El destino que nos eligió

CAPITULO 13

- No es verdad y siento mucho si de verdad has pensado todo este tiempo que ha sido así, no me aleje de ti por que me sentía traicionada, puede ser que al principio si fuera por eso pero luego entendí la realidad. Fue porque sentía que habia sido demasiado idiota, tu me diste tu confianza, me acompañaste y me ayudaste en todo lo que hizó falta pero yo eso lo transforme en como si te estuvieras declarando hacia mi, eso fue tonto por mi parte, en ningun momento juramos amor ni nada por el estilo, cada uno tenia su vida pero mi cabeza al verte con tu ex pareja entendio los sentimientos que tenia por ti y que hasta ahora no había podido ponerles palabras entonces fue un golpe duro..

- Para, porfavor para, no aguanto ver como tu sola te estás machacando, ¿como puedes ser tan buena? Claro que siento por ti, por dios me estoy volviendo loco por no tenerte cerca, mi pasado es una mierda Emm, mucho peor que el tuyo y eso es decir, yo sufrí desde siempre y Raquel fue uno de esos dolores a los que siempre vuelves a recaer, no se que paso en mi cabeza por ese momento, yo deseaba que fueras tu quien me viniera a besar al acabar el partido y acabé cagandola.

No quería hablar, si lo hacía me iba a romper así que cuando vio que no iba a hablar de momento el siguió.

- Puede que no tenga excusa y lo entiendo, todos se han cansado de decirme la mierda persona que he sido contigo pero hoy vengo a terminar esto por fin, mereces más que una explicación, mereces la historia completa. Después de escucharme y entender el por que de todo, aunque me este jugando el perderte incluso antes de tenerte te mereces toda la verdad.

- Está bien, pero ¿seguro que quieres hacer esto hoy y en ese momento? .- Era su cumpleaños y tampoco pretendía fastidiarle el día de su cumpleaños.

- No hay ni un solo lugar en el que yo quiera estar que no sea contigo.

Sus palabras se hacían hueco para pasar por los muros que mi corazón había levantado.

- Esto va a ser bastante largo y se que tambíen va a ser duro así que de antemano te pido que me tengas paciencia.- Asentí, nos debiamos esto mutuamente después de tantas inmadureces.- Nosotros somos tres hermanos, yo soy el mediano, tengo un hermano mayor, William, de veinticinco años que es abogado pero él sigue en mi ciudad natal, también tengo a la niña de mis ojos, Andrea, ella tiene 18 años y está aprendiendo de la vida por que no sabe qué quiere hacer. El otro dia fue ella quien me llamó antes del partido, pensé que era por que había vuelto a discutir con William, ella se está tomando un año antes de saber que quiere hacer o si quiere ir a la universidad, eso mi hermano no lo ve del todo bien, es demasiado sobreprotector con ella.

- ¿Tú no lo eres? - Tenía curiosidad, no conozco mucho de él en el ámbito familiar, se le asomó una sonrisa.

- Si lo soy, peró no al mismo nivel ni de lejos, resultó que no era de eso de lo que quería hablar, quería comunicarme que nuestra madre había vuelto a nuestras vidas.

No entendía nada pero suponía que tal y como los ojos se le cristalizaron y su mirada se apagó sabía que era algo demasiado difícil.

- No debes continuar si no estás listo.

- La necesito, ella se fue cuando yo tenía 12 años, un día de repente nos levantamos y no la volvimos a ver, mi padre la buscó por todas partes, no entendíamos nada, la noche anterior todo había sido normal pero de repente se esfumó y a día de hoy aún no se que paso ni quiero descubrirlo por que el daño esta hecho.

- Peró…

- Si, se que dirías que es mi madre pero ella fue la que demostró que no quería ni merecía serlo. Por tanto toda esta situación llevó muchas complicaciones en mi vida Emma, me volví una persona violenta.- Tenía muy claro que Ethan podía tener muy mal humor pero de eso a verlo una persona violenta nunca lo imaginé ni por un segundo.- Ya no soy así, gracias a mis hermanos que me devolvieron la cordura y me ayudaron.

- ¿Tu padre no estaba por ti?- Se rió, pero de manera sarcástica.

- Tranquila que llegaremos a todo, te he dicho que es largo.Mi adolescencia fue la peor del mundo, estaba en peleas cada dia, me daban igual los estudios y nadie me importaba lo suficiente; siempre pensaba que por qué tenía que importarme la gente si se supone que a la persona a la que yo debía importarle me había abandonado.- Noté perfectamente como debía tragar saliva más de una vez cuando pronunciaba esa palabra.- Mi tontería y rabia llegó a tal punto que un dia a los casi dieciséis años me metí en una pelea contra un chaval que era aún peor que yo, la cosa se fue de la manos y incluso destrozamos varias cosas del instituto.- Mis ojos se iban abriendo cada vez más porque no daba crédito a todo lo que me estaba diciendo.

- ¿Que se supone que fue tan fuerte para acabar en una pelea así?

- Esto es de las cosas que más me avergüenzo, la pelea fue por una chica… - Por favor que no la mencione a ella…- Fue por Rachel.- Perfecto, no pensé saber de ella tan pronto, para eso si que no estaba lista, alomejor el me ha dicho que siente por mi pero mis ojos también vieron como se besaba con ella.- ¿Emm, estas bien?

- Si si, estaba pensando en todo para no olvidarme nada.- No quería seguir con el tema de ella, quería saber la historia de él pero cada vez tenía más claro que todo estaba enlazado.l.

- De acuerdo, a los dos nos gustaba ella, sentíamos que era nuestro primer amor y que sería la persona que nos sacaría de la oscuridad donde nos encontrábamos.

No quería seguir escuchando pero debía entender que yo aquí era una amiga en la que él estaba confiando e igual que él ha escuchado todo mi pasado le debo esto.

- Nos peleamos tanto por ella que fuimos expulsados del instituto, yo fui a uno de mi misma ciudad pero él se mudó pero cuando me cambié las cosas fueron mejor y allí conocí a Damián y Daniel.

- No sabía qué os conociais de antes.

- Así es, somos del mismo lugar, ellos están juntos desde que nacieron casi, después yo me uní a ellos y por último lo hizo tu hermano; ese instituto y esa gente me salvaron la vida y también las ganas de salir adelante cuando mi hermana me rogaba que volviera a ser su hermanito, el que ella quería. Ver su miedo hacía mí reflejado en sus ojitos azules fue el puñetazo que necesitaba para dejar de hacer el gilipollas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.