Narrado por Lía
Había sido un día bastante agotador, no pensé que podría venir tanta gente a una cafetería en cuatro horas y más cuando ni siquiera la universidad ha empezado pero, no puedo quejarme Damián es un gran compañero.
Me apoyé en la barra y solté un suspiro.
- ¿Primer día muy duro? .- Su voz me asustó un poco.
- Pues si, tú llevas trabajando aquí toda la vida, ¿es siempre así?
- No te mentiré, es duro pero sobre todo los viernes, los demás días son más normales. - Suspire algo aliviada, al menos si el viernes era el día duro sabía que al día siguiente no tendría clases.
Para mi la prioridad era mi carrera, me daba igual solamente vivir para estudiar y trabajar, era el mayor esfuerzo que podía hacer para devolverle a mis padres por todo lo que hicieron por mí y sobre todo para poder llegar a ser una gran abogada.
Me despedí de Damián y salí de la cafetería, eran las diez y media de la noche, todo estaba bastante oscuro y solitario pero doy grácias que suelo salir a caminar por las noches y no siento miedo la verdad, me da paz.
Empecé a andar hacia al apartamento pero justo cuando di unos diez pasos me di cuenta que había alguien apoyado en la pared, no le veía la cara pero veía que llevaba la sudadera de la universidad, supongo que lo normal hubiera sido comenzar a andar rápidamente hacia el apartamento pero me quedé ahí, quieta, mirándolo y intentando descifrar quién era, podía ver que era alguien musculoso y por alguna extraña razón me daba tranquilidad.
Vale, desde luego necesito dormir, no estoy para nada bien.
Me obligé a seguir adelante pero justo en ese momento él se empezó a acercar.
- Lía detente.- Esa jodida voz la podría reconocer en cualquier lugar y momento. Iba a seguir, no quería verlo, no quería romperme. - Se lo que piensas y no me iré, tu y yo debemos hablar.
No le hice caso y seguí mi camino.
- Por dios, por que eres tan jodidamente terca. Se algo madura.- Vale hasta aquí hemos llegado.
- ¿Madura? ¿Madura yo?, no quiero saber nada de ti Morgan.
- Adoro que me llames así, solo tú lo haces.
- Eso es porque no soporto ni pronunciar tu nombre.
- ¿Tanto la cagué? .- Lo miré, porque de verdad no me podía creer que me estuviera preguntando eso.- ¿Qué tan malo fui para que ni siquiera puedas mantenerte cerca de mi?
Eso es todo lo que necesité para soltar todo lo que llevaba poco más de dos años callando.
- Desapareciste, me besaste, me dijiste que sentías por mi y cuando te dije que me pasaba lo mismo sin más diste media vuelta y te fuiste, al principio pensé que era porque estabas borracho pero luego amigos tuyos me dijeron que tu no habías bebido una jodida gota de alcohol en toda la noche, te busqué, intente hablar contigo miles de veces pero de repente ya no estabas en casa y en septiembre te habías ido. Me jodiste de lo lindo, nunca me había sentido tan poca cosa, ni siquiera cuando Noah me acabo de romper.
- FUI UN MIERDA.- Lo gritó tan alto que una pareja que pasaba por ahí nos miró, no quería llamar la atención precisamente.- Fui un cobarde, yo acababa de cumplir la mayoría de edad y aunque tu solo tenías dos años menos no quería destrozarte, no quería quitarte el privilegio de quitarte experiencias que yo si viví mis últimos años.
- No tenías derecho a decidir por mi y menos a desaparecer.- Me di cuenta que había empezado a llorar cuando el me limpio las que caían por mi mejilla.- No esperaba que me dieras amor eterno, no pedía que dijeras que estabas enamorado, solo pedía un poco de atención.
- Ese era el problema, yo lo quería todo de ti, lo bueno, lo malo, yo estaba enamorado de ti.- Mierda, esta hablando en pasado…- Solo no queria condenarte a que te perdieras los mejores años por tener pareja, y joder se lo idiota que suena ahora, no veia con claridad, me dio miedo romperte y fui un jodido cobarde…
- Yo estaba enamorada de ti, me rompiste pero cuando desapareciste decidí empezar con Noah, era guapo para que negarlo y además me dio atención…
- ¿Qué te hizo? Dímelo por favor…
- El al principio era un príncipe, me trataba bien, se preocupada era único, pensé que por fin podría olvidarte pero entonces todo cambió, no se ni por que a veces simplemente pienso que fui una apuesta de la cual reírse, me trataba mal, me decía que no era suficiente, que adelgazara, que necesitaba una mujer de verdad.
- ¿Por eso ahora haces tanto deporte? ¿Por qué no crees que sea suficiente?
- Al principio era así, ahora la verdad es por que me gusta, pero todo cambió cuando una noche habíamos quedado en ir a una fiesta, tu hermana no estaba muy bien y prefirió no venir, ojala yo me hubiera quedado con ella…- Mis ojos se volvieron un mar de lágrimas y vi como su mirada se volvía oscura.
- Explicamelo por favor…- No solo su voz suplicaba, su mirada también lo hacía y ahí rompí en llanto, soltando todo lo que había callado.
- Estuvimos bailando durante la primera hora, de repente lo perdí de vista, lo busqué por toda la casa y cuando me di por vencida quise ir al lavabo a despejarme para marcharme, es ahí donde lo vi, Noah estaba tirándose a una castaña, pensé que sentiría más dolor, pensé que mi corazón volvería a romperse, pero lo que de verdad me rompio fueron sus palabras.
#6801 en Novela romántica
#910 en Joven Adulto
una historia llena de aprendizaje propio, amor que se construye, una familia que se crea
Editado: 14.04.2025