Su característico color de cabello rojo empezó a tornarse gris desde la raíz, su piel blanca por igual. Cayó de rodillas tosiendo sangre.
Se apresuró a ir a su lado—por favor ya dime que está pasando...—rogo retirando la sangre de sus labios—me estas asustando.
—No... lo... se—respondió débilmente—no puedo... ver—susurro—todo es rojo... y negro.
Trago saliva limpiando la sangre que salía de sus ojos. Era de un color entre rojo y negro.
—Bien, iremos de vuelta al castillo—dijo poniendo su brazo izquierdo en sus hombros levantándolo del suelo. Era muy pesado, pero podía con él. Ya lo había hecho una vez.
Al hacer el portal apareció en su oficina. Lo dejo en el sofá—iré por ayuda—dijo dándose la vuelta saliendo al pasillo.
Diviso a un druida al final del pasillo que llevaba consigo una canasta de frutas.
— ¡Hey! —lo llamo corriendo hacia él.
El chico la miro de arriba abajo reconociéndola— ¿Eres la señorita Ashley, no? —Pregunto y asintió— ¿en qué puedo ayudarla?
—E-Es...—respiro hondo—es Lexer... no se encuentra muy bien ahora, necesita ayuda, no sé qué es lo que le sucede—dijo jugueteando con sus dedos muy nerviosa.
La miro con extrañeza—¿el rey? ¿Qué le sucede a nuestro señor?
—No lo sé—contesta encogiéndose de hombros—su cabello se ha tornado de un gris oscuro al igual que su blanquecina piel, de sus ojos y nariz vota sangre muy oscura, y hace un momento tosió sangre... y dijo que no puede ver.
—¿Dónde está? —pregunto preocupado.
—En su oficina—contesto.
El chico asintió pasando por su lado rápidamente directo a la oficina de su señor. Lo siguió de inmediato.
Al entra a la oficina se encontró con el señor Smith tirando en el suelo en medio de un charco de sangre oscura. Tenía una mano en su estómago sin dejar de vomitar.
Ambos se acercaron a él de inmediato. El chico empezó a inspeccionarlo cuidadosamente, Ashley lo observaba en silencio sin dejar de mirar sus manos que desprendían una luz amarilla.
Estaba muy asustada. El aspecto del señor Smith no era de lo mejor, parecía que se le estaba yendo la vida de a poco causando que su cuerpo se marchitara. Sus ojos estaban cerrado con la cabeza agacha.
Finalmente el chico termino su revisión y la miro con preocupación—su cuerpo está expulsando toda la sangre, su corazón está latiendo demasiado lento. En cualquier momento puede convertirse en un árbol.... Pero no se la causa de todo esto.
La cabeza del señor Smith cayó en su hombro. Retiro los mechones blancos de su cara viendo su rostro arrugado como una pasa.
— ¿Cómo que se convertirá en un árbol? —pregunto mirando al chico de nuevo.
—Cuando un druida muere.... Se convierte en un árbol blanco—respondió poniéndose de pie—es enterrado en el bosque blanco. Buscare a los consejeros, ellos sabrán que hacer—dicho eso se retiró dejándola sola con alguien moribundo en sus brazos y mies de preguntas.
Miro de nuevo al señor Smith. Su reparación era lenta, tenía los ojos cerrados. Era increíble, hace un momento atrás estaba hablando y riendo tranquilamente y de un momento a otro se encontraba en ese estado todo moribundo.
—Lexer...—susurro— ¿puedes escucharme?—pregunto.
—Unjan... —contesto.
— ¿Escuchaste lo que dijo el chico? —Asintió— ¿tú tienes alguna idea de lo que te sucede? —Pregunto—¿has estado enfermo antes?
Pasaron unos minutos hasta que respondió—hace unas semanas empecé a sentirme mareado y a votar sangre por la nariz...—susurra retirando la cabeza de su hombro para ponerla en el mueble.
—¿Por qué no lo dijiste antes? —pregunto acercándose a él.
—No creí que fuera tan grabe...—dijo—¿Por qué hace tanto frio?
Vio la manta en una esquina del mueble, la tomo arropándolo con cuidado. Luego se sentó a su lado a observándolo con tranquilidad, esperaba que hubiera una solución para ayudarlo.
No quería dejarlo morir. Seria horrible perderlo así como si nada, y tan de repente.
La puerta se abrió de pronto entrando cuatros hombres y el chico de ahorita. Entre los cuatros hombres reconoció a uno el cual le sonreía pícaramente.
—¿Cuándo empezó esto? —pregunto el que tenía el cabello castaño acercándose al señor Smith.
—Hace como unos diez o cinco minutos—respondió haciéndose a un lado para que pudiera revisarlo mejor.
El chico asintió—¿en dónde estaba? —pregunta.
—No sé decirte con exactitud, dijo que era un lugar secreto para el...—contesta con un poco de vergüenza.
El chico vuelve asentir— ¿Comió o bebió algo? —cuestiona.
—En el momento que estábamos juntos no— ¿Por qué hacia esas preguntas?
— ¿Todo sucedió así de la nada? —interroga.
Asintió—íbamos volver a casa cuando de pronto se detuvo y empezó a sangrar por la nariz... luego su cabello se tornó de ese color al igual que su piel, de su ojo izquierdo y oreja derecha salía sangre. Cayó de rodillas y empezó a decir que no podía ver, por eso lo traje aquí de inmediato.
— ¿Y te encontraste con Marlon, cierto? —dice y asiente—hay que preguntarle a los sirvientes que comió el rey hoy y de paso averigüen con quien más estuvo hoy aparte de la señorita Cullen—dijo mirando al chico que había visto la otra vez cuando Lexer había sido herido en el enfrentamiento con aquel general.
Este asintió saliendo de la sala.
— ¿Qué crees que le haya causado este estado al rey? —pregunto el chico que ahora sabía que su nombre era Marlon.
Miro de nuevo al moribundo de Lexer recostado en el mueble—no parece ser por envenenamiento o por alguna enfermedad imprevista.... Es raro.
—¿Qué sucederá si no podemos hacer nada? —pregunta viendo al chico preocupada.
— ¿Tu qué crees? —Contesta alzando una ceja—si muere el rey tu serás la primera sospechosa por ser la última persona que lo vio cuando estaba bien.
Eso la asusto—no puede acusarme de algo que no he hecho...—dice.
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Editado: 18.07.2022