CAPITULO 32

Cuando salí a la carretera y me encontré a nuestro cuatro amigos quejándose del frío pero con una sonrisa en la cara fue lo último que necesite para sentirme agusto, tan agusto como nunca me había sentido en mi pueblo natal y entonces comprendí que no era el lugar sino las personas que te acompañaban en el. Por instinto lo primero que hice fue salir corriendo para abrazar a Daniel, por qué los quiero a todos por igual pero con él hay algo diferente, lo siento un mejor amigo.

- ¿Con eso quiere decir que solo lo has extrañado a él?- Damián fue el que habló aunque Liam rápidamente se abalanzó hacia él para que no pudiera quejarse.- Retiro lo dicho, ya tengo mi abrazo.

- Vosotros dos sois increíbles, pero vosotras dos lo sois más. Nosotras somos vuestras amigas.

- No vamos a empezar esta guerra por que ya me veo venir por donde va a acabar así que vamos a hacer un abrazo grupal y a meter el culo en casa porque hace demasiado frío.- Liam fue el que trajo la voz de la razón y por una vez nadie le llevó la contraria.

Quince minutos después todos se encontraban instalados en las habitaciones, es una suerte que mis padres nos hicieran caso al construir esta zona hace unos años para tener más privacidad, ahora podíamos disfrutar y sin estar estorbando en la casa principal. Nadie sabía lo que íbamos a hacer a continuación por eso mismo solo habían hecho caso a mi indicación de ropa abrigada por que estaba empezando a nevar y no quería que nada estropeara el día.

- ¿En qué momento se supone que nos dirás a dónde vamos Emma? .- preguntó Andrea pero en realidad todos estaban pensando eso.

- Vamos a ir al mercadillo navideño del pueblo, de esa manera podréis disfrutar de los pequeños locales que tenemos en el pueblo y a la vez vivir la magia de la navidad, si estáis todos de acuerdo.

- A mi me parece una idea increíble, además nunca hemos vivido un mercado navideño, en el pueblo de eso no hay.

- Entonces prepárate para viajar al pueblo de la navidad Damián.

Nos encontrábamos a diez minutos del mercado pero con la nieve nos retrasamos y en realidad fueron veinte, de los cuales no hubo ni un solo minuto que alguien no se quejara del frío, ni siquiera los que somos de aquí habíamos podido evitar maldecir un poco los cuatro grados que hacían pero todo se quedó en completo silencio en el momento en que llegamos a la plaza principal del pueblo.

Toda la plaza se encontraba con pequeñas cabañas que hacían referencia a las tiendas del pueblo pero ambientadas en la navidad y en el polo norte, todas esas cabañas tienen un árbol de navidad lleno de bolas y decoraciones que la gente había hecho durante las actividades de cada año, arriba de ellas podías observar un cartel con la cara de santa claus o un trineo donde ponía el nombre de la tienda y al lado pequeños altavoces donde se reproducen villancicos durante todo el dia.

En algunos lados de las pequeñas cabañas se encuentran los bares que utilizan una pequeña cúpula de cristal para que la gente se pueda sentar fuera pero no tener que estar muriendo de frío y esta también está toda decorada con diferentes adornos navideños.

Llegar a esta plaza siempre me había hecho sentir llegar al pueblo de la navidad y no estaba para nada equivocada sobretodo después de ver como todos mis acompañantes tenían la boca ligeramente abierta.

- Esto es simplemente precioso, me he enamorado en un segundo.

- Creo que todos opinamos lo mismo que tu Denna.- Fue Ethan quien habló esta vez.- No me extraña que te encante la navidad pequeña, esto es mágico.

- Si que lo es, de las mejores cosas que tiene este pueblo, ahora si quereis yo tengo que comprar algunos regalos que me faltan, si quereis nos dividimos por la plaza y sobre la una nos encontramos en ese bar que se llama “Bread Alone”.

A todos les pareció increíble la idea y el único que se quedó conmigo fue Daniel, no me preocupaba por que su regalo lo tenía hace tiempo y se trataba de un reloj junto a una sudadera de su equipo de fútbol favorito que acababa de salir.

- ¿A dónde te apetece ir primero Emm?

- Quiero ir donde está la librería, hace mucho que no me acerco y es de mis favoritas. - Nos dirigimos hacia la cabaña, detras de ella se encontraba el local con la fachada blanca y el nombre de “The Golden Notebook” en color negro donde resaltava pra que pudieras verlo desde lejos, no era una libreria grande, no como la de Grace pero si había sido mi refugió toda la mi vida y uno de mis sueños es que algun dia un libro mio este en estos pequeños escaparates.

La cabaña era de color mdera como todos pero de madera blanc, con un gran arbol lleno de decoración literaria sobre las novedades que ahbían salido en todo el año, dentro encontrabas cinco estanterias llenas de novedades y algunas novelas antiguas que a dia de hoy son un exito asegurado todavia. Lo que más adoraba era la cercanía que había, en la cabaña se encontraba fotos de el señor Davis disfrazado de Santa Claus con niños y jóvenes que venían a comprar aquí los libros, yo nunca había querido hacerme una fotografía pero por que queria hacerlo con algun libro que para mi fuera importante y que se quedara marcado aquí. Pero entonces en una de las estanterías me di cuenta que se encontraba la saga completa que me había leído anteriormente pero en ediciones especiales, “Los chicos de tommen”, sabía que era una edición muy cara pero era un capricho que estaba dispuesta a permitirme.

- ¿Enserio vas a gastarte tanto dinero en unos libros?

- Entiendo tu pregunta Daniel pero te recuerdo que trabajo en una librería y que uno de mis mayores amores en mi vida son los libros.

- Da gusto escuchar a alguien tan joven hablando así, porque últimamente todos los jóvenes no se toman la lectura en serio.- El señor David nos había escuchado y por ese motivo se había acercado para poder entablar una conversación con nosotros.

- Permiteme decirle señor, que mi amiga aquí presente es una fanática de los libros, trabaja en una librería en el campus y si fuera por ella viviría dentro de todas las novelas que lee.- La verdad es que podría estar exagerando pero era correcto todo lo que había dicho y mis amigos me conocen suficiente bien.