Luego de terminar la carta, Nucere tomó un tubo y colocó el sobre color marrón claro dentro. Se lo entregó a Danzzel, y éste fue el encargado de llamar a un Hipocampo Mensajero para que llevara el mensaje.
Después retomaron su charla para el recuerdo hasta que Salamina fue por su hijo.
—¿Otra vez le estás contando esas absurdas historias sobre el "Gran Leviatán"?—preguntó la jefe de enfermeros desde la puerta.
—No esta vez—respondió Danzzel a la vez que volvía a revolverle el cabello a su protegido—.Me contó cómo fue su día.
—Vamos hijo, es hora de ir a almorzar.
—¿Por qué no se quedan? Pediré que lo traigan para ustedes.
—¿Podemos mami?—preguntó Nucere.
—No es correcto, hijo—replicó Salamina—.Ahora eres un cadete, y no sería bien visto que almuerces con el capitán en tu primer día.
—¡Jo!
—Nucere, si tu mamá lo permite podemos cenar en la cubierta, y ver las estrellas como cuando eras pequeño—dijo Danzzel—.Por la noche todos están mas preocupados por dormir que por chismear, ¿qué te parece?
—¡Sí! ¿puedo mami?
—Esta bien pero suspenderemos las comidas por un tiempo. Recuerda que ahora eres miembro completo de esta tripulación.
—Está bien.
Nucere se despidió de Danzzel con fuerte abrazo, luego corrió hacia su madre, y se despidió de sus amigos con la mano.
—Les deseo un buen provecho. Mi capitán, mi primer oficial—se despidió la enfermera.
Los hombres devolvieron el gesto, y regresaron a su labor.
—Deberías ser más claro con tus sentimientos, capitán—fue el comentario de HiDenise mientras verificaba el radar.
—¿De qué hablas?
—Todos aquí sabemos lo mucho que quieres a Nucere pero cambias por completo cuando se trata de Salamina.
—Nada más somos compañeros de tripulación, además ella me dejó cuidar de Nucere y eso produjo que nos llevemos muy bien.
—No puedes engañarme Danzzel, de todas las mujeres en el barco, sólo invitaste a comer a Salamina y eso que tienes la reputación de ser un conquistador nato a donde quiera que vayas.
—Dicho así parece que me aprovecho de mi rango, y abuso de mi poder. Además debe ser casada, y no quiero problemas.
—¿No se lo preguntaste en todos estos años?
—¿Qué iba a decirle? "Salamina, ¿por casualidad tienes esposo? Porque me pareces una mujer interesante, y me gustaría conocerte y un día jugar a la casita"—replicó con sarcasmo—.No soy tan idiota como para crearme ilusiones.
—La única forma de saber si tienes alguna oportunidad con ella, es preguntándoselo de frente.
—Quizás más adelante. Estas épocas no son muy buenas.
—Comprendo.
Los amigos retomaron su actividad sin decir más nada.
Por otro lado, el almuerzo se llevó a cabo en la Comedor Principal en donde se encontraron todos a excepción del capitán y el primer oficial.
Todas las comidas estaba adaptadas a cada necesidad.
El jefe de los cocineros era Yor, y era el encargado de reunirse con Salamina para debatir las cantidades, y tipos de comidas más adecuados.
—Cadete Nucere, ¿cómo está su comida?—preguntó Yor desde atrás del joven.
—¡Tío Yor! Todo está muy rico.
—Me alegra oír eso. Cuéntame tu día.
El pequeño no tardó en ponerlo al corriente.
Por otro lado, Danzzel y HiDenise hablaban de su trabajo cuando el radar detectó que algo se aproximaba desde el fondo del agua a una gran velocidad.
Inmediatamente el capitán envió ondas sonoras que servían para saber si se trataba de un amigo o enemigo, girando un botón ubicado del lado izquierdo de la pantalla.
La criatura envió tres ecos dando a entender que era un aliado.
Se trataba de un Hipocampo Mensajero: un animal biomecánico capaz de trasladarse nadando a una gran velocidad; eran utilizados para enviar información entre los miembros de la Armada de tinte confidencial.
Podían defenderse de sus enemigos utilizando sus colas que eran filosas como navajas, y eran capaces de generar electricidad.
Danzzel le dio la autorización para que se acercara a su barco.
El Hipocampo sacó de su cabeza un cable que se conectó a una ranura ubicada delante de él. Sus ojos grises cambiaron a un color amarillo.
—Este es un mensaje para el capitán Danzzel del barco Victoria Arum, ¿desea escucharlo?—fue la pregunta el hipocampo; su voz era robótica.
—Soy el capitán Danzzel, deseo oir el mensaje.
—El mensaje es enviado por el capitán Hystrix del navío Angelus ubicado en la Isla Mandita Shallow a 2 millas náuticas en dirección oeste desde la posición actual. Se le solicita ayuda urgente debido al ataque de "Los Asesinos del Mar". Embarcación en peligro de destrucción.
—Dile al capitán Hystrix que voy en camino—dijo Danzzel lo más tranquilo posible.
—Respuesta memorizada. Me marcho.
El animal guardó su cable, y salió del lugar a toda velocidad.
En ese momento, HiDenise oprimió un botón celeste haciendo sonar todas las alarmas.
—Se le solicita a todo el personal a ocupar sus puestos inmediatamente. Los "Asesinos del Mar" han atacado una isla cercana. En cuanto lleguemos, quiero a los soldados más experimentados en tierra conmigo. Luego bajarán los enfermeros a tratar a los heridos—dijo Danzzel por el altavoz—.Repito, todo el personal a ocupar sus puestos de inmediato. Esto no es un simulacro.
Al escuchar estas palabras. Nucere no pudo evitar sentirse entre asustado y emocionado ya que los actos atroces cometidos por los "Asesinos del Mar" eran tantos que si uno comenzaba a contarlos, una semana no era suficiente para acabar.
Salamina se dio cuenta de la reacción de su hijo.
—No debes preocuparte. Danzzel no dejará que nada malo te pase—comentó la mujer mientras se levantaba de su asiento.
—Lo sé pero aún así me preocupa. No me gustaría encontrarme con alguno de ellos.
—¡Enfermeros, cadetes enfermeros, ya oyeron al capitán. Vuelvan a sus puestos!—ordenó la mujer.