi hermana mayor fue elegida como jurado para una competencia de baile, el premio es cien mil dólares y becas para una de las escuelas de baile más importante por lo que nos pidieron hacer una presentación para iniciar el show—contesta.

Alzo ambas cejas—no sabía que eras una bailarina...

—Solía serlo...—susurra mirándolo—si quieres puedes venir, claro si no estarás ocupado ese día.

Asintió mirando al suelo—Ok, lo agendare—dice con voz dulce sonriendo un poco.

Le devolvió la sonrisa mirando al suelo rogando por no sonrojarse.

—Bien...—susurro poniéndose de pie entrando su teléfono a su bolcillo girándose hacia ella dándose cuenta de que si era muy pequeña—debo irme, tengo que resolver algunos asuntos, pero antes... ¿Cuánto mides?—pregunto mirándola de arriba abajo.

—A-Ah...—traga saliva—un metro y cincuenta y seis, ¿Por qué?—pregunta.

—Pero si eres como un duende...—dice sorprendido.

— ¡Oye! Tampoco ofendas he—dice fingiendo estar molesta.

Se rio asintiendo dándose la vuelta.

— ¿Y tú?—pregunto antes de que entrara al portal.

—Dos metro y veinte—contesto entrando al portal.

Abrió los ojos con sorpresa. ¿Enserio había personas que median eso? Era imposible «es un sobre natural estúpida» cierto, esas personas eran exageradamente alta.

Se relamió los labios caminando hacia su baño para empezar a alistarse.

~*~

Al bajar las escaleras se encontró con el señor Dorian.

—Buenos días—saludo.

—Buenos días—respondió— ¿Lexer ya se fue?—le pregunto—necesito hablar algo importante con el sobre algunas cosas...

Trago saliva nerviosa—A-Ah... ¿Por qué me preguntas por él? no lo he visto.

La miro con una pequeña sonrisa graciosa— ¿en serio?—pregunto—que raro, ayer me llego la notificación de tu GPS de que habías llegado a casa, y una hora después uno de los sirvientes de Lexer se comunicó conmigo para saber si sabía del paradero de su rey...

Su rostro se puso rojo por completo. Mentir ahora sería estúpido, él ya los había visto.

—No le digas a nadie por favor—suplico poniéndose de rodillas—hare lo que quieras, ¡Lo juro!

La levanto del suelo—tranquila, no le diré a nadie, pero para la próxima me avisas de que vas a salir con él, no desaparezca así. No olvides la primera regla de la casa.

Asintió—si señor—dice haciendo una reverencia. Escapando de él hacia la cocina.

Ya la había atrapado dos veces. Era muy vergonzoso, pero debía agradecer que no era un chismoso. Porque si no, estaría en grabe problemas con su hermano mayor y su madre.

Una semana después...

—Si no puedes ir está bien, lo entenderé, de veras—dijo desviando la vista hacia la ventana.

Se encontraba en su oficina sentada en el pequeño muro de la ventana mientras él veía unos papeles en su mesa.

En estos días se encontraba atareado por los cambios repentinos que estaba teniendo el reino.

—Ya te dije que si iré—contesto girándose hacia ella—tienes muy poca fe en mí—dice.

—No es que no lo tenga—contesta—es que tienes mucho de trabajo y responsabilidades, entendería si no puedes ir.

Aunque muy por dentro estaba muy ilusionada de que él iba a asistir al evento, pero sabía que no podía esperanzarse mucho, él tenía mucha responsabilidad por lo que podía cancelar en cualquier momento aun cuando el dijera que el sí asistiría sin importar que.

—Iré, no te preocupes—dice dejando los papeles que tenía en las manos encima de la mesa acercándose a ella. Suspiro—y parece ser que no seré el único que ira de la unión de las razas...

Lo miro. Cada día su belleza se hacía dolorosamente presente, ya a estas alturas no podía evitar sentirse demasiado atraída hacia él.

— ¿No es extraño? Todos los líderes de la raza terminaron emparejado extrañamente con mis hermanas—dice—solo Abby, Jack y yo somos los únicos.

—De seguro tu familia es muy especial para el ancestral—respondió.

—He llegado a pensar eso...—dijo teniendo una necesidad inexplicable de volver a besarlo.




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