Era la librería más bonita que había visto nunca, tenia unas dos plantas por lo menos, habia grandes columnas de color madera que la hacia verse mas amplia, todos los libros estaban ordenados perfectamente, en la primera planta habia una pequeña terraza llena de vegetación donde se encontraban sillones para poder leer, cuando subi a la segunda planta me dejo igual de impactada que la anterior, en esta toda la pared del fondo era un enorme ventanal donde se veia la universidad a lo lejos, en un lado había más libros con sillones o butacas pero es que en el otro habian mesas en color también madera con ordenadores para poder estudiar.
- Buenas tardes señorita, ¿necesita ayuda?- Cuando me giré me encontré a una señora mayor de unos setenta años que era hermosa la verdad, sus ojos eran color esmeralda y su pelo era completamente blanco.
- ¡Hola! Solo quería ver el lugar, adoro la lectura y déjeme decirle que su librería es preciosa.
- Muchas gracias bonita, soy Grace.
- Un gusto, soy Emma.
- ¿Eres nueva verdad?
- ¿Tanto se me nota?
- No bonita, es que llevo muchos años aquí y me sé la mayoría de caras.- Me sonrió de una manera muy dulce.
- La verdad es que parte de mi familia estudió aquí, pero yo soy de Concord, pero he querido venir a estudiar aquí.
- Es normal, Vermont es precioso, mi hijo también estudió aquí y luego se fue pero mi nieto ha vuelto aquí a estudiar.
- Seguro que es un chico encantador.
- Solamente cuando quiere.- Las dos reímos por su comentario.
- Bueno, encantada de conocerla pero debo irme, estoy buscando trabajo por la zona y no quiero que me cierren.
Di media vuelta para irme pero Grace me volvió a llamar.
- Espera espera, ¿buscas trabajo?
- Así es señora, debo pagarme el alquiler del apartamento.
- Yo te puedo dar trabajo aquí si quieres.
- ¿De verdad me lo dice?
- Claro, mi nieto suele ayudarme por que yo ya estoy muy mayor y el con la universidad no puede venir todos los días, te contrataría para venir: Lunes, Miércoles, Viernes y algún Sábado. Este último sería de 10 a 13 y los demás por las tardes de 17 a 21. Te pagaría unos mil dólares, además podrías llevarte libros o comprarlos a mitad de precio y cuando no haya mucho trabajo, que no suele ser algo muy estresante nunca la verdad, podrías estudiar aquí.
No me lo podía creer, era mi jodido sueño.
- Claro que acepto, empiezo cuando usted me lo diga.
- Me alegro tu entusiasmo bonita, sería a partir de este Viernes, ese seria el dia que coincidimos con mi nieto y algunos Sábados si te necesito ya que son los días que suele venir más gente.
- Si si y si. - Ella me miraba como si estuviera loca pero es que no entendía que siempre había querido trabajar en una librería y más en una tan bonita, además pensé que me costaría más encontrar trabajo.
Poco después me despedí de la señora Grace, vi que ya era tarde y decidí enviarle un mensaje a Lía con la ubicación de un super para encontrarnos ahí. Cuando llegó, nos miramos y lo soltamos a la vez.
- Tengo un trabajo.- Nuestras risas desde luego debieron haber retumbado por toda la ciudad.
- Tu primera Em.
- He encontrado trabajo cuatro días a la semana en una librería, no son muchas horas y pagan super bien
- Dios, eso es fantástico, he encontrado trabajo en una cafetería también cuatro días a la semana, son super amables incluso tienen un hijo que va a esta universidad.
- Esto no se si es raro o fascinante, pensé que nos costaría una vida poder encontrar un trabajo y más las dos.
- Ya sabes lo que digo Em, cuando deseas algo mucho y eres buena persona se te suele cumplir.
Me reí, Lía siempre es así de espiritual, ella cree que el universo siempre te dará todo lo que te mereces sea bueno o malo.
Hicimos la compra la cual decidimos que lo mejor era hacerlo semana a semana, sabíamos perfectamente que mes a mes la comida no duraría, fue mala opción no haber traído el coche por que estas bolsas pesaban demasiado, justo cuando estabamos llegando al edificio apareció mi hermano con otro chico.
- ¿Liam podrías ayudarnos por favor? .- No contesto solamente asintió con la cabeza y se acercó a nosotras, entendí los brazos para darle una de mis bolsas pero el muy cabrón fue directo a Lía.
- Permíteme preciosa.
- No hace falta de verdad…- Lía se sonrojo por primera vez y yo solo podía ver lo adorables que se veían, mi hermano no hizo caso y le cogió las bolsas.- Gracias Liam.
Él se giró y le guiño el ojo, que embaucador.
Noté como alguien tiraba de mis bolsas y ahí me di cuenta que el otro chico me estaba ayudando.
- Muchas gracias.
- De nada hermosa.
Liam se paró de golpe lo miro y ya sabía lo que se venía.
- Punto número uno es mi hermana por tanto se llama Emma no hermosura, punto número dos ya nos has oído a Ethan y a mi.
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una historia llena de aprendizaje propio, amor que se construye, una familia que se crea
Editado: 14.04.2025