El destino que nos eligió

CAPITULO 23

La mañana siguiente empezó siendo una locura pero una que nunca había vivido, para empezar lo primero que escuche al levantarme es a Ethan gritando por que no encontraba su ropa interior, culpa mía por haber mirado porque ya empecé la mañana con una calor en el cuerpo que ni la ducha fría de después me lo quito.

Cuando fui a vestirme y vi la hora entiendo tanto revuelo, eran las nueve de la mañana, el partido empieza a las diez y está a veinte minutos de casa, contando que tienen que estar antes para calentar están un poco jodidos. Yo simplemente me pusé mis mallas de color negro, una camiseta de manga larga y cuello alto del mismo color y por último una sudadera con el número siete pero en color verde esmeralda, el color del equipo de Ethan en Montpellier, me calze con las bambas new balance y me dirigí hacia la cocina para poder desayunar.

Fue error mio porque ahi la discusión seguía por que mi hermano para variar decía que no se iba sin desayunar, intente pasar sin que se dieran cuenta hasta un bol y los cereales pero cuando me fui a poner de puntillas para agarrar el vol Ethan me giró de la cintura y quede frente a él.

- Buenos días pequeña, feliz acción de gracias.- Me dijo mientras me daba un beso en los labios.

- Feliz Acción de Grácias guapo.

- Te sienta de maravilla ese color.- Me susurró en la oreja.- Pero mejor te sienta el número de la espalda.

No me dio tiempo a decir nada porque Damián lo agarró de la capucha y se lo llevó arrastras porque llegaban demasiado tarde. No es la liga ni mucho menos, no entiendo tanta puntualidad pero bueno.

- Más te vale desayunar rápido.- Pegue un respingon al escuchar la voz de Andrea entrando en la cocina.

- Es mi momento de relajación no me fastidies.

- Lo siento pero hoy no es posible eso, salimos en diez minutos y se que te querrás arreglar la cara de demacración que llevas, sin ofender.

- Pues menos mal que es sin ofender.- Acerco su móvil con la camara puesta para que me viera y entonces lo vi, joder parece que estuviera muerta, deje los cereales en la mesa y salí corriendo para arreglarme mientras ella se quedaba riendo de mí en la cocina.

No tenía pensado arreglarme mucho, no me sentía cómoda haciéndolo la verdad pero no iba a pasarme todo el día de hoy hecha un desastre desde luego. Cuando baje abajo me encontré con las chicas vestidas muy parecidas a mi pero con los números de los demás en las espaldas, estabamos listas para el día de Acción de Gracias y después de todo lo que sucedió ayer nos lo merecíamos y esperaba que fuera inolvidable.

Esta vez fuimos en coche al pueblo pero aparcamos a las afueras, Andrea ya nos habia advertido que la ciudad se colapsaba hoy por toda la festividad, las calles estaban cortadas y no se podía aparcar en ningun sitio asi que nos tocó caminar unos quince minutos hasta el colegio que fue de ellos antes, a la parte trasera para ser más exactos para llegar al campo de fútbol donde se disputaba el juegó.

Había muchísima gente, era normal, quedaban solo diez minutos para empezar y se ve que según me explicó Denna se juntaban las generaciones que acaban de salir hace relativamente poco del instituto para encontrarse y revivir buenos tiempos, no quedaban casi asientos pero entonces Matteo que se había adelantado con los chicos nos hizo un gesto con la manó para que nos acercaremos, se encontraba justo encima de la banqueta del equipo local, es decir, el de Ethan. me sentía nerviosa porque se supone que hemos hecho un antes y un después en lo nuestro, aunque también es por que hoy conoceré a su padre, persona que desde luego buenos sentimientos no tengo hacia él y por que cada vez que veo a Matteo y me doy cuenta del dolor que atraviesan sus ojos en cada suspiro y pensamiento me siento mal de no poder ayudar en nada.

Supongo que ahora mismo solo puedo ofrecer mi apoyo incondicional hacia él.

Ese es el motivo que hace que me acerque hasta donde se encuentra con una gran sonrisa a la cara que él aunque le cuesta me la devuelve enseguida.

- Pareceis elfos todas vestidas de verde.

- Eres tan amable siempre.- Le contestó Andrea antes de sentarse junto a él, no entendía como podía estar tan contenta y sonriente al menos justo aquí, yo estaba que me moría de nervios porque sabía que me tocaría ver al padre de Ethan, eso fue mucho más rápido de lo pensado por que en el momento que todas ya estabamos esperando vi como se acercaba un hombre que no podía negar que era su padre, sobretodo de William, eran idénticos, en esta família malos genes desde luego no vas a encontrar.

Empecé a sentirme incómoda, Denna se dio cuenta, aunque ella estaba a mi lado y me sujetaba la mano para tranquilizarme sabía que también era para mantenerse ella misma serena.

- ¿Creo que te eduque con el suficiente respeto para venir a saludar a tu propio padre, no?- La contestación de Andrea no se hizo esperar aunque por la cara que puso su padre preferiría que no hubiera abierto la boca.

- No creo que seas el más oportuno para hablar, si quieres traigo a tu ex mujer y que le explique a todo el mundo el monstruo con el que ha tenido que vivir.

Silenció, eso fue lo único que se escuchaba entre nosotros, Matteo tenía la boca ligeramente abierta sin creerse lo que había soltado sin una pizca de remordimiento yo, por otro lado, solo podía sentirme feliz de que no hubiera tenido miedo a contestar.

El se dio media vuelta y se fue sin contestar, algo que agradecimos porque pude notar la mirada de Ethan desde el otro lado del campo mientras nos observaba atento por si tuviera que intervenir en cualquier momento, cuando nuestras miradas se encontraron le sonreí y le guiñé el ojo para que se tranquilizara y entendiera que estaba todo bien.

Diez minutos después el partido del día de Acción de Gracias comenzaba, se notaba que habían jugado entre ellos muchas veces, incluso hay momentos que se notaba bastante que Liam no había estado en ese círculo porque se conocían todos a la perfección, había una sintonía y una calma que nunca había podido apreciar en un partido como estos, pero supongo que era de esperar cuando solo estaban aqui para divertirse y poder ayudar a los más necesitados. Aún de ese modo yo me pase todo el tiempo animando a los chicos y dejándome la voz, notaba muchas miradas sobretodo de chicas, las escuchaba murmurar que tenía puesto la sudadera y número de Ethan pero no hacía caso, aunque claro, cuando Ethan consiguió un touchdown no fue lo más listo de su parte acercarse a la grada para besarme y dejarme como si una tormenta me hubiera pasado por encima.




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