Ya habían pasado cuatro días desde la llegada de Mefisto, y Phoebe no se había separado de él. Le gustaba mucho estar con el chico, y se lo pasaba bien. Pero eso no significaba que a Joseph le agradase. Mefisto no le daba buena espina, pero no había hecho nada para que desconfiase de él.
Hacía un rato que se había levantado, y ayer le pidió permiso para ir al río.
Alguien toca a la puerta, y el hombre va a abrir, pensado que sería uno de sus sobrinos o los dos, pero no eran ninguno de ellos. Frente a él se encontraba Mefisto.
Mientras ambos se alejan Joseph no les quita la vista de encima y ve como Sebastian se acerca.
Phoebe junto con sus dos primos y Mefisto llegaron al río. Los cuatro se lo estaban pasando de maravilla, y después de comer, Mefisto le pidió a Phoebe que le acompañase a dar un pasea, alegando que quería estar un rato a solas con ella.
La loba acepta encantada y se encaminan a una cueva, donde sin previo aviso Mefisto se lanza a por ella, devorando su boca.
Phoebe se queda un segundo paralizada, pero no tarda en corresponderle y rodea al chico con brazos y piernas.
Ahí Phoebe si que se aparta para mirarle a los ojos.
Phoebe empieza a asustarse, pero no podía hacer nada, se estaba sintiendo muy débil.
Mefisto empieza a besar de nuevo a la chica, pero esa acción no era porque sintiese algún deseo por ella, nada de eso. Estaba absorbiendo la energía vital de ella, cogiendo su fuerza. La necesitaría para cuando se enfrentase a Asmodeo de nuevo.
Phoebe lo mira a los ojos y sacude la cabeza.
Algo había pasado, se sentía muy débil, pero muy atraída por Mefisto. No tenía ojos para nadie más y estaba dispuesta a hacer todo lo que le pidiese para complacerlo.
El demonio había usado su influencia para que Phoebe hiciese todo lo que él quisiera. La tenía controlada de tal manera que si le decía que se lanzase por un puente, lo haría con tal de complacerle. Ella ahora le adoraba.
Raffe empieza a sentirse un poco mal. Estaba mareado y un poco débil. Nunca le había pasado nada parecido pero su sexto sentido le hizo salir del infierno y llamar a su hermana.
Tarda un poco en coger el teléfono, pero al final lo hace.
Raffe se queda mirando su teléfono con el ceño fruncido. Decide llamar a su padre para saber que está pasando con su hermana.
Raffe se despide de su padre y en cuanto cuelga se encamina para entrar de nuevo al infierno, pero se detiene al ver a Asmodeo.
Deja a As donde estaba y se adentra en la cueva. Necesitaba hablar con su madre.
No tarda mucho en dar con ella, ya que sabía que estaría en la biblioteca. Le cuenta un poco todo y Mia decide volver con él. No le había gustado saber del comportamiento de su hija con ese desconocido.
Raffe asiente y se marcha en busca de Isabelle. Estos días habían estado muy unidos. Había sentido celos de ver como As y ella entrenaban, pero se contenía. Pero hoy no pudo. Estaba de un humor de perros, furiosos con su hermana y sabía que el que estuviera tan débil era porque le estaba pasando algo a ella. También estaba furioso con Asmodeo, ya que gracias al vinculo que tenía con su hermana, podía sentir lo enfadada que estaba con el caído. Así que cuando vio que As estaba entrenando con Isabella y que la tira al suelo no se pudo contener.