El destino que nos eligió

CAPITULO 40

Un mes después…

Cuando me suena la alarma esta mañana siento que no puedo dar más de mi, esta semana ha sido completamente devastadora llena de exámenes y entregas que me han quitado el sueño, aunque debo decir que me lo he buscado yo sola. Decidí hace tres semanas, al volver de las vacaciones, que no podía perder ni un solo minuto del día porque la universidad me quitaba horas de vida pero la escritura se estaba haciendo cuesta arriba demasiado rápido.

Además, como ya era rutina cada jueves, me toca ir hacía Nueva York, esta vez me iba un martes ya que tenía una reunión esta tarde y por primera vez desde que empecé esta aventura no tenía nada de ganas.

- Emma es hora de levantarte.

- En ello estoy Lía.

- ¿Hasta que hora te quedaste despierta escribiendo? .- Sabía que si se lo decía me iba a regañar pero no podía mentirle, me lo notaba en el cansancio.

- Hasta las cuatro, pero por que la nueva novela me tiene inmersa, eso es algo difícil de que ocurra y por tanto no puedo dejar pasar ni un solo momento.

- Lo entiendo, de verdad pero llevas demasiadas cosas en la cabeza, va a acabar contigo toda esta situación.

- Es lo mejor que puedo hacer…- Podía ver en sus ojos que no estaba para nada de acuerdo en lo que estaba diciendo pero no quería escucharlo, no si hiba a ser la misma historia de el último mes.

Giré la cabeza para poder coger el móvil y entonces me di cuenta del día que era hoy, 28 de enero, un mes desde que él se fue.

Las cosas han cambiado demasiado desde ese preciso momento, mi vida es un caos pero puedo decir que me siento bastante contenta, he seguido al pie de la letra todas las instrucciones que me ha ido dando Cristina y me he podido centrar en mí todo lo que he necesitado.

Entre semana mi prioridad total había sido la universidad y ayudar a Grace, ella tampoco sabía nada de su nieto pero estaba convencida de que antes de lo que imaginamos todo esto sería una anécdota de juventud que explicar en el futuro, decía que confiaba demasiado en nosotros. Tenía que reconocer que su pensamiento me hacía sentir feliz por momentos de saber que todos ven lo mismo que yo veo sobre nosotros, todo el gran amor que hay.

Aunque he intentado pensar en eso lo mínimo posible, he dedicado todos los minutos del día a algo y por las noches a hacer nuevas historias, más ahora, ya que la editorial vio algunas ideas que tenía sobre la nueva historia y están encantados de poder llevarlo a la realidad. Debo decir que eso me ayudó bastante en volver a confiar en mí misma, estaba encantada de adentrarme a explicar nuevas aventuras a través de mis sentimientos.

Sobre todo ahora que ellos están bastante confusos.

- ¿No sabes nada de él? .- Me había sumergido tanto en mis pensamientos que no había escuchado entrar a Daniel en la habitación, ni siquiera sabía que Lía seguía en ella.

- No quiero hablar del tema.- Lo sabían muy bien, no era así hasta hace una semana pero supongo que me había cansado.

- Te lo he avisado Daniel, está cerrada en banda.- Suelo ser la persona más amable del mundo pero ahora mismo mi mirada había sido suficiente para Lía y que entendiera que no fuera por ahí.

- Me da igual lo que digáis las dos, ha pasado un mes, es hora de hablar.

- ¿Qué quieres que te diga? Mi novio se fue hace un mes, lo apoye en absolutamente en todo aunque no entendía sus razones. La primera semana me encontré escribiendo yo cada día, intentando mantener a flote todo y cuando en la segunda no lo hice los mensajes disminuyeron.- Soltar aunque sea un poco de lo que en mi cabeza se pasaba todo el día era completamente liberador.

-¿Le has dicho lo del libro?

- Lo he hecho, le escribí hace una semana.- Desbloqueo mi teléfono y se lo pase porque pudiera verlo el mismo.

“Hola bonito, quiero imaginar que estás ocupado, hace días que no sabemos absolutamente nada de ti. Solo quería decirte que el 20 de febrero se va a publicar la novela, esto es gracias a ti y por eso me encantaría poder compartir este momento contigo,

Te extraño mucho, porfavor da señales de vida de algún momento”

- ¿Qué te respondió? .- Esa es una pregunta con gracia, podía decirle la respuesta del derecho y del revés por que está grabado en mi cabeza a fuego…

- Míralo tú mismo, desliza hacia abajo.

“¡Hola pequeña! Te escribo en cuanto pueda”

Los dos entonces me miraron, sabía que lo hacían con compasión, ninguno entendíamos absolutamente nada, mi relación había dado un giro radical que ninguno se esperaba. Los hermanos Evans han intentado contactar con él y solo lo ha conseguido Will, aunque simplemente le había dicho que la cosa se ha complicado y en estos momentos estaba demasiado ocupado.

Al volver a la universidad y ver la realidad lloré bastante, me empecé a culpar mucho de que estuviera allí, sobre todo sentí celos a todas horas hasta que empecé a culparme por ser tan egoísta. Pero entonces los chicos entraron a mi habitación cuando mis ojos ya se encontraban totalmente rojos e hinchados de tanto llorar, ese fue el punto en el que no se necesito más que una palabra de Damián.

- Ya te lo he dicho, le daré hasta el uno de febrero, si en ese momento no ha vuelto, te aseguro que cogeré un vuelo hacia allí contigo y vamos a afrontar el problema.

Me parecía una locura pero ayer me envió la fotos de los pasajes del avión, en ese momento me di cuenta de la suerte que tenía con estos chicos pero sobre todo poder asimilar que esta vez sí se venía algo bastante duro que no sabía si estaba preparada a afrontar.

Lía había ido a acabar la pequeña mochila porque una vez más, todos se venían conmigo a Nueva York para no dejarme sola, Damiá y yo saldríamos hacia Italia desde. Me levanté de la cama con las pocas energías que me quedaban después de haber dormido un total de tres horas en toda la noche, me dirigí hacia la cafetera para prepararse el mejor regalo de la vida ahora mismo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.