El destino tu y yo

Capitulo 30

Escondo a mi hijo detrás de mis piernas, es demasiada coincidencia, no puede ser que estén aquí los dos, y espero que lo que mis oídos han escuchado de parte de él sea totalmente mentira, no creo que haya soltado eso, seguro que es mi maldita imaginación, si solo es mi imaginación, ya que son tan parecidos y yo lo sigo extrañando a él.

 

-Buenas mi nombre es Jade- Les extiendo mi mano y hablándoles en noruego.- Creo que sois los clientes que vienen de Noruega.

-Jade déjate de tonterías, sabes quien soy perfectamente.- Coje mi mano fuertemente y me empuja hacia él.- No extrañaste a tu esposo durante todos estos años.

 

Mi mente se queda en shock, no puede ser posible, el collar lo tengo yo, para viajar en el tiempo necesitabas un objeto sagrado y ese objeto lo tengo yo en mi posesión. Más está en mi despacho en la caja fuerte, o puede ser posible que existieran más joyas de los dioses. Giro mi cabeza a la pelirroja que tenemos al lado.

 

-No me mires así, nunca te dije que solo hubiera un objeto sagrado.- Mis ojos se abren intensamente.- Y él insistió tanto que no pude rechazarlo.

-Esto no puede ser verdad.- Me suelto de sus brazos.- Yo os deje siglos atrás, imposible de que vinierais aquí.- Mis ojos se están aguando.

-Mami, porque lloraz.- Me dice mi hijo sujetándome de la pierna, lo miró atentamente y me limpio las lagrimas apresuradamente para que no llegue a verlas.

-Cariño, mami no esta llorando, te parece bien que vayamos a casa con estos señores, tenemos cosas de qué hablar, ya que son amigos míos de hace tiempo.- Adam asiente con la cabeza con ilusión y los mira admirados.- Acompañarme a mi casa para hablar, esto no es para hablarlo aquí, la mayoría de la empresa sabe hablar noruego.- Los dos asienten siguiéndome a las espaldas.

 

Cuando salgo a la calle, hay un coche con el cochero esperando a estos dos, los miro impresionada, pensando en qué tipo de vida han tenido para llegar a este punto, pero prefiero no hacer preguntas.

 

-Sube.- Me dice Bjorn serio.

 

Subo al coche con mi hijo sin rechistar, le doy la dirección al cochero y nos dirigimos a mi apartamento. El coche está completamente en silencio, ahora mismo la conversación no es para sacarla aquí en estos precisos momentos, creo que es mejor hablar en unas cuatro paredes donde no haya una persona que nadie nos escuche.

Estoy perdida en mi mente y llegamos a la puerta de mi apartamento, me he fijado que no le quitan ojo a Adam, se que lo están escrutando con la mirada, sabiendo que este niño tan grande que está sentado en mis piernas es aquel pequeño que estaba en mi vientre. Veo como Bjorn aprieta sus puños observandome, conteniendose en tocarlo como un padre haría con su hijo, ahora mismo me doy cuenta que nunca lo vio y puede ser que se impresione al verlo tan parecido a él, porque de mi que lo e tenido nueve meses en mi vientre se parece poco por no decir nada.

 

-¿Bajamos?- Dice Casandra con algo de nerviosismo mientras yo abro la puerta del coche.

 

Subimos por el ascensor hacia mi apartamento, no es una gran casa, pero para Adam y para mí nos basta y sobra. Ducho a mi hijo y le pongo su pijama de los superhéroes, lo dejo jugando un poco en su habitación con sus juguetes mientras yo voy a ir preparando la cena, espero que quieran sacar la conversación, esto puede con mis nervios.

 

-¿Deseáis un café?- Digo mientras entro en la cocina donde ellos se encuentran.

-Sí, por favor.- Dice Casandra y Bjorn al mismo tiempo.

-Me vais a dar una explicación vosotros o tengo que empezar hacer preguntas sin control para sacar información.- Digo sin callarme ni un pelo.

-¿Ese niño es mi hijo?- Suelta Bjorn de golpe.

-Quiero una explicación de todo, luego hablaremos de Adam- Lo miro mal.

-Adam….- Me mira a los ojos.- Al final le pusiste el nombre que quisiste.

-Enserio me vas a discutir por el nombre ahora, te dije que quería explicaciones y ahora mismo estais tardando mucho en explicar todo.

-No me escuchaste.- Suelta de repente Bjorn.- No me dejaste darte mi maldita opinión te fuiste de la nada, como si fuera que no te importará que yo estuviera luchando por ti, enserio pensaste que yo iba hacerte infeliz.- Me mira fijamente.

-Creo que escuche lo suficiente para saber que ibas hacer caso a tu padre en vez de mirar por mi felicidad, por la de nuestro hijo y la tuya. Sé que tu poblado es muy importante, pero creo que la familia también lo es.- Me cruzo de brazos.

-Jade, siempre te elegí a ti y nuestro hijo.- Se levanta de encima de la mesa.- Nunca pensé en estar con ella, siempre pensé en amarte a ti. Sabes lo loco que me volví cuando te fuiste de mi lado, no sabia que hacer, te necesitaba. Mi sistema te reclamaba con énfasis, quería que estuvieras conmigo no lejos de mi lado.- Lo miro.- Quiero que seamos una familia, lo que deberíamos haber sido desde el principio, sabes cuanto me ha costado encontrarte por fin.

 

Resoplo con resignación, agacho la cabeza para no mirarlo a la cara, me dirijo al frigorífico para sacar las cosas que voy a utilizar para la cena. No se como reaccionar en este momento, me está diciendo que lo dejó todo de lado para venir aquí, a buscarme, pero yo no quiero volver, aquí la vida es mucho más fácil que ayi, se que hay altibajos como en cualquier siglo, pero al fin de cuentas, las guerras están más presentes en esa vida que en la nuestra ahora mismo. 

Me apoyo en la bancada de la cocina y es cuando empiezo a llorar sin control, no puedo parar, esto me supera en cualquier circunstancia, necesitaba desahogarme desde hace mucho tiempo, lo necesitaba a él y no lo quería ver, y ahora que lo tengo aquí puede con mi fuerza de voluntad y caigo a un abismo. Solo quiero estar con él, a su lado, pero no quiero volver a esa era de guerra y sangre, no quiero que Adam se crie en ese mundo, no lo deseo para él, se merece muchas cosas mejores y ahí nunca las encontrará.




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