El destino de Nucere

Capítulo V: Información

Puerto Blent, ubicado en las costas de Tierras Altas.

Para llegar a las Tierras Altas se debía seguir la ruta del Mar de Nafitea en dirección norte, que la separaba de la Península de Albatros por varias millas, y cuando pasaba de ser mar a convertirse en el Océano Ayezi.

Su superficie era de unos 100.000 km2 y su población era de unas 50.000 personas por lo que todo era gobernado por la naturaleza.

Las casas eran construidas con aislantes térmicos para ayudar a soportar los crudos inviernos de la zona, ya que la región era bastante fría en todas sus estaciones del año.

Los ciudadanos solían tener apariencia humanoide, de tez muy pálida y cabello tirando a blanquecino. Y al no tener países fronterizos algunos poblados podían mostrarse recelosos con los extranjeros.

Puerto Blent estaba ubicado en la costa sureste de la región. Se traba de un pueblo dedicado principalmente a la pesca de frutos marinos, y algunos peces de orejas largas. También era un lugar estratégico ya que se podía tener una vista privilegiada del agua.

Siempre había sido un sitio muy animado pero el ataque de los "Asesinos del Mar" obligó a la población a marcharse casi a las corridas.

La caída del pueblo podía significar la caída de Tierras Altas.

Un niño de tez pálida, de cabello rubio muy claro, tenía puesta una calza negra térmica y una campera del mismo material color gris, de al rededor de ocho años, se aproximó al bosque de enormes árboles de tonos azules oscuros.

Allí fue interceptado por tres hombres de aspecto rudo pero se vestían como gente común.

—¿Qué pasa niño?—preguntó uno de los hombres.

El pequeño esbozó una sonrisa.

—Vengo a decirle a nuestro capitán que su mensaje a la Armada de Vigilancia Marina fue enviada con éxito—comunicó.

—¡Bien echo, hijo! Eres un digno miembro de los "Asesinos del Mar"—exclamó el segundo hombre lleno de alegría a la vez que lo abrazaba.

Los otros festejaron.

Era bastante común para los "Asesinos del Mar" tener niños entre sus filas puesto que ellos pasaban más desapercibidos que los adultos, y podían obtener información útil mucho más rápido. Muchos de los hijos de los tripulantes se ofrecían para llevar a cabo semejante trabajo, aunque eso implicara dejar a sus familias por meses.

Y ese fue el caso del pequeño Terlid, quien se hizo pasar por uno de los pueblerinos por un largo tiempo hasta la llegada de sus compañeros y ayudar a provocar el incendio que acabó con la vida de algunos marinos.

Luego de los halagos, los cuatro personajes se encaminaron hacía lo más profundo del bosque.

A su encuentro salió una mujer de agilidad gatuna, tenía la piel marmolada que parecía hecha de ese mármol, sus ojos parecían los de un felino de globos oculares completamente verdes esmeralda y pupilas en forma vertical. Usaba un cubre bocas que se asemejaba a los músculos de esa parte del rostro con los dientes afilados al descubierto. Su traje de cuero negro terminaba en su cabeza con dos orejas de gato.

Se trataba de Lynx, la segunda oficial.

El niño se adelantó con una falsa valentía.

—Mi segunda oficial, el trabajo fue echo—le dijo nervioso.

—Perfecto. El capitán tuvo razón en elegirte—comentó.

—Es un honor servirlo.

—Iré a informarle.

La mujer caminó con gracia hacia los árboles más grandes. Allí se detuvo a hablar con una figura que se escondía entre las sombras.

Luego regresó hacia él.

—El capitán desea verte personalmente.

—Iré enseguida.

Mientras ocurría el encuentro entre el capitán de los "Asesinos del Mar" y Terlid; la conversación en el Cuartel General continuaba entre los vice almirantes y el capitán Dariel.

—Creo que merezco saber lo que es "Thalassori"—dijo el capitán.

El vice almirante dudó por un instante en hablar pero lo hizo de todas formas.

—Los Kalindri eran una tribu que habitaba en las profundidades del Bosque Thalassori, creían que su poder lo habían recibido de la Reina de las Hadas, luego de ver cómo estos trataban y cuidaban a las hadas y a la naturaleza del lugar.

—¿Y qué poder era ese?

—Era un poder único en este mundo. La habilidad de manipular los pensamientos de sus enemigos con solo mirarlos.

—¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! Explícate mejor.

—La leyenda de los Kalindri es muy antigua pero sólo fue hace unos años que fuimos a una expedición. Descubrimos que el poder sólo se manifestaba en la familia real.

—¿Y qué pasó con ellos?

—Hubo un atentado. Solo sobrevivió la hija mayor.

—Un poder así,¿quiere decir que los "Asesinos del Mar" lo saben?

—Es lo más probable. Tenemos que seguir con nuestra investigación.

El capitán se pasó la mano por el cabello en señal de estar pensando en algo.

—Debería investigar por mi cuenta pero no puedo irme muy lejos. Lyrine irá a la Academia Naval pronto—murmuró en voz alta.

—Puedes dejarla conmigo.

El semblante de Dariel cambió por completo.

—Sabes perfectamente que nunca lo permitiría.

—O puedes pedírselo a su madre ¡ah! ya recuerdo. Te abandonó para irse con otro. La vida de padre soltero no es nada fácil estos días.

—¡Jamás repitas eso delante de mi hija!—replicó el capitán enojado—.Lyrine cree que su madre está lejos cazando serpientes marinas gigantes. No pienso decirle la verdad todavía, y tú no serás quien lo haga.

—Seguro.

—Estaré en la ciudad unos días. Procura no acercarte a mi hija.

Dariel estaba por salir cuando su padre lo detuvo:

—Nishe no tenía oportunidad de sobrevivir.

—Pero no hiciste nada por ella—replicó el capitán.

—¡Ese es el destino de los que se involucran con un maldito pirata!

—Olvidé que estoy hablando con un vice almirante. La justicia ante todo.

Dicho esto, Dariel se marchó cerrando la puerta con violencia.

Razziel se volteó a ver a su colega; éste levantó sus manos en señal de no emitir opinión.




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