CAPITULO 39

Era el la hora, el momento y el día que deseaba que no llegara, 28 de diciembre, día en que nos íbamos a separar después de estar más unidos que nunca, de sentir que volvíamos a ser uno, lo bueno dicen que dura poco y el tiempo me lo acababa de demostrar. Cuando los primeros rayos del sol empezaban a entrar en el dormitorio recordando que empezaba el momento de la despedida.

Era consciente que parecía una exageración pero tenía antecedentes con estos sentimientos, en los que el miedo y la tristeza reinaba, sobre todo después de darme cuenta que mi alegría venía de la mano de la persona a la que no vería en un mes. Por eso también me encontraba asustada de lo que venía, de la soledad en la que me encontraría a pesar de estar rodeada de gente que me quiere pero por eso también puedo decir que tengo ganas de poder ver que me quiere deparar el destino. Pero desde luego eso no me reconfortaba en estos momentos en los que me encontraba levantándome de la cama para poder prepararle un desayuno sorpresa, todo se estaba haciendo cuesta arriba en lo que a nosotros respecta, entendía y sentía todo el amor que nos teníamos pero sentía que esta separación solo acaba de empezar y la cosa se iría complicar.

Eso a les explico a las chicas cuando me llaman en videollamada para ver como iba y decirme que iban a venir esta misma noche para dejarme sola, se los agradecia enormemente por que una cosa es que haya aceptado que necesito ayuda pero no me encuentro capacitada para quedarme en Nueva York sola con mis pensamientos.

- ¿Estás bien? .- Me pregunto Andrea haciendo que dejara volar los pensamientos y me volviera a centrar en ellas.

- No lo sé.- Lo dije con total sinceridad a lo que ellas solo asintieron.- Alomejor estoy siendo una cría por todo lo que estoy montando, solo se va un mes.

- Se va un mes cuando te lo ha dicho días antes, junto a una chica que desde el primer momento te has sentido inferior a ella…- Sabía que Lía no lo hacía con mala intención pero tenía toda la razón.

- Esa es la razón por la que tienes miedo verdad Emma? De lo que puede pasar allí con ella sabiendo lo vulnerable que ella va a estar.- Solamente asentí a las palabras de Denna, yo misma sabía lo que esa chica quería a Ethan y lo que él la quiere aunque no fuera de manera amorosa.

- Me odió a mi misma porque no debería ser así, me ha demostrado lo que me quiere, simplemente no puedo evitar sentirme así…

- Es lo más lógico pero llega el momento en que debes centrarte en lo importante, despedirte de él y seguir adelante con tu gran sueño, ese libro que empieza a crearse en una realidad.

- Además solo será un mes, sabemos que pueden pasar muchas cosas pero también pueden ser buenas, pero debes entender que ahora mismo tú también necesitas esto.- Daniel apareció en pantalla y desde luego callado no se quedó, de todos nuestros amigos creo que era el que más me estaba entendiendo, sobre todo después de la mañana de navidad.

Él estaba más que convencido que necesitábamos esto, incluso llamó a su hermana para poder pedirle si podía ayudarme a mí, ella estaba graduada en psicología y para mi fue como un rayo de esperanza pero sobre todo un camino marcado por el destino. Esta misma tarde después de la reunión con la editorial tendría mi primera cita y aunque con todo este tema de Ethan no me daba tiempo a pensarlo, el hormigueo en mi cuerpo existía.

Me sentía arropada por todos, ninguno estaba dispuesta a dejarme solo en el camino que estaba a punto de empezar pero solo podía pensar es que alguien si lo iba a hacer, por que se marchaba a resolver otros problemas, pero sabía que estaba siendo demasiado egoísta y por estos pensamientos son los que se que necesito empezar la terapia…

Colgué a los chicos cuando terminé de preparar las tortitas que le había preparado junto al café, lo puse todo en una bandeja y decidí llevarlo a la cama, estaba profundamente dormido, su pelo se encontraba revuelto después de la noche de ayer. Tenía el brazo estirado hacia el lado donde yo dormía es en ese momento cuando nota que no me encuentro ahí empieza a abrir los ojos poco a poco, miró hacia el lado sin darse cuenta que me encontraba observando desde la puerta, su preocupación y descontento era evidente así que me adentré en la habitación antes de que el se levantara para buscarme.

- Buenos días bonito.- Sus ojos llegaron rápidamente a mi y vi como su sonrisa volvió a su cara haciéndome completamente feliz.

- No soporto despertarme y que no estés…- Es lo que tendrá de ahora en adelante, estuve a punto de decirlo, no hubiera tenido miedo de hacerlo pero supe que él enseguida analizó sus palabras y no hizo falta nada más, sacudió la cabeza y volvió a sonreír.- ¿Me has traído el desayuno pequeña?

- Si, queria consentirte…- Pusé la bandeja en la mesita de noche mientras él con un solo brazo tiró de mi cintura hasta volver a ponerme en la cama junto a él.

- ¿Si tu misión es complacerme por que tus labios aún no están encima de los míos? .- No hizo falta que lo dijera dos veces, uní nuestros labios con un sabor agridulce…

Media hora después nos disponíamos a salir de la cama para empezar el día, la verdad es que quería aprovechar la mañana junto a él pero tenía responsabilidades que hacer, Benjamín me pidió que me mirara los arreglos y apuntar ideas en la libreta para la reunión de esta tarde. Debía enfocarme en esto porque de verdad era importante para mi.

- Ethan, debo ponerme con lo del libro… me gustaría estar contigo…

- Llevas conmigo mucho tiempo y desde ayer tarde no nos hemos soltado.- Dijo mientras sonrisa y mis mejillas se tornaban de color rosa.- Mi vuelo no sale hasta las cinco, mientras tú haces la corrección del libro yo acabare la maleta y después comemos.

Estaba de acuerdo así que me dirigí a uno de los balcones de la casa con el borrador en una mano y la libreta en la otra. Me encantó volver a leer la historia que había creado, era como un diario del pasado del que estaba demasiado orgullosa. Me sentía reconfortada de ver como todo el trabajo de año y medio estaba teniendo el resultado que tanto había soñado pero pensé que no llegaría nunca.