El Destino del Fénix

10. El Llamado del Reino Inmortal

Anhelaba refinar mi poder en el Reino Inmortal, era un deseo que compartía con los habitantes del Reino Oscuro, pero más allá de eso, era el deseo que sentía por conocer el antiguo hogar de mi madre.

Sin embargo, tenía un obstáculo importante: mi padre. Él rotundamente se opondría a la idea de que fuera al Reino Inmortal, los habitantes del mismo, habían causado en sí la desaparición en este plano de mi madre y mi padre, Yuanzhi, no olvidaba ni perdonaba fácilmente.

De todas formas, no podía ignorar en mí, la creciente necesidad de ir a ese lugar, desde que había soñado con ella y su regreso al Reino Inmortal. Decidida, me acerqué a mi padre para comunicarle mi intención.

— Padre, necesito hablar contigo. — dije, con voz temblorosa.

Mi padre me miró con preocupación y yo continué hablando.

— Quiero ir al Reino Inmortal. — expresé, con determinación.

Tal como lo imaginé, la reacción de mi padre fue inmediata y molesta.

— ¿Eres consiente de lo que me estás pidiendo? — expresó, en tono molesto y dolido. — ¿Cómo pretendes ir al lugar que me arrebató a tu madre?

Sin retroceder a mis palabras, lo miré directamente a los ojos y expresé:

— Ese lugar es el hogar de mi madre y aunque una sola persona haya contribuido a su desaparición, no significa que todos son iguales. Padre, por favor, déjame ir. Siento la necesidad de hacerlo y refinar mi poder en ese lugar, como lo hacen los demás habitantes del Reino Oscuro.

Mi padre respiró hondo y respondió:

— Eso es muy diferente. Ellos no están relacionados estrechamente con la Diosa Fénix como tú, ni poseen el peligro de que un inmortal les haga daño porque no tienen nada que ofrecerles. En cambio, tú sí. Posees en tu interior el fragmento más importante de tu madre: "el cristal del renacimiento". Un objeto que ella implantó en ti para protegerte, pero que también te pone en riesgo frente a otros inmortales si lo descubren. Es por eso que quien me encomendó tu vida, dijo que te trajera aquí para protegerte, ¿y aún quieres ir al lugar donde te quieren hacer daño? Daiyu, si tu vida está en riesgo, no puedo permitir que vayas. Eres lo único que me queda de tu madre y no quiero perderte.

Mi padre se acercó a mí y me abrazó fuertemente, acariciándome la cabeza con ternura. Correspondí a su abrazo, entendiendo su preocupación, pero yo no podía quedarme con eso así que le dije:

— Yo entiendo el miedo que tienes de perderme, padre. Pero siento la necesidad de ir a ese lugar, algo dentro de mí me dice que debo hacerlo. Por favor, padre. Habla con el maestro que me entregó a ti y exprésale mi deseo.

Padre exhaló un largo suspiro, sabía perfectamente que no me retractaría de mis palabras o abandonaría la idea de ir al Reino Inmortal, había sacado la tenacidad de mi madre cuando tomaba una decisión y él siempre lo decía. Así que con sus emociones encontradas y en conflicto, al final tuvo que aceptarlo.

— Está bien. Hablaré con él.



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En el texto hay: dioses, reencarnación, antigua china

Editado: 15.08.2024

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