El Destino del Fénix

6. El Regreso de Mei Feng

Había regresado al Reino Inmortal y cuando apenas puse un pie en él, sentí una energía familiar. 

Aunque el reino aún conservaba su pureza, había una fina energía negativa latente, no tan fuerte, pero perceptible, que si crecía, podría convertirse en un desastre.

Mientras sobrevolábamos los cielos del Reino Inmortal en el águila mística de mi tío, él notó mi preocupación y me preguntó:

– ¿Qué es lo que sientes, Mei Feng?

– Puedo percibir una energía negativa, aunque no tan poderosa – respondí con inquietud

– ¿Puede tratarse de Gu Shen? – inquirió él.

– Es probable. – contesté. – Al estar tanto tiempo en su prisión, perdió mucho poder. Pero para sobrevivir en el mundo inmortal, tiene que estar dentro de un cuerpo inmortal.

– ¿Y quién podría tenerlo? ¿Algún maestro? – se preguntó en voz alta, reflejando una mezcla de curiosidad y preocupación.

– No. No es tan tonto como para elegir un cuerpo tan obvio. Si intentara habitar en el cuerpo de un maestro inmortal, seguramente moriría, ya que el mismo destrozaría su alma, sabiendo de lo que es capaz de provocar. Debe estar dentro de un cuerpo inmortal, donde el poder del mismo es débil, pero con su fuerza, pretende llegar a lo alto.

– Lo que hace referencia a alguien sumamente ambicioso y orgulloso – dedujo mi tío.

– Exactamente – asentí.

En ese momento, pasamos por encima de un palacio e hice detener al águila bruscamente.

– ¿Qué sucede? – preguntó desconcertado.

– ¿Qué es este lugar? – inquirí, mirando hacia abajo, pues no recordaba haberlo visto antes.

– Es el Palacio de Cristal, un lugar creado para aprendices inmortales y mortales que desean desarrollar su poder espiritual y convertirse en grandes maestros inmortales – explicó.

– No lo había visto antes – admití, encantada de su majestuosidad.

– En tu tiempo, este palacio aún no existía. Se construyó después de tu desaparición, en honor a ti.

Me quedé mirándolo estupefacta, sin entender nada.

– ¿En honor a mí?

– Así es. Li Wei, tu amigo de la infancia, creó este palacio en tu honor, sintiéndose extremadamente culpable por tu muerte.

– Bueno, en realidad no morí. Simplemente fingí mi muerte, aunque es mejor que los inmortales piensen que sí. Con respecto al palacio, no creo que hubiera sido necesario. Es como cuando una persona muere: sus hijos y familiares le hacen una placa para honrar su memoria, pero cuando la persona está viva, nadie se acuerda de ella. Luego llegan los remordimientos y el peso de la conciencia, donde se dan cuenta de que ni siquiera una placa puede hacer desaparecer su culpabilidad – hice una pausa y continué –: De todas formas, agradezco el gesto, pero lo que importa aquí es que se haya arrepentido.

Dicho esto, el ave siguió su camino hacia el Templo de Alquimia, donde mi tío vivía y un lugar rodeando de naturaleza pura e inquebrantable. 
Está zona, era el único lugar que conservaba su pureza y no había sido tocado por corazones ambiciosos, esto alegraba mi corazón.
– Puedo presenciar que este lugar ha conservado su pureza y esto obviamente te lo debo a ti. – dije, bajando de la bestia.
– Todos los días, purifique esta área con mi poder, cuando alguien perteneciente a la Ciudad de la Luz, venía a verme. Principalmente, aquellos maestros inmortales que traían en sí, el peso de sus propio orgullo y ambición, no muy grata para este mundo. Pues es bueno tener ambiciones y amor propio, pero no sobrepasar el límite de los mismos, donde al fin de cuentas puedes hacer daño a otros.

Asentí con la cabeza y avanzamos para entrar al palacio, pero antes de hacerlo, expresé serenamente:

– Tío, hay algo muy importante que debo decirte.
– Dime...
– Cuando dije que detuvieras al águila mística, no simplemente lo hice para ver el palacio, sino por otro motivo.
– ¿Cuál es? – preguntó, preocupado.
– Pues,  el débil rastro de Gu Shen termina en el Palacio de Cristal, lo que significa que quien realmente posee su espíritu es un aprendiz. Por lo tanto, para descubrirlo, debo mezclarme entre ellos y hacerme pasar como una estudiante más del lugar, obviamente guiada por ti. – respondí con determinación. – ¿Qué piensas?
– Es tu decisión y no puedo ir contra ella. Después de todo, eres la poseedora del poder del fénix y Gu Shen, quien teme de ti.



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En el texto hay: dioses, reencarnación, antigua china

Editado: 25.06.2024

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