2x09:De vuelta al Hotel WEPAHER

Los habitantes del pueblo miraban el lugar donde, apenas unas horas antes, se encontraba el hotel de la graduación. Pero ahora… había desaparecido. Nadie sabía cómo, ni por qué. Familias enteras de los graduados buscaban respuestas, desesperadas.

El agente Redd, consciente de que esto era obra de Jeff, ideaba un plan. Sabía que cada segundo contaba.

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Dentro del hotel

El hotel, oscuro y silencioso, parecía interminable. Jeff, portando la piedra, extendía su influencia sobre los estudiantes que aún quedaban en el lugar. Su poder los dominaba, los convertía en versiones de Luke: obedientes, fríos y peligrosos.

—Ahora busquen por todo el hotel a Gunther y a Tony —ordenó Jeff—. Traiganlos.

Gunther, sin señal en su celular, no podía localizar a Tony. Con Melany a su lado, decidió salir de la habitación y recorrer los pasillos. Pronto se encontraron con varios secuaces, bajo el control de Jeff, que bloquearon su camino.

Gunther peleó con determinación. Cada golpe, cada movimiento, estaba lleno de adrenalina. Al final, logró vencerlos y continuaron su búsqueda.

Mientras tanto, Tony y Paola avanzaban por otro sector del hotel. Tony recordaba que la última ubicación conocida de Gunther era el quinto piso, mientras ellos estaban en el tercero. Subían con cautela, encontrando secuaces que avanzaban lentamente, distraídos por ruidos y sombras. Tony y Paola lograron esquivarlos y continuar su camino.

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En la estación de policía, Redd encontró un objeto misterioso que había sido confiscado a Jeff. Mientras sus compañeros le advertían que no lo hiciera, él tomó una decisión:

—Tengo que hacerlo… ellos me necesitan —susurró.

Con el objeto en mano, se teletransportó al hotel. Aunque todo estaba envuelto en oscuridad y caos, Redd avanzaba decidido, siguiendo la energía que emanaba de Tony y Gunther.

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Gunther, mientras buscaba a Melany, la vio ser capturada. Sin dudarlo, corrió tras ella, enfrentándose a dos secuaces en un combate intenso. Justo cuando todo parecía perdido, Tony apareció, ayudando a ambos.

—¡Redd! —gritaron al verlo aparecer entre las sombras.

Gunther, sorprendido, le preguntó:
—¿Cómo entraste aquí?

—Larga historia… pero no hay tiempo. Necesitamos huir —dijo Redd con voz firme.

Tony apretó los puños, decidido.
—No podemos huir esta vez. Tenemos que enfrentar a Jeff y destruir esa piedra. El problema es… cómo lo haremos.

Redd sacó el objeto con el que había llegado al hotel.
—Con esto tendremos una oportunidad —dijo, mostrando una luz intensa que iluminaba la oscuridad alrededor.

Tony asintió.
—Una batalla más. Esta vez no huiremos. Esto termina aquí.

El reloj marcaba cuatro horas restantes. Cada segundo contaba