El destino del alfa. (el destino 3.)

Capítulo 14.

Stephan salió de la cabaña complacido por lo que había hablado con Lilith, pero esta no lo estaba tanto. No sabía muy bien que habían hablado, ya que no entendió nada, pero se alegraba de que se marchase.

- Espero que no volvamos a vernos – dice la mujer con enfado.

- Yo espero lo mismo – dice Stephan con una sonrisa y se marcha.

Llega a la ceremonia justo a tiempo para ver como se marcaban el alma. Ninguno de los lobos pudo ver lo que él veía. Estaba viendo como se marcaban el alma y fue hermoso. Después de eso se marchó, ya que no quería llamar la atención.

En cuanto se marcaron y volvieron a su forma humana ambos se miraron. Ya volvían a estar completos y poco a poco Alice iba notando como su poder volvía.

- ¿Esto cuenta como una renovación de votos? – bromea Lucifer antes de besar a su amada.

- Cuenta todo lo que quieras – responde ella con una sonrisa -. Pero debemos centrarnos. Si tu padre a forjado un destino deberíamos saber que nos depara.

Ambos ponen la vista en los mellizos, que sonreían felices por haber presenciado la unión.

- ¿No podemos divertirnos un poco? – pregunta Lucifer esperanzado. Quería disfrutar de un poco de tranquilidad, pero ya sabía la respuesta de Alice incluso antes de formular la pregunta.

- No podemos. Tenemos que encontrar a tu padre antes que Miguel – deja un tierno beso en los labios del primer caído y entrelaza su mano con la de él antes de encaminarse hacia donde estaban los mellizos -. Tenemos que ponernos en marcha y debo enseñaros como ver el pasado y el futuro.

Los dos se sorprendieron, pero hicieron lo que Alice pedía. Los tres se marcharon a una de las tantas habitaciones que había en el castillo y dejaron a los demás para que siguieran con lo demás.

Mia se marchó del infierno. Tenía que hablar con la manada y con Stephan. Debían hacer un ritual para que la manada acatase algunas ordenes de sus hijos.

- Dante, ¿has visto a Stephan? – pregunta cuando pasa junto al hombre.

- Lo he visto hace un rato. Se ha metido en su cabaña – responde este y detiene a Mia al ver que se marchaba -. Espera un momento. Tengo que contarte una cosa que ha pasado en el entrenamiento y me tiene un poco preocupado.

- ¿Qué pasa? – pregunta ella volcando toda su atención en su entrenador.

- Es Phoebe. Al principio la he puesto a pelear con Isabelle y la he visto muy lenta, una cosa normal al no haber entrenado, pero cuando se ha enfrentado a Raffe... No sé, Mia, pero parecía fuera de control.

- ¿Crees que su loba esta fuera de control y no la puede controlar? – pregunta ella preocupada.

- Es posible, pero espero que no. Cuando le he preguntado me ha dicho que controla bien a su loba, y que se ha puesto como lo ha hecho porque estaba excitada.

- Hablaré con ella y le contaré todo esto a Joseph. Gracias por contármelo.

Después de esa pequeña charla se dirige a la cabaña de Stephan y lo encuentra como esperaba, inmerso en sus ordenadores.
Mia le comunica lo que quiera hacer y el brujo acepta, diciendo que lo tendrá todo preparado en un par de días y tras eso se marcha de nuevo al infierno. Tenía que hablar con Joseph.

- Bien – dice Alice -, ver el pasado es más fácil, así que empezaremos por ahí. Iremos juntos donde comenzó todo, cuando Miguel encerró a Lucifer junto con los demás caídos. De ahí seguiremos hacia adelante, y puede que podamos saber que fue del anciano que me ayudó y así descubrir donde está Dios.

Alice los va guiando para que sepan lo que tienen que hacer. Solo tenían que cerrar los ojos y dejar la mente en blanco.

Una hora después Raffe lo consiguió, pero a Phoebe le estaba costando.

- No pasa nada – sonríe Alice -. Pero tenéis que practicar la meditación.

- ¿Y con eso podremos ver el pasado? – pregunta Phoebe un poco exasperada. No entendía porqué no podía dejar la mente en blanco.

- No – Alice sacude la cabeza -. Es difícil ver el pasado por uno mismo y se necesita mucha práctica, práctica que ni yo misma tengo. Lo que vamos a hacer es visitar a los muertos.

- ¿Qué? – pregunta Raffe.

- Pero solo con los lobos – explica Alice -. Es una habilidad que tenemos. Muchos de ellos son capaces de mirar al pasado.

- ¿Y para ver el futuro? – pregunta Phoebe -. ¿Cómo lo haremos?

- Esa habilidad sí que la tenemos – Alice mira a Raffe -. Tu hermano ha conseguido hacerlo y creo que vuestro tío Sam es capaz de ver el futuro. Bueno, creo que ya hemos practicado bastante. Pueden irse a descansar.

Los mellizos se levantan, pero Alice detiene a Phoebe, alegando que quería hablar un momento con ella.

- ¿Qué pasa?

- Quiero enseñarte algo – dice la primera loba -. Saca tus garras.

Phoebe no entiende porqué le pide eso, pero lo hace y ve como Alice coge su mano y clava las garras de Phoebe en la parte posterior de su cuello. 
Un túnel muy oscuro la absorbe y al segundo después está en medio de una enorme sala. Era muy antigua y todo estaba iluminado por velas y antorchas.

- Es el castillo donde viví con Lucifer y los demás caídos – Phoebe se sorprende al ver a Alice a su lado -. Quiero enseñarte una cosa que te interesará.

Phoebe la sigue por el inmenso castillo. Era como un gran laberinto de piedra, con el suelo lleno de alfombras enormes, tapices decorando las paredes y muchos cuadros, pero todos de paisajes. Algunos pudo reconocerlos, pero había paisajes tan pintorescos que no llegaba a descubrir de qué lugar se trataba.

- Son del infierno – informa Alice -. Antes de que Lucifer lo remodelase.

- Lo prefiero como está – responde Phoebe -. ¿Por qué estamos aquí?

- No he podido evitar saber lo que pasa entre Asmodeo y tú – siguen caminando hasta llegar a unas enormes puertas que daban a la salida -. Quiero que veas como era As.

- Sé como es.

Se detienen frente a un árbol que había en los jardines y Phoebe se percata de donde se encontraban. Se trataba del castillo que había en Francia, en ese pequeño pueblo donde su abuelo Daniel tenía una casita.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.